sábado, 23 de noviembre de 2013

Parsimonia

Los cambios fueron un bálsamo de esperanza. O al menos, de expectativas.
Así parece reflejarse en los medios, "corpo" incluida. Nosotros mismos, que no somos opositores de ahora -cuando ya hay muchos- sino que venimos marcando el error de rumbo desde hace años, nos sumamos a ese clima, poniendo nuestro granito de arena a la confianza.

Sin embargo, hay un termómetro que suele anunciar las crisis que sigue alto.
Peligrosamente alto.
Es el ritmo de la fuga de reservas.

¿Qué pasaría si no logran detenerlo?
Sería -casi inexorablemente- una paralización abrupta de la economía.
La falta de insumos detendría las fábricas, la falta de combustibles paralizaría el transporte, la falta de energía nos dejaría sin luz...no ya por obsolescencia de la capacidad instalada, sino por no poder pagar todo lo que, por obra y gracias del "modelo" debemos abonar virtualmente al contado. Fundamentalmente la energía, pero no sólo.

A la Argentina K nadie le fía.

La consecuencia inmediata sería despidos y desocupación. Seguida del derrumbe de la recaudación, con todo lo que implica no sólo en salarios, sino en pago a proveedores y contratistas. Los que, a su vez, no podrán seguir abonando sueldos ni continuar obras.
Y así sucesivamente.

¿Cuándo empezará éso?
Si el ritmo sigue así, no falta mucho. Apenas semanas.
Justo para fin de año.

Pero...¿No pueden emitir? Y...si. Con esos billetes se podrá encender el fuego para la cena de fin de año. No servirían para mucho más. Transformaría una hiper-recesión en una hiper-inflación.
El escenario es poco edificante.

Por eso sería de esperar que tomen conciencia y abandonen su parsimonia.
Si de veras creen que poniendo un impuesto a los autos importados frenarán en algo este proceso, perdieron perspectiva. Lo que no sería importante, si no fuera porque están gobernando.
Dios quiera que estén a tiempo. A los creyentes: encender muchas velas, al santo de cada uno.

La mejor noticia que podríamos tener en estos días sería que la economía volviera a responder a las herramientas. Aunque fuere necesario subir más la tasa de interés, incrementar las tarifas y sincerar el tipo de cambio. Al fin y al cabo, sería dejar de vender las ilusiones que nos llevaron a liquidar alegremente todo, en aras del consumo. Rápido. "Popular". Taquillero. Irresponsable.
No se ven muchas más alternativas. Cualquier dureza circunstancial es preferible a lo que se viene si no toman conciencia.
...
Bah...siempre quedará Mingo...


Ricardo Lafferriere

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