tag:blogger.com,1999:blog-38509286261262045642024-03-09T18:46:51.390-08:00SentakuSentaku es una palabra japonesa con dos acepciones: limpieza, y elección.
Abarcan lo que soñamos para la Argentina: un país que haya limpiado sus lacras históricas, y que elija con inteligencia su futuro.
Limpiamente, libremente.Ricardo Lafferrierehttp://www.blogger.com/profile/15445431174942152340noreply@blogger.comBlogger486125tag:blogger.com,1999:blog-3850928626126204564.post-60720381154470785352024-02-29T09:51:00.000-08:002024-02-29T09:53:02.000-08:00Fondo, forma y actitudes<p> </p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="text-align: left;"><span style="font-size: medium;">Siempre hemos escuchado -y repetido- que gran parte de la
definición de democracia radica en las formas y no sólo en el fondo. Pero además de ambas cosas, se requieren actitudes.</span></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">El gobierno “del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”
requiere aceptar que la mayoría de la población es la que tiene el derecho de
formar gobierno. Difícil discutir esa afirmación, aún con las falencias que el
sentido común encuentra muchas veces en la opinión de la mayoría. Se llega a
esta afirmación por descarte: si no existiera esa regla, la base del poder
radicaría en la fuerza, virtual o desatada.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">Sin embargo, la afirmación se completa con el necesario
respeto a las minorías, y en última instancia a la suprema minoría, que es el
hombre solo. Para garantizar este objetivo, se han ido elaborando a través del
tiempo particiones y limitaciones al poder en el plano legal cuyo propósito es darles
a las minorías y a las personas un haz protector de derechos que ni siquiera
las mayorías más abrumadoras puedan desconocer.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">Ambas cosas han sido recibidas en nuestra Constitución
Nacional, programa de unión del nuevo país del plata a mediados del siglo XIX.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">El mundo ha avanzado, y mucho en estos casi dos siglos.
Hemos tenido violaciones al primer principio -con los gobiernos de base electoral
restringida y luego con los golpes de estado- y al segundo -con gobiernos de
base popular que no respetaron derechos constitucionales de las minorías ni de
las personas-. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">La reiniciación democrática iniciada en 1983 pareció terminar
con ambas falencias. Sin embargo, asoman de nuevo, peligrosamente, en los
últimos lustros.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">La Argentina, a tono con este nuevo mundo de polarizaciones e
intolerancias recíprocas, ha adoptado la confrontación como forma de resolver
los conflictos públicos. El virtuoso entrelazado de normas constitucionales, la
distribución de competencias entre los ciudadanos, las provincias y la Nación,
la división del poder en tres órganos con definidas facultades propias, la
artesanía procedimental diseñada por la Constitución para la sanción de las
leyes, en suma, todo el edificio institucional, es impregnado por el conflicto
permanente sin límites claros entre las acciones permitidas a los actores, que
se invaden entre sí y nos acercan a la anarquía, sin que sea ajena a esta
realidad el deterioro ético del comportamiento social. Claro: todo este mecanismo
funciona si existe compromiso nacional y honestidad en los actores.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">Cuesta encontrar una salida compartida que encarrile esta
deriva de final más que incierto. Como marchan las cosas, todo parece encaminarse
a un “todos contra todos” al precio de poner en riesgo la propia existencia
nacional. Hace años que, personalmente, lo venimos observando y advirtiendo,
desde las aciagas jornadas de diciembre del 2001.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Hoy es más dramático, porque no se avizoran
actores sociales importantes con vocación de consenso ni patriotismo inclusivo.
Los protagonistas de “la escena” no parecen advertir -y si lo advierten, no
parecen inmutarse- del peligro al que están conduciendo a la Nación, cada uno
con su intransigencia y cada intransigencia ajena esgrimida para justificar la
propia. Así comienzan los conflictos abiertos. Nadie puede predecir cómo ni
dónde terminan. Por lo pronto se ven muchas fuerzas centrífugas y muy pocas
centrípetas actuando en el todo nacional.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">Nuestro país terminó de nacer a mediados del siglo XIX
primero con un conflicto armado que abarcó a toda la Cuenca del Plata, luego
con un consenso entre triunfadores y derrotados y por último con administraciones
que tenían el norte de la vigencia constitucional, pero que marcharon hacia ese
norte bordeando en el camino las normas de la constitución jurada, mediante
intervenciones federales, ejércitos punitivos y elecciones de base electoral
reducida. Lograr la “república verdadera” costó más de medio siglo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">Y ahora, a lo nuestro. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">La deriva de la Argentina en lo que va de este siglo aceleró
su decadencia nacional. El país “anómico” definido por Carlos Nino se
acostumbró a vivir sin reglas y con reglas a medias. La disgregación fue una
constante voluntariamente inadvertida, hasta que tomamos conciencia de ella. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">Mientras tanto, el mundo cambió su escenario de conflictos
pero no sus consensos básicos, fundamentalmente al ritmo de una economía
transnacionalizada que hace asociarse hasta a enemigos violentos. La
arquitectura institucional global que se pensó hace siete décadas como la
garantía contra las grandes guerras (ONU, FMI, etc.) demuestra diariamente su
pavorosa inutilidad, resultado de su cooptación burocrática para poner sus
hilachas al servicio del respectivo interés. El mundo se ha asociado al
realismo más extremo de poder y en este marco cada uno se prepara y hace su
juego.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">Esa agenda no es percibida entre nosotros, entretenidos en
los juegos de la política local, cada vez más parecida a un juego de adolescentes.
Esta situación agrava los problemas internos y los peligros externos. Un mundo
derivando al realismo de la fuerza no es precisamente un buen escenario para un
país que renunció a pensar en su defensa y decide, como el avestruz, dejar de
mirar lo que pasa y desinteresarse de sus futuro y de los peligros. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">La miopía es extrema, el desinterés por el rumbo es notable,
la sensación de pertenecer a un colectivo nacional compartido -que antes se llamaba
patriotismo- es de una debilidad innegable, la ignorancia de las normas que
rigen económicamente el mundo -aún entre rivales que hasta guerrean entre sí-
asombra y las peleas por las migajas que quedan del país señero son patéticas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">En este campo de batalla no puede asombrar la negación de
las formas, que también muestran el retroceso. Tampoco los insultos cruzados,
muestra de la estrechez de miras -o exclusividad de enfoques- de unos y otros. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">Por un lado, el presidente. Sus conocimientos de excelencia
se concentran en el estudio de la economía, ciencia en la que uno de los males
tal vez más extremos es la inflación desbocada. Su “ética” profesional le
indica la prioridad de desarticular y desterrar la inflación, cuya causa última
es la abundancia de dinero. Toda su obsesión gira alrededor de este objetivo,
nada menor si observamos la lascerante decadencia a que nos ha llevado ignorar
ese capítulo y su ascenso a primerísima prioridad del electorado. Sin ánimo de
faltar el respeto, se observa que trascendiendo ese objetivo, en los demás
temas no hay en su mirada un capítulo que descuelle o sea postulado con similar
fuerza: son lábiles y provisorios, como lo hemos visto incluso con sus otrora
definiciones estrambóticas, cambiadas al ritmo de cada necesidad política
coyuntural. Si hubiera que definir en una frase su constante, ésta sería: “más
allá de en lo que gastemos, no podemos hacerlo en más cantidad que lo que hay”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">Por el otro lado, está el tradicional “escenario” público
-hoy llamado genérica y desdibujadamente “la casta”, que cada uno entiende a su
manera-. Su praxis política se ha concentrado tradicionalmente en la
distribución del ingreso, cada vez más pequeño debido a la indiferencia, por
ignorancia o por desinterés en el funcionamiento económico. Los capítulos que
mueven sus inquietudes son variados y representativos de sectores, ideologías,
partidos y convicciones plurales, sin negar incluso la apropiación indebida de
ingresos públicos y tráfico de influencias. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Sin embargo, ante la extrema gravedad terminal
de la situación argentina, todos esos capítulos pierden terreno mientras la
inflación no sea dominada, porque su frase guía esta vez sería, en mayor o
menor dimensión: “no me importa si no hay recursos, necesito cubrir estos
gastos de cualquier forma”, sin terminar de aclarar -y sin que le importe
demasiado- de dónde se obtendrán esos recursos ni quién resultará afectado.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">En el medio, lo que queda del “estado de derecho” está
convertido en una herramienta de lucha más que de solución de conflictos, que
cada cual interpreta perfilado hacia su propio objetivo. Zamarreado y tironeado
hacia uno y otro lado, sufre la tensión de ser interpretado en forma parcial por
unos y otros, sin que tampoco se vea por parte de la sociedad un soporte sólido
a sus reglas. Hay, por suerte y debe reconocerse, actores de lo público
-partidos, bloques y dirigentes-, en las diversas fuerzas, que logran dominar
sus “ethos” agonales y buscan un funcionamiento institucional virtuoso. Es de
desear que se multipliquen.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">Mientras, en el campo de debate, campea lamentablemente la
degradación de las conductas, que también en diferente medida se ha hecho
predominante en polémicas que no buscan resultados, sino triunfo a cualquier
precio.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">Difícil ser optimista en tal escenario. La proyección hacia
el futuro sólo contiene incertidumbres y una clara predominancia de lucha sin
fin ni objetivos compartidos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">Lo que sí parece claro es que de no imponerse un cambio en
el “ethos” de los actores del escenario y de la propia sociedad recreando la
solidaridad nacional y la responsabilidad por las propias decisiones, el
horizonte no parece promisorio y las peores pesadillas pueden llegar a
imponerse, sea en la disgregación territorial o política del país, sea en el
surgimiento de una alternativa de “puro poder”, ordenando la convivencia al
borde de la Constitución y las leyes.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">“Hay que empezara de nuevo”, le dijo don Hipólito a don
Marcelo luego de su derrocamiento. Hoy, empezar de nuevo tal vez sea una
obligación ciudadana: retomar la actitud republicana desde el pequeño ejemplo
de cada uno, en la ilusión que llegue a incidir en la conducta de los actores
del escenario, desde el presidente hasta los gobernadores, legisladores,
comunicadores y twitteros. Asumir la idea de “proceso”, de prioridades, de
etapas. Y entender que el país no es ni del gobierno ni de la oposición sino de
los ciudadanos, que miran hoy azorados como puede desvanecerse la esperanza de
cambio, una vez más, simplemente por no saber acordar.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 12pt; margin-bottom: 0cm; mso-pagination: widow-orphan lines-together;"><span style="font-size: medium;">Ricardo Lafferriere<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 12pt; margin-bottom: 0cm; mso-pagination: widow-orphan lines-together;"><span style="font-size: medium;">29/2/2024</span><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>Ricardo Lafferrierehttp://www.blogger.com/profile/15445431174942152340noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3850928626126204564.post-10354537278717219532024-02-12T10:29:00.000-08:002024-02-13T08:02:05.396-08:00Liderazgo de crisis<p><span style="font-size: large;">La situación de Argentina, compleja y cuasi terminal, obliga
a incorporar al análisis una mirada abarcativa e integral. No es sólo lo económico:
el momento muestra crisis política, cultural, ética. Esa crisis polifacética necesariamente
requiere una comprensión multidimensional.</span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">Cien años de caída no son gratis. Dejan cicatrices en la capacidad
de comprensión, acostumbran a lo que debiera ser excepcional y extienden la
resignación. En los grupos más activos y convencidos, endurece las posiciones
respectivas quitando flexibilidad a unos y otros. Eso daña aún más la
convivencia y hace más complicado acordar salidas. Cada uno suele ver en el
otro sus perfiles más negativos y endurece la intransigencia de las propias
miradas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">La historia muestra que en estos casos, no hay soluciones
puras. Ni las ortodoxias económicas, ni las políticas, ni las culturales, ni
las éticas. Lo que puede sonar horroroso en tiempo normales, deja de serlo cuando
se llega al borde de la propia existencia.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">Difícilmente pueda salirse de una crisis multidimensional
como la argentina sin la preeminencia de un liderazgo político -impuesto o
electo- en condiciones de disciplinar y alinear a los actores. Si algo conserva
aún la Argentina es el rito recuperado de elegir liderazgos en procesos
electivos. No es un logro menor, habida cuenta de los atajos autoritarios a que
recurrido en su historia.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">Sin embargo, el deterioro de las fuerzas políticas les ha
impedido cumplir con su cometido más importante: generar liderazgos
democráticos. La presión corporativa, la declinación ético-cultural y la propia
inercia decadente esterilizó estos almácigos dirigenciales que debieran ser los
partidos políticos, aplastando a sus brotes más sanos por la inmisericorde
presión de las malezas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">Los liderazgos surgentes, entonces, carecen del “cursus
honorum” exigidos por las democracias estables y virtuosas. Es un dato, frente
al que poco puede hacerse sino tomarlo como una inexorabilidad.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">Nos queda, en un extremo, la necesidad de conducción que
evite la anarquía a la que conduce la caída sin freno. En el otro, liderazgos que
no nacen de procesos maduros de experiencia, estudio, compromiso y virtudes,
sino de la angustiante necesidad del cuerpo social, cercana a la desesperación,
de frenar la decadencia y reordenar la convivencia para retomar la marcha.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">En el proceso, valiosos reclamos y miradas prudentes suelen
ser desplazados frente a las urgencias críticas. Ahí quedarán, para tiempos
posteriores, conservando su esencial justicia para cuando esa justicia sea
posible. El torrente ordenancista arrastrará lo que encuentre a su paso, con el
respaldo en gran medida irreflexivo de mayorías angustiadas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">Las exigencias de madurez institucional, de matices en la
economía, de proporcionalidad en las medidas, de rigor ético, siguen existiendo
y condimentando el proceso social, pero cediendo por la fuerza de los hechos
ante la gravedad que no tolera “medias tintas”, tal vez justas pero sin espacio
y sin tiempo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">Si el proceso resulta ser virtuoso, el liderazgo aprenderá sobre
la marcha a separar lo principal de lo accesorio, a comprender a los sectores, a
moderar las urgencias y matizar sus discursos. Si por el contrario, es vicioso,
la caída o el retroceso volverá con más fuerza, tal vez para una etapa
terminal.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">No hay forma de conocer el futuro, de ahí la angustia de
quienes tienen convicciones diferentes y discrepan total o parcialmente con el
rumbo adoptado. Quizás el mejor aporte que puedan hacer es expresar sus recelos
sin tono de trinchera, aceptando con humildad que la mayoría -supremo juez de
una convivencia democrática- ha fijado un rumbo diferente, y dejando con buena
fe y mejor talante su opinión y consejo, sin ponerse frente al torrente que terminará
aplastándolo. Mucho menos tratar de frenarlo. “Vox populi, vox Dei”...<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">No significa dejar valores de lado: al contrario, significa
sublimarlos e insertarlos en la tolerancia democrática, preservándose para tomar
eventualmente el timón ante un fracaso y preparándose para aportar lo mejor
para perfeccionar y emprolijar el resultado, si fuera exitoso pero
insuficiente. Al final, todo en la vida es insuficiente y siempre quedan cosas
por hacer.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">Lo que tal vez menos sirva sea impostar errores de forma,
volverse intransigentes frente a minucias, asumir actitudes arrogantes o hasta
no comprender que verdades que consideraba ya incorporadas a la cultura
colectiva, esa misma cultura colectiva no las adopta como centrales; y que será
necesario retomar la prédica, el trabajo, la lucha tesonera, para que vuelvan a
ser valores incorporados a la conciencia ético-política de la mayoría para
cuando elija sus futuros liderazgos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">Como que robar no está bien, que la ley está para ser
respetada, que los delitos -grandes y chicos- deben ser sancionados, que no existe
convivencia cualitativamente superior al estado de derecho y que lo que une a
una sociedad por encima de las distintas visiones y creencias de sus miembros
es la solidaridad nacional, o sea el patriotismo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">Ricardo Lafferriere</span><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>Ricardo Lafferrierehttp://www.blogger.com/profile/15445431174942152340noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3850928626126204564.post-47193876217661212662024-02-07T10:51:00.000-08:002024-02-08T08:27:39.331-08:00El "estilo argentino"<p><span style="font-size: medium;"> </span></p><p align="center" class="Instruccionesenvocorreo" style="text-align: center;"><span style="font-size: medium;"><span style="text-align: left;">En su libro “Principios para enfrentarse al </span><b style="text-align: left;">Nuevo
Orden Mundial”, </b><span style="text-align: left;">Ray Dalio -prestigioso inversionista titular de la firma “Bridgewater
Associates”- realiza un magistral abordaje a las diferencias de estilo entre la
práctica norteamericana y la china. Luego de sostener que ese contencioso está
marcando y marcará por varios lustros el ritmo de la evolución global, expresa
las dos formas de trabajo en que los liderazgos políticos enfrentan su gestión.
Cualquiera de ambos tiene atractivos para los inversores, a condición de conocer y seguir sus reglas.</span></span></p><p class="Instruccionesenvocorreo"><span style="font-size: medium;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="Instruccionesenvocorreo"><span style="font-size: medium;">En el caso americano, el individualismo no
sólo impregna su Constitución y sus creencias más profundas. En ese individualismo
caben todas las maneras de ver el mundo y de actuar en él, donde el “piedra
libre” alcanza desde las corporaciones más grandes hasta las iniciativas más
pequeñas de los emprendedores, muchos de ellos inmigrantes centro (o latino-)
americanos expulsados de sus países y exitosos en el de adopción. Una sociedad
que permite y respeta a las minorías y modas más insólitas, que luego se
extienden a todo el mundo occidental.<o:p></o:p></span></p>
<p class="Instruccionesenvocorreo"><span style="font-size: medium;">En el chino, por el contrario, su estilo es el
del pensamiento a largo plazo, organicista si se quiere, pero privilegiando al
conjunto -la familia, el partido, el país- y planificando objetivos medidos en
décadas, cuando no en siglos. El propio Deng Xiao Ping, iniciador de la
modernización y el “milagro” chino, dejó el liderazgo a sus sucesores fijando,
ya en 1980, las metas para un cuarto de siglo y para mediados del siglo XXI: multiplicar
por cuatro su PBI para fines del siglo XX -lo logró en 1995- y llegar al 2050
con el mismo nivel de vida para toda su población que el de los países
occidentales medianamente desarrollados. Van encaminados.<o:p></o:p></span></p>
<p class="Instruccionesenvocorreo"><span style="font-size: medium;">¿Cuál es nuestro “estilo”? O más sutil aún
¿tenemos un “estilo”?<o:p></o:p></span></p>
<p class="Instruccionesenvocorreo"><span style="font-size: medium;">Como con aguda intuición lo desarrollara hace
un par de décadas Daniel Larriqueta en sus dos libros “La Argentina imperial” y
“La Argentina renegada”, nuestro país no tiene una herencia unívoca sino dos:
la originaria, que él denominaba “tucumanesa”, estamental y organicista, que
fue el resultado del trasplante de los reinos medioevales europeos de tiempos
de los Austria en épocas de la conquista y la colonización temprana y que
terminó haciendo simbiosis con las civilizaciones autocráticas indígenas del
Perú; y la “atlántica”, que llegó con las revoluciones burguesas-liberales-independentistas
de los siglos XVIII y XIX, cuando el absolutismo medioeval fue sucedido por el
tiempo de las leyes, la limitación del poder, las Constituciones, los “códigos”
y, en fin, por la modernidad. La revolución emancipadora -abierta y liberal-
desalojó del poder a la vieja sociedad colonial, cerrada y estamental. La Constitución y luego la llegada de los inmigrantes parecieron marcar el triunfo definitivo de la Argentina atlántica,
pero fue un espejismo que duró hasta el retorno del país cerrado que duraría un
siglo, desde los años 30 del siglo XX hasta hoy.<o:p></o:p></span></p>
<p class="Instruccionesenvocorreo"><span style="font-size: medium;">Esas dos improntas aún conviven como herencias
genéticas en nuestra sociedad, obviamente con impregnaciones recíprocas, pero
predominando ora una, ora otra, sin terminar de definir un “estilo” que pueda
entenderse como caracterizador de la Argentina.<o:p></o:p></span></p>
<p class="Instruccionesenvocorreo"><span style="font-size: medium;">La creatividad popular lo expresa a menudo con
el conocido apotegma que presuntamente nos define: africanos que quieren vivir
como europeos, pagar impuestos como en Burundi pero recibir servicios públicos
como en España, tener la libertad de iniciativa de EEUU pero con un Estado que
regule y controle todo lo que pueda -a los demás...-, admiradores del Che Guevara
pero reclamantes de “mano dura, que ponga orden”, aunque a la vez resistentes a
cualquier autoridad legal, aún las que actúan dentro de sus competencias.<o:p></o:p></span></p>
<p class="Instruccionesenvocorreo"><span style="font-size: medium;">Por no hablar de la inmisericorde calificación
de sus gobiernos. De la Rúa era “estirado, distante, le faltaba calle”. Pero
Milei es un “payaso” que “no respeta la investidura que inviste, como Menem”.
Alfonsín “no sabía nada de economía” -aunque debió soportar 13 paros
generales-... y Macri “un niño bien que no le gustaba trabajar”. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>A eso suele reducirse la política, donde la
reflexión y el debate sobre los años que vienen -y sobre la comprensión de los
datos de la realidad- suelen estar ausentes de la discusión, impidiendo cualquier
mirada estratégica compartida y dejando en manos del destino lo que pueda
pasar. Mucho menos gestar un consenso estratégico nacional. <o:p></o:p></span></p>
<p class="Instruccionesenvocorreo"><span style="font-size: medium;">Esa calidad del debate -el que se da en lo “público”,
el que encuadra las acciones de quienes deben gobernar, y al que no son ajenos
los diseñadores de escenario mediático- se acerca más al estilo americano que
al chino. El bochornoso tratamiento de la ley de “Bases...”, por unos y otros, muestra
este aquelarre.<o:p></o:p></span></p>
<p class="Instruccionesenvocorreo"><span style="font-size: medium;">¿Es esto bueno o malo, para atraer inversores -en
términos de Dalio- e incluso para convivir? Mi respuesta: es contradictorio y auto
bloqueante. En el estilo americano, individualista, el reclamo al Estado es
mínimo, casi inexistente, mientras que en Argentina el individualismo tiene
frente al Estado una actitud bifronte: quiere que haga todo, pero que no se
meta en nada. Que dé salud pública y seguridad, pero que no cobre impuestos. Que
dé jubilaciones a todos, pero que no recaude aportes. Que garantice la
educación, pero que no exija rigor académico ni docente. Que no tenga déficit
público, pero que no se desprenda de empresas ultra-deficitarias, innecesarias para
la gestión ni limite el gasto. Que respete el federalismo pero que mantenga los
envíos de fondos extra-coparticipables a las provincias. Que frene la
inflación, pero sin bajar gastos ni cobrar más impuestos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="Instruccionesenvocorreo"><span style="font-size: medium;">También es contradictorio y auto bloqueante si
lo cotejamos con el estilo chino, que cosecha admiradores por su capacidad de
crecimiento, planificación, fijación de objetivos y eficiencia. Pero que
también -debemos recordarlo- no admite el derecho de huelga, ni la disidencia
política, ni la libertad de opinión alternativa al Partido Comunista de China,
ni el cuestionamiento al poder sea por los ciudadanos de a pie, sea por los
grandes empresarios a los que disciplina en forma hasta grotesca cuando según
su criterio se apartan de los objetivos del gobierno. O sea, una libertad
acotada sólo admisible dentro del sistema, que no afecte las metas definidas
por el poder tanto en lo público como en temas inherentes a la vida privadas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="Instruccionesenvocorreo"><span style="font-size: medium;">Puestos a buscar similitudes, los partidos “republicanos”
argentinos -libertarios, radicales, pro, socialistas- se reflejan en el
pluralismo de los partidos occidentales de los países desarrollados, aunque sin
su aceptable disciplina interna, mientras que el justicialismo tiene un “acuerdo
estratégico” con el Partido Comunista de China, firmado hace algún tiempo por
Gildo Insfrán, en su carácter de -entonces- vicepresidente de esa fuerza.
Ninguna de esas afinidades tampoco dice mucho, en ninguno de ambos casos. En el
primero, porque la ortodoxa disciplina económica y política de los partidos
occidentales de todo el arco ideológico es mediatizada hasta el cansancio por
los locales, y en el segundo porque la planificación esencial del modelo chino
no es precisamente una virtud del justicialismo, que a esta altura no tiene
idea -y si la tiene, no la expresa- de las metas y objetivos que postula para
el país para las próximas décadas, o años.<o:p></o:p></span></p>
<p class="Instruccionesenvocorreo"><span style="font-size: medium;">En suma, la Argentina es un misterio
politológico. Y así le va. Sin orientaciones claras en su rumbo estratégico,
marcha a los tumbos administrando coyunturas nada más que para subsistir. Su
política se edifica en consignas infantiles sin conclusiones proyectuales. Su estilo
es inexistente y, en todo caso, también es un misterio hasta cuándo el
conglomerado de personas que vive en su territorio se tolerará recíprocamente formando
un pueblo. Tal es el deterioro que se entusiasma con la novedad de un discurso de
casi dos siglos de antigüedad y un estilo que destila chabacanería, el que sin
embargo es admirado por “popular”, como lo fuera el (¿distinto?) de las
groserías artísticas y “culturales” de la gestión anterior kirchnerista.<o:p></o:p></span></p>
<p class="Instruccionesenvocorreo"><span style="font-size: medium;">Hay voces lúcidas -y muchas- en nuestro país
en su espacio público y aún político. Aún asumiendo la injusticia inherente a
todas las generalizaciones, asombra sin embargo su incapacidad para gestar,
como estamento, un proyecto común de largo plazo. En esa marcha, llega a
nosotros el mundo con su nuevo paradigma, el que supera las lecturas anteriores
y altera la “geografía ideológica” llevando a las viejas izquierdas a alianzas ultramontanas
y las viejas derechas a ser a veces el único refugio de antiguos progresistas.
Nunca el futuro -lejano y cercano- ha sido tan imprevisible.<o:p></o:p></span></p>
<p class="Instruccionesenvocorreo"><span style="font-size: medium;">Ricardo Lafferriere </span><o:p></o:p></p>Ricardo Lafferrierehttp://www.blogger.com/profile/15445431174942152340noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3850928626126204564.post-90367194161681750112024-01-19T05:50:00.000-08:002024-01-19T05:50:31.243-08:00Lo que no hará Milei<p> 2023 mostró una Argentina en situación terminal. Poco
agregaría repitiendo los números de inflación, deuda, déficit público,
disolución de la moneda, corrupción, narcotráfico, salud pública, impunidad y
desprecio por la vida humana.</p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">El cambio expresado por la sociedad estaba fundado. Entre
las opciones de cambio, terminó imponiéndose la más radical, como muestra del
estado de angustia de una sociedad que estaba siendo conducida al abismo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Esa opción, con ser la más clara en el ámbito económico, no
será eterna. En el caso de éxito, logrará contener la inflación, estabilizar la
economía y posiblemente despertar el entusiasmo inversor para relanzar el país
hacia el crecimiento. No será poco, pero lejos estará de ser todo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">No todo son números, ni economía. Quedarán cosas, que
probablemente no sean enfocadas por el gobierno de Milei por sinceras
convicciones libertarias, o porque deberá dedicar su esfuerzo a su objetivo
mayor, encauzar la economía -así como el gobierno de Alfonsín tuvo su desafío
central en terminar con la inestabilidad institucional, lo que logró al precio
de tener que pasar a un segundo plano el desenvolvimiento económico, que le
costó el gobierno-. Así suele pasar: los gobiernos priorizan sus principales
desafíos, y quedan para los que sigan los temas que en el momento parecen secundarios.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">¿Qué le quedará a la Argentina, una vez que la economía se
haya estabilizado y comenzado su camino de crecimiento? Pues.... todo lo demás.
La agenda será enorme.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Habrá que construir un sistema de salud inclusivo, moderno y
de excelencia. Habrá que reconstruir la educación, cuyas hilachas nos han
llevado al fondo de las tablas “PISA”. Habrá que volver a edificar un sistema
de defensa nacional, diseñando fuerzas adecuadas a los tiempos, con máximo entrenamiento
y en condiciones de responder a los desafíos que puedan presentarse en un mundo
cada vez más inestable. Habrá que construir una infraestructura de primer nivel
para aprovechar la dimensión continental del país. Habrá que vincularse al
sistema científico y técnico global, participando de los grandes desarrollos
que marcan la punta de flecha del conocimiento, desde la Inteligencia
Artificial, la exploración del espacio profundo, la investigación genética, la
generación de energía por fuentes alternativas renovables, la robótica, los
cultivos “verdes” -sin polución ambiental-, etc.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Infinitos campos de desarrollo, que cada etapa de gobierno
deberá enfocar de acuerdo a las necesidades del país, de la evolución del mundo
y del progreso de nuestra sociedad y nuestra gente.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">¿Tiene entonces sentido enfrentar al gobierno de Milei o
será mejor prepararse para las etapas que vendrán, cuando Milei sea un recuerdo
-como lo es Alfonsín, Menem, de la Rúa o los Kirchner-?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Por supuesto que hay procedimientos y temas que no son los
que cada uno hubiera preferido. No son menores la impericia política ni la debilidades
formales de algunos pasos. Sí es menor el desborde verbal, que en mayor o menor
medida ha acompañado a la lucha política desde siempre. Y es menor el encuadre “ideológico”
con el que pretende vestir su mensaje, que aunque esté en línea con una moda
joven que atraviesa el mundo, nada cambia de cara a los principales desafíos y
problemas a enfrentar. Y que, además, durará lo que duran las modas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Debe reconocerse que aún jugando “en el borde”, no se han
atravesado líneas rojas como olvidar al parlamento o agredir a la justicia,
como vimos en tiempos no tan lejanos. Alertas, por supuesto, si esto ocurriera.
Pero lo que parece realmente poco inteligente es unir los reclamos a los
coletazos del país prebendario, populista y cleptómano que da sus últimas
batallas para no morir. Mezclar la paja y el trigo puede ser una respuesta de
ingenuos o perezosos. No agregará nada a los cambios -posiblemente los demore-
y ayudará a agravar las falencias institucionales, llevándolas a cruzar la
línea roja. Nadie puede querer eso.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Ricardo Lafferriere<o:p></o:p></p>Ricardo Lafferrierehttp://www.blogger.com/profile/15445431174942152340noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3850928626126204564.post-82521091426153943182024-01-18T12:11:00.000-08:002024-01-18T12:17:27.987-08:00PROGRESISMO, POPULISMO, LIBERTARIOS... O LIDERAZGO DEMOCRÁTICO<p> <span style="font-size: large; text-align: justify;">El debate no es exclusivo de los
argentinos. Atraviesa el mundo.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Hace tiempo que los grandes
actores políticos globales nacidos en el cruce de los siglos XIX y XX se
quedaron sin relato. Ese espacio fue ocupado por reemplazantes provisionales,
la mayoría de ellos arcaicos que buscan renacer ante el agotamiento de los
rivales que lo desplazaron en el campo intelectual y político. Religiones,
nacionalismos y personalismos varios conforman un conjunto variopinto y
anárquico, unidos sólo por una definición metodológica, el populismo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Ese novedoso puente habilita
confluencias curiosas y en otros tiempos impensables. Viejas “izquierdas”
apoyando integrismos medioevales, renacidos nacionalismos decimonónicos cuando
no del siglo XVIII o hasta medioevales tomando el lugar que en el siglo XX
ocupara el “progresismo” y alianzas que hubieran sido consideradas “contra
natura” hasta hace pocas décadas, como ciertas “izquierdas” confluyendo con salvajes
expresiones terroristas que hubieran merecido el repudio total hasta de los
anarquismos más virulentos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">El rival de todos es el poder existente,
en cualquier lugar y sea cual fuera, y específicamente el poder institucional
construido por las democracias liberales. El sincretismo populista habilitante
de personalismos o dogmatismos autoritarios no requiere ni admite -como las
democracias- coherencia argumental, esfuerzo justificatorio, debates creativos
y cuestionamientos permanentes. Esa es su fuerza.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Las redes sociales potencian el
sincretismo y la banalización. Nunca en la historia los ciudadanos comunes han
tenido tantas posibilidades de expresión, pero ese imprevisto poder no ha sido
acompañado de una formación ni siquiera básica que le de consistencia a sus
posiciones. En consecuencia, el punto de referencia deja de ser el colectivo -nacional,
ético, cultural- para pasar a ser los intereses más directos o la propia
elaboración intelectual, valiosa pero en la inmensa mayoría de los casos, banal
e individualista. Mientras la humanidad inicia su ascenso hacia la inteligencia
artificial, las sociedades parecen perder su propia inteligencia natural.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">La nueva realidad desorienta a
las élites. A las políticas, desde ya, pero también a las culturales,
económicas, empresariales y aún militares. Al no tener una argamasa que
unifique a los antiguos actores o ser ésta cada vez débil, y al disolverse los
antiguos colectivos, las representaciones sienten quedarse sin representados.
Su esfuerzo termina reduciéndose a la lucha circular por su propia subsistencia.
Eso potencia la disgregación, que a su vez alimenta al simplismo populista generador
de mensajes casi místicos dirigidos a esas personas desorientadas y ansiosas de
un rumbo. También estimula la impostación de causas justas, presentadas como
caricaturas al estilo “todo o nada” en lo que a cada una le importa, sin que interese
su consecuencia para los demás.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">La formación de mayorías,
herencia de la construcción democrática de los siglos XIX y XX, se hace
efímera. Sólo la fuerza y el sectarismo habilitan alguna clase de permanencia.
Se fuerza la instalación de “grietas” que le quitan riqueza al debate y
polarizan las sociedades con tensiones límite mientras buscan hacer desaparecer
los diálogos alrededor del centro, propiedad de las democracias virtuosas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Frente a ello no es sencillo
articular un protagonismo consciente. Hasta la propia democracia sufre el
deterioro de la licuación social y la búsqueda de líderes que “arreglen” los
problemas, sin mucho análisis.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Se da en el mundo, y se da entre
nosotros.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Una cosa es segura dentro de toda
esta confusión: si bien las consignas voluntaristas no alcanzan, tampoco es el
regreso al pasado ni la restauración corporativa la que abrirá un camino
virtuoso. Más bien lo demorará.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Aunque sea difícil, el liderazgo
democrático es la única garantía de marchar hacia una sociedad en progreso,
crecimiento y buena convivencia apoyada en valores éticos. La herramienta de la
razón no admite polarizaciones. La paz -general y social- exige respeto a los
argumentos diversos. Es el verdadero progresismo, que no puede reducir sus
banderas a la racionalidad económica -aunque debe incluirla- pero tampoco negarla
en complicidad con el pasado corporativo y cleptómano.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">El hastío de la situación
argentina en caída libre habilitó una reacción en sentido contrario. Pero sería
erróneo creer que ante el populismo autoritario la mayoría de los argentinos requiere
un autoritarismo sin matices. En la necesaria inteligencia y sentido común de
la dirigencia política está hoy la tarea de separar “la paja del trigo”,
evitando que las reacciones frente a los excesos del poder administrador las
conduzca a neutralizar los esfuerzos por rectificar el rumbo suicida que
llevábamos, pero a la vez recreen esa democracia compleja, sofisticada, seria y
moderna que espera una sociedad en plena transición -como todos en el mundo-
hacia una ciudad global: la tarea de reconstruir un liderazgo democrático, que no
puede ser sólo “mayoritario” sino plural, dialoguista, empático y consciente de
sus límites políticos y temporales. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">La incapacidad de las dirigencias
para generar ese liderazgo alternativo llevó a que el liderazgo del cambio
quedara en manos de una opción que, aun acertando en la mayoría de los
capítulos económicos, muestra fuertes falencias institucionales hoy disimuladas
por la urgencia, pero que se harán notar cada vez más cuando el país retome su
marcha. La construcción del liderazgo democrático alternativo moderno y
cosmopolita, con centro en el país y los argentinos, es entonces imprescindible.
No hacerlo puede hacer que el recorrido del péndulo vuelva peligrosamente al
pasado, ahí sí muy cerca de lo irreversible. Lo vemos hoy mismo, con el ingenuo
acercamiento de tradicionales dirigencias democráticas a los cínicos estertores
del populismo cleptómano. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="tab-stops: center 212.6pt; text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Ricardo
Lafferriere<span style="mso-tab-count: 1;"> </span></span><o:p></o:p></p>Ricardo Lafferrierehttp://www.blogger.com/profile/15445431174942152340noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3850928626126204564.post-12130792127478824582023-12-10T13:58:00.000-08:002023-12-10T13:58:13.094-08:00¿Menem 2.0?<p> </p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">¿Menem 2.0?<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Imposible no
sentir remembranza de aquel tiempo. La economía del primer turno democrático se
había desbocado, pasando su factura por no haber tomado nota del cambio que ya
se había producido en el mundo y en el país entre el derrocamiento de Arturo
Illia en 1966 y los nuevos aires que comenzaron a campear a partir de la crisis
del petróleo y el comienzo de la nueva globalización y expansión financiera.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Alfonsín
tuvo una prioridad, que trascendía la economía: reconstruir el tejido
institucional cuyo deterioro llevaba muchas décadas. Lo logró, con una singular
épica democrática de la que aún disfrutamos, aunque el precio de la
desactualización económica -más que del propio Alfonsín, de la sociedad
argentina y su sistema político y económico- pasó factura. Llegó la
hiperinflación, que Menem sufrió también a comienzos de su gestión.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">La llegada
de Cavallo comenzó a ordenar la economía. La situación internacional lo ayudó,
así como el predicamento del nuevo presidente ante los gremios, el éxito de la
lucha contra la inflación y -a pesar de llegar con una historia y una
experiencia larga en el sistema- una presentación de “outsider” taquillero con
los medios que le facilitó su llegada al gran público. Su hegemonía duró una
década.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Se ha
escrito mucho sobre su final. Alguna vez he sostenido que los errores de su
gestión no fueron ajenos a la falta de oposición, no porque el radicalismo de
esos tiempos no la hiciera, sino porque la hacía desde el pasado, creyendo que
era posible regresar al país de Illia, sin tomar nota de los cambios -que al
final de su mandato, el propio Alfonsín había advertido cuando realizó su
convocatoria de Parque Norte e impulsó las privatizaciones de Entel, Aerolíneas
y lanzó el Plan Houston- producidos en el mundo luego de la crisis del
petróleo, de la deuda y de la globalización financiera. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">De la Rúa y
Macri intentaron retomar el camino modernizador pero chocaron con una sociedad
que aún estaba atada a los conceptos de mediados del siglo XX y no había
asumido los cambios del mundo. Estructuras que alguna vez he conceptualizado
como la “coalición de la decadencia” impidieron los tres esfuerzos
modernizadores de la democracia, cada uno con sus particularidades y matices.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">La situación
que deja el kirchnerismo es mucho peor que la que recibió Menem, más grave que
la recibida por de la Rúa y muchísimo más grave que la que recibió Macri. La
impresión que dejan los primeros pasos de Milei es que busca retomar aquel
rumbo, reinsertando al país en el mundo económico global. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Sus ejes son
similares al intento del peronismo de Menem: fuerte alineamiento occidental,
reducción sustancial del aparato estatal, apertura económica unilateral,
reconstruir la economía sobre las bases liberales de la Constitución y buscar
homologar el costo argentino -incluidos los salarios, que en una economía
abierta con paritarias libres es previsible que acrecienten notablemente su
valor- con la competitividad global.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Esas bases
debieran ser un punto de encuentro, no de divergencias. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Los debates virtuosos
debieran centrarse en reducir los costos sociales de la transición, organizar
un sistema previsional y de salud pública de excelencia al alcance de todos,
reconstruir la educación de calidad en la que nadie quede afuera, integrar al
país en su dimensión continental con una infraestructura que llegue a todos y relanzar
la economía sobre la base de la estricta vigencia del estado de derecho. Esos
temas son los que sería esperable de una oposición “desde el futuro”, que no
reniegue del mercado ni de la modernidad, sino que sobre ella garantice un piso
generalizado de dignidad. Así logró Europa, en un juego virtuoso de
socialdemócratas y populares, recuperarse de la destrucción de la guerra.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Si en lugar
de esa línea que busca el centro se reproducen los discursos opositores que
vimos durante la década de los 90 cuestionando la necesidad de un cambio e
ignorando lo que realmente es necesario custodiar y propugnar, la historia
puede volver a repetirse. Y sabemos lo que significa.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Ricardo
Lafferriere<o:p></o:p></span></p>Ricardo Lafferrierehttp://www.blogger.com/profile/15445431174942152340noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3850928626126204564.post-55276762085335464902023-11-04T13:44:00.002-07:002023-11-04T13:44:28.666-07:00Si fuera dirigente, no me animaría a hablar...<p>Afortunadamente, hace varios años que dejé de serlo, luego
de algún acierto y muchas equivocaciones. Hoy la edad me permite la licencia de
sólo pensar y escribir, sin intentar incidir en nadie ni “dictar cátedra” desde
una tribuna.</p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">En esta situación de ciudadano corriente, aún con el pasado
a cuestas -que siempre pesa-, siento la vocinglería de mi “asamblea de neuronas”
discutiendo a los gritos, intentando aclarar lo que pasa y ayudarme a decidir
qué hacer. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">En esa Asamblea, están las emotivas y las racionales,
pujando ambas por imponerse. ¿Habrá posibilidad de síntesis, o están
indefectiblemente condenadas al desgarro de la propia identidad? ¿Qué hacer?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Por un instante, una de las más viejas logra un pequeño
momento de silencio y habla, con toda la carga de su sensatez, errores, memoria
y regreso a las fuentes. No es malo escucharla. Total, siempre están las más
nuevas con los aportes del cambio del mundo, de la tecnología, de una sociedad y
un mundo que tienen similitudes, pero también diferencias grandes con los
tiempos jóvenes.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">“¿Y si hacemos una incursión por nuestros viejos métodos de
análisis?¿quiénes están detrás y se expresan en uno u otro lado?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Comenzó el ejercicio intelectual. Dejemos de lado a la
vocinglera adjetivación que desde uno u otro protagonista impostan posiciones
de cara a la campaña y aún la personalización de los candidatos y hurguemos en
lo profundo, en las fuerzas sociales que se alinean en ambos lados.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"> En un lado,
claramente el país que giró durante décadas alrededor de la “corporación de la
decadencia”. Empresarios protegidos y rentistas, gremialistas corruptos, los
intendentes del conurbano donde imperan las mafias narco-delictivas, los
millones de clientelizados que se usan como carne de cañón para defender los
privilegios de la “corporación...”, el entramado de intereses oscuros que
alinea a punteros, policías, fiscales, jueces, jefes de “orgas” piqueteras...
en fin, los que “cobran” por una u otra vía alrededor del esqueleto de un
Estado que han cooptado, han vaciado de sentido ético y social y lo han
convertido en la máxima herramienta del saqueo y la corrupción. El que desde el
poder o desde la oposición mandó en el país en las décadas infinitas de la decadencia
y no quiere perder el botín. Y no son sólo peronistas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">En el otro, las fuerzas productivas. Los del campo,
expoliados hasta el cansancio por la corporación de la decadencia, los jóvenes
con vocación de progreso, los empresarios vinculados a lo más moderno del mundo
en su tecnología y en su producción -audiovisual, telemática, inteligencia
artificial, generación de contenidos, y todo el complejo comunicacional-, los
emprendedores que sufren la hiper-reglamentación estatal usada como herramienta
de clientelización, los que ansían un país en el que sean respetados su
esfuerzo, su patrimonio, su inversión, su educación y su capacitación
productiva. Los que “pagan” y han venido pagando la fiesta desde hace décadas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Entre estos campos, simpatizo claramente con el segundo y me
siento visceralmente opositor al primero. En estos términos, para mí no existe
una opción de “Massa o Milei” porque la opción Massa ni siquiera puedo
considerarla: lo considero no sólo alineado sino instrumento absoluto de la
primera opción, en las antípodas de la Argentina que sueño. Pero... ¿cuán
nítido es el alineamiento de Milei con la segunda? Y ahí surge mi verdadero
interrogante personal, reducido a otra dimensión: Milei o la “neutralidad”
expresada por la abstención o el voto en blanco. Ese es, para mí, el verdadero
y único dilema subsistente.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Tal vez estos elementos llevaron a Patricia Bullrich a esa
decisión unilateral, que tomó como ciudadana ya liberada de su candidatura y
sin invocar ninguna representación, agotada el día del comicio. ¿Qué considerar
más correcto? ¿Ayudar a consolidar una nueva fragmentación de las clases medias
productivas, ilustradas, democráticas, cosmopolitas, que votaron “el cambio” divididas
entre su candidatura y la de Milei, aún al precio de gran un costo político
personal, o ayudar a evitar esta fragmentación estructural sobre la que
cabalgaría la corporación de la decadencia y específicamente el peronismo, que pugnó
siempre por dividir a ese torrente modernizador de mil maneras y con mil
disfraces, con la pícara utilización de un ideologismo banal y falsario útil
para alinear un rebaño entre ingenuo y desactualizado?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Vuelvo a la asamblea de neuronas. Las más apasionadas, las
que se mueven con el corazón y los sentimientos, insisten fuertemente en la “neutralidad”
apoyadas en el abismo moral que las separa -en lo personal- de uno y otro de
los candidatos en pugna. Sin embargo, es oportuno recordar que la moral no es
un valor heterónomo sino autónomo, personal, íntimo. No responde a dictados ajenos,
sino a su propia pulsión. Y es por definición diferente en cada uno.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Por eso es importante destacar que la decisión de la que
hablamos no responderá a ningún alineamiento o pertenencia, agotados el día del
comicio al ser desplazada de la carrera final la opción en la que cada uno,
voluntariamente, decidió participar para construir en conjunto. El “balotaje”
vuelca en el ciudadano individual, en sus valores, convicciones, análisis y
compromisos una decisión que le corresponde sólo a él, sin opciones colectivas como
las que los movieron en la “primera vuelta” pero que han decidido no jugar en
esta partida.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Las otras, las racionales, se mueven al compás de los
objetivos: responden al imperativo causa-efecto, interpretan la realidad sin
pasiones sino con una mirada fría e insisten en el análisis metódico y
cartesiano. Éstas fueron las que evidentemente se impusieron en la personal
reflexión de Patricia Bullrich.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">La decisión de cada uno responderá a sus valores, pero
también a su historia personal, a su manera de ver la vida y de tomar
posiciones. En mi caso, formado en tiempos de la sociedad “sólida” -diría Bauman-
pero también de pasiones fuertes, esas que ayudaron a construir la democracia pero a la vez le quitaron flexibilidad
para responder a los acelerados cambios del mundo y del país y dificultaron la formulación
de acuerdos básicos -a pesar de los buenos discursos- es más posible que
termine imponiéndose la decisión que tomé al día siguiente de la elección,
aferrado al mandato alemnista de no
hacer nada si lo único que se puede hacer es malo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Pero también soy consciente que no existen acciones absolutamente
puras en la vida real. Cada acción valiosa conlleva un disvalor. Cualquiera sea
la decisión de cada uno, votar a Milei o abstenerse, su espíritu mantendrá una
inquietud, la de que “falta algo”. La forma de sintetizar esa contradicción es
una sola: con la acción posterior. Una acción en la que deberá probarse la
tolerancia, la apertura y la frescura intelectual, más propia de las nuevas
generaciones de la sociedad “líquida”.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Allí, en “qué hacer luego” debiera centrarse entonces la
reflexión. Es en ese “luego” que tengo para mí la misma convicción de antes: la
unidad estratégica de las clases medias, que debe juntar a unos y otros. Sea
votando a Milei, sea votando en blanco o absteniéndose, lo que importa es la
lucha que sigue después, que no se habrá agotado en esta elección, cualquiera
sea su resultado. El sueño de un país moderno, integrado al mundo, cosmopolita,
democrático, con sentido social e inquebrantable adhesión al estado de derecho.
Que grite tres veces “libertad” mientras construye, con la ilusión de los
inicios, “el trono a la noble igualdad"...<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Ricardo Lafferriere<o:p></o:p></p>Ricardo Lafferrierehttp://www.blogger.com/profile/15445431174942152340noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3850928626126204564.post-10630131651718742022023-10-26T08:48:00.006-07:002023-10-26T08:48:54.781-07:00Bullrich apoya a Milei ... y hay crisis en JxC<p> <b>Entiendo a todos</b></p>
<p class="MsoNormal"><b>Era previsible el maremágnum, especialmente en el
“escenario”. JxC es un espacio conformado por familias políticas distintas, con
historias diversas y culturas internas también diferentes. <o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><b>En algún momento los objetivos coincidieron y formaron el
espacio. El principal aglutinante fue terminar con el populismo orgiástico del
kirchnerismo. En 2015 se logró. Los acuerdos necesarios para conformar el
espacio triunfante habían sido “de segundo piso”, realizados por quienes
estaban en el escenario y compartidos por los votantes.<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><b>La gestión de gobierno dejó al descubierto las diferentes
visiones. No juzgo en este momento la corrección de unos y otros -lo he tratado
en otras notas-. Sí quedó en evidencia las prioridades que los diferentes
actores pensaban para la eventual gestión. Un proceso interno abierto, en el
que participaron las fuerzas fundacionales, determinó en su momento la fórmula
a impulsar.<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><b>Hoy esas historias y esas culturas distintas resurgieron
ante el paso dado por Patricia Bullrich y Luis Petri, apoyados -o instados, a
esta altura es lo mismo- por Mauricio Macri. El surgimiento de Javier Milei
canalizando gran parte del electorado originario de JxC amenaza con provocar un
cisma.<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><b>Una parte de JxC evidentemente considera que “el cambio”
es un espacio compartido por ambas fuerzas y deben unirse para conseguir,
justamente, el objetivo primario de JxC, terminar con el Kirchnerismo, que hoy
amenaza reciclarse por otras dos décadas con la nueva pareja emergente. Está
convencida que es tal vez la última oportunidad de detener la decadencia ya
suicida de un país en rumbo a su disolución. Llama a acordar entre las segunda
y tercera fuerzas para terminar contra lo que considera “el mal mayor”.
Curiosamente, coincido.<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><b>Otra parte, más formal, entiende que el papel asignado
por los votantes a JxC es el de la oposición, y que poco une a este espacio con
el de La Libertad Avanza, cuyo liderazgo máximo ha destratado e insultado hasta
el cansancio gestas que muchos argentinos consideramos heroicas para lograr la
restauración democrática. Esta opinión es predominante en la “nomenclatura” del
radicalismo y otras fuerzas con más organicidad, historia y cultura de debate
que el Pro. Curiosamente, también coincido.<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><b>¿Quién tiene razón? Como todo en política -y en la vida-
las líneas se cruzan, porque ambos la tienen. El juez definitivo es la mayoría
electoral, que llamada a participar con las reglas de juego aceptadas por
todos, decidirá cuál objetivo considera más importante o prioritario.<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><b>¿Es el paso de Patricia Bullrich y Luis Petri una
“traición”? Esta acusación más bien destila el tufillo del despecho. No ha sido
secreto para nadie el desinterés de una parte del liderazgo de JxC, el
perdidoso en su elección interna, restando su apoyo en la elección general a la
fórmula del espacio común. Varios de sus dirigentes han aparecido en los medios
en 24 horas denostando a Bullrich (“y Macri”) más veces que las que lo hicieron
en dos meses de campaña para apoyar la fórmula del espacio. Les resulta a
muchos más interesantes impostar la supuesta simpatía de Macri por Milei como
causa de la derrota, más que sus propias inacciones.<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><b>En todo caso y para no cargar las tintas, creo que todos
han sido leales a sus convicciones. Bullrich, Petri (y si se quiere, Macri) han
reiterado lo que propusieron hace meses, antes de la conformación definitiva de
los alineamientos: incluir a La Libertad Avanza en JxC para seguir con ella
adentro el proceso interno. No fue acepado, y acataron.<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><b>Los partidos de JxC se negaron a ese ingreso al ver las
propuestas alocadas del novedoso “rock-star” -noblesa obliga, cada vez más
licuadas- sin advertir que esas propuestas serían seguramente vencidas en el
cotejo interno.<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><b>Terminado el proceso electoral, una de las “almas” de JxC
prefiere agotar las instancias posibles, legales y políticas, para detener lo
que considera el mayor mal y peligro para la propia existencia del país.<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><b>La otra, prefiere aceptar el papel de reserva
resignándose a la derrota del objetivo originario.<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><b>¿Significa esto el fin de JxC? Tal vez, o tal vez no.
Para lo que sí debe servir la experiencia es para aclarar lo que en definitiva
motiva a unos y otros, y pasar en limpio las coincidencias obligantes. Nadie
puede atribuirse -nadie lo ha hecho- la opinión del conjunto y por lo que se ha
visto, los pasos han sido individuales. Hasta la propia decisión de
Bullrich-Petri es, si se quiere, una “patriada” que a nadie obliga, ni siquiera
a sus propias fuerzas, como no sea con un ejemplo que puede o no seguirse.<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><b>En lo personal, por una historia militante que es
idéntica a mi historia vital, se me hace imposible votar a Milei, de quien no
puedo separar en mi memoria su imagen castigando con un guante de box la figura
de Raúl Alfonsín y de quien no he escuchado ni una sola vez la frase “estado de
derecho”. Ello no obsta a que mire a la distancia, debo reconocer que con un
dejo de simpatía, a quienes lo hacen. Hay entre ellos innumerables compatriotas
que veneran también a Alfonsín pero que no consideran ese agravio como tan
importante como para derivar de él un voto del que puede depender algo tan grave
como que el país siga existiendo. Prefieren “taparse la nariz” y jugarse por el
país.<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><b>Pero me resulta muchísimo más imposible votar a Massa,
sobre quien no es necesario agregar sustantivos ni adjetivos. Creo que es la
corrupción renovada, la impunidad cínica, la anti-política, la anti-patria, el
anti-pueblo, la anti-democracia y el anti-estado de derecho. Y me siento con un
abismo de distancia, mucho mayor a lo imaginable, con quienes lo apoyan o
promueven porque tengo la convicción íntima y profunda que su triunfo puede
significar la derrota definitiva de la democracia argentina y de la propia
Argentina como país.<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><b>Sería deseable que el debate de este mes que viene sirva
para atenuar locuras, aclarar compromisos y pasar en limpio modelos y
proyectos. Y entonces los ciudadanos decidirán sus prioridades, se sumarán las
opiniones, y el país tendrá el rumbo que elija, del que deberá hacerse cargo,
cualquiera sea.<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><b>Ricardo Lafferriere<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><b> </b></p>Ricardo Lafferrierehttp://www.blogger.com/profile/15445431174942152340noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3850928626126204564.post-51904780783036337372023-10-26T08:43:00.003-07:002023-10-26T08:43:42.680-07:00Milei o Massa<p> <b><span lang="IT">Milei o Massa</span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b>De errores y sorpresas<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal">Pocas cosas son tan aleccionadoras para quienes intentamos
descifrar los fenómenos políticos como mirar los escritos en retrospectiva. Así
ocurre ahora.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">¿El loco o el ladrón? Ese dilema atormenta a quienes creemos
en la política de los principios y somos llevados por nuestras convicciones
democráticas a una opción de la que es imposible escaparse.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Las dos son opciones inciertas. El loco ha ido cambiando sus
propuestas, la mayoría alocadas, día a día. No tiene equipos ni experiencia de
gobierno. Ha recorrido en los últimos años todas las opciones a las que muchos
hemos enfrentado en cada coyuntura: Menem, Duhalde, Kirchner, Scioli, Cristina.
Un catedrático tan importante como Guy Sorman -de quien al parecer fue alumno- nos
advierte sobre su inmadurez. Un sociólogo tan importante como Loris Zanatta lo
hace sobre su inestabilidad emocional. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">El ladrón, por su parte, se ha enriquecido en silencio a su
paso por cada escalón de la función pública, en la que se inició militando en
la UCD de Alsogaray. Fue menemista, Duhaldista, kirchnerista, antikirchnerista,
nuevamente kirchnerista y luego Massista. Massista, hasta el final y sin
reparo, sin amilanarse ante el uso de fondos públicos fabricados-falsificados
en un nivel alucinante -hablan de casi 2 PBIs en pocos meses- con la sola
ambición de su llegada al poder. Sin escrúpulos, sin vergüenza ni valores, con
hipocresía primero y con cinismo luego.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">El análisis propio, por su parte, nos trae a la memoria nuestra
propia mirada, desde hace más de una década, cuando reinaba el kirchnerismo y
la oposición bailaba el minué del frente de centroizquierda. En ese momento, en
soledad, advertí -ninguna hazaña- que el drama de la Argentina había sido la
ruptura de sus clases medias entre sus versiones capitalina y federal. Ese
hiato, que dividió el amplio torrente que fuera expresado por el radicalismo
durante el siglo XX, se fragmentó entre las nuevas expresiones del PRO y de la
CC en el “AMBA”, mientras que el interior productivo seguía mayoritariamente en
las filas del viejo partido. La división era aprovechada por un peronismo que
también lo había advertido y operaba en silencio, con toda clase de
herramientas -desde seudos “relatos” ideológicos, ingenuamente adoptados por militantes
de esas fuerzas, hasta la compra directa de voluntades de dirigentes, para lo
que son maestros-.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">“Para retomar la construcción democrática de la Argentina es
imprescindible volver a unir a las clases medias, que hicieron el país moderno”,
escribí hasta el cansancio.” Al final, pudo darse. Pero unos y otros, por
diversas causas, se negaron a una confraternización que se tradujera en
herramientas formales de toma de decisiones y resolución de conflictos,
programas y candidaturas. Cada uno en su nido, mirándose con recelo, conformaron
una sociedad sin “afectio societatis” dejando al destino y a cada coyuntura la
resolución de problemas. Y así no funciona una democracia moderna porque vuelve
a abrir el campo de las desconfianzas, de las posibles traiciones y hasta de
las rupturas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Seguramente todos honestos y creyentes de sus convicciones,
no supieron articular mecanismos que permitieran resolver rumbos. Y dentro,
cada uno empujó por el propio. La sociedad, en consecuencia, se desorientó.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">En esta confusión surgió la voz “libertaria” del loco. El
hastío de los compatriotas de a pie, que frente a sus angustias cotidianas
-disolución de su salario al ritmo de la disolución del peso, incertidumbre sobre
el futuro de sus jubilaciones o retiros, ahogado por una presión fiscal e
impositiva nacional, provincial y municipales que impedía cualquier iniciativa
productiva, sin salud pública, sin educación y sin seguridad- quería que
alguien le hablara sin los discursos “de segundo piso”, correctos pero insuficientes
para expresar la indignación. Esa voz hizo mella en muchos compatriotas de
clases medias y en quienes aspiraban a serlo o a no dejar de serlo. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">La voz se convirtió en mito, tal vez fugaz pero con el
resultado de recrear la división de las clases medias. El ataque desaforado a
las demás expresiones de las clases medias modernas calificadas como “casta” e
incluso el agravio innecesario a figuras señeras en la construcción de la
democracia como la de Alfonsín clavaron un hito irreversible de repudio.
Quedará siempre la incógnita si esos pasos fueron resultado de su locura o de
una inteligente tarea de demolición de la unidad elaborada por los tradicionales
rivales del país moderno, la Argentina populista, cerrada, rentista y decadente,
que gira alrededor del peronismo. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">El agravio reiterado al Papa, despertando por reacción una
militancia cotidiana en favor de la defensa del pontífice, fue sin dudas una de
las principales causas del crecimiento electoral del 50 %, tres millones de argentinos,
en la performance electoral que nadie puede atribuir a la “capacidad de
movilización” de la estructura peronista o a alguna afortunada o desafortunada
frase de Mauricio Macri. Ese país católico -y la Iglesia- reaccionaron apoyando
a la opción que veían más cercana al Papa y al “país católico”, que es el obviamente
el peronismo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">El otro sector de las clases medias no atinó a responder adecuadamente
con una inteligente propuesta transformadora. Enredada en una lucha interna
inexplicable terminó saldándose con un hiato horizontal: el noventa por ciento
de la dirigencia en un lado arrastrando al 10 % de su electorado, frente al
diez por ciento de la dirigencia representando al 17 %, pero dejando heridas
profundas que tampoco se suturaron a tiempo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Del otro lado, la construcción del relato tampoco fue
novedad. Lo usó ya Duhalde en el 2001 para dar el golpe a un gobierno que
intentaba una modernización democrática del país, la falsaria “unidad nacional”
que alineó a los mismos actores que se busca alinear ahora con similar mensaje,
obviamente simple escudo para ocultar lo que en última instancia se hará, sea
lo que sea. Puede ser continuar con la decadencia infinita con la que lucrar
mediante un poder sin controles ni rendición de cuentas hasta terminar de convertir
al país en una gigantesca toldería manejada por una narco-nomenclatura
millonaria -sueño del “pobrismo” jesuita-, o puede ser un giro “menemista” que
intente nuevamente un ajuste sobre las clases medias y mayor endeudamiento y
dependencia externa. El populismo no suele mostrar las fichas que esconde tras sus
relatos de ocasión. La “unidad nacional” se sostendrá con algún ministerio o
secretaría, “anche” embajadas, sin influencia alguna en el rumbo del poder pero
que significará absolver a los ladrones. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">¿Qué hacer entonces? Pues... volver a las fuentes. En lo
personal, y ya retirado, me aferro a lo que me atrajo del radicalismo toda la
vida: su sentido principista, democrático y honesto. No lo veo en ninguna de
las dos opciones. Y me viene a la memoria aquella frase del fundador que todos
en algún momento hemos repetido: <b><span style="background: white; font-family: "Open Sans", sans-serif; letter-spacing: 0.4pt;">“Nunca he practicado la idea
de que en política se hace lo que se puede y no lo que se quiere. Para mí, hay
una tercera fórmula que es la verdadera: en política, como en todo, se hace lo
que se debe, y cuando lo que se puede hacer es malo, no se hace nada”.</span><o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal">Yrigoyen hubiera dicho “abstención revolucionaria”. Ojalá
pudiéramos hacerlo, con una fuerza política que lo representara cabalmente. No
la tenemos. Como humilde ciudadano simplemente creo que esos valores hoy me
indican claramente el camino: no votar o votar en blanco.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Ricardo Lafferriere<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>Ricardo Lafferrierehttp://www.blogger.com/profile/15445431174942152340noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3850928626126204564.post-69929085915446633822023-09-17T12:19:00.002-07:002023-09-19T10:23:56.733-07:00EL FIN DEL KIRCHNERISMO - II<p> </p><p> </p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b><span style="font-size: 14pt; line-height: 19.9733px;">LAS ELECCIONES EN ARGENTINA – PERSPECTIVAS EN SETIEMBRE DE 2023<o:p></o:p></span></b></p><p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p><p class="MsoNormal">En febrero del corriente año 2023 redacté un informe sobre el proceso político argentino y sobre las elecciones de cambio de gobierno nacional, varias provincias y numerosos municipios que se realizarían durante todo el año 2023. Ese informe fue actualizado con el que se encuentra más arriba. Terminaba afirmando que la Argentina se encuentra en una encrucijada que podría convertirse en un hito trascendental: el cambio de su paradigma nacional.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">Específicamente decían sus párrafos finales que la Argentina <i>“...puede llegar a su definitiva latino americanización, manteniendo su unidad como país, pero con una sociedad empobrecida y embrutecida definitivamente, con sus clases ilustradas y productivas emigrando y una nomenclatura populista cleptómana adueñada del Estado en forma arbitraria, mañosa o violenta junto a socios narcos adueñados de hecho de grandes zonas del país. Socios en el mundo y en el continente no le faltarían. Sería el sueño del “pobrismo” jesuita, de los narcos, de los punteros del conurbano, del retro progresismo, y, en general, del populismo. Una gigantesca toldería de vida miserable gobernada por una narco nomenclatura mafiosa enriquecida. Así pasó en Cuba, así pasa en Venezuela y Nicaragua.<o:p></o:p></i></p><p class="MsoNormal"><i>Y puede pasar en Argentina.<o:p></o:p></i></p><p class="MsoNormal"><i>Como puede pasar también que -por el contrario- la Argentina retome su tradición de país constitucional, integrado al mundo, respetuoso de la ley y los compromisos, reconstruya su moneda, erradique el populismo, vuelva a los esfuerzos modernizadores y educativos jerarquice su educación y su justicia, y construya una democracia compleja, consciente, inclusiva, actualizada.<o:p></o:p></i></p><p class="MsoNormal"><i>También puede pasar.<o:p></o:p></i></p><p class="MsoNormal"><i>Los dados parecen estar en el aire.”<o:p></o:p></i></p><p class="MsoNormal">A pesar de las lecturas apocalípticas que se han realizado luego de las elecciones PASO (“primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias” -o justamente, ante ellas-) hoy pareciera que el país está comenzando a tomar el segundo camino.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">Cuando se acallen las expresiones estentóreas de “vencedores” y “derrotados” -cabe decir, ninguno lo ha sido del todo-, el saldo principal es que la mayoría de la opinión pública ha expresado estar fuertemente desconforme con el rumbo que ha seguido el país en el actual período de gobierno, que ha culminado un proceso de décadas asentado en el predominio de la “ideología nac & pop” aplicada hasta sus últimas consecuencias, teniendo como resultado un derrumbe de todos los aspectos de la vida nacional: social, económico, político, internacional, educativo, moral y de convivencia.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">La sorpresa del resultado inesperado de la opción “libertaria” encabezada por Javier Milei no puede ocultar esta afirmación, porque una lectura más cercana a la intimidad del proceso electoral muestra claras evidencias del agotamiento sin remedio de la forma en que la mayoría de la ciudadanía concebía a su país y a su papel en el mundo.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">Veamos: El electorado dividido en tres tercios, indica que<o:p></o:p></p><p class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="mso-list: l5 level1 lfo4; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->1)<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;"> </span><!--[endif]-->la versión contemporánea del peronismo que ha hegemonizado el proyecto kirchnerista, cuyo “nucleo duro” fue expresado por la lista perdidosa en el cotejo interno oficialista (el 5,9 % del electorado) no ha logrado hacer mella en el grueso del electorado peronista, que ha seguido la opción más amigable con el mercado y modernizadora de Sergio Massa. Esta afirmación no implica reconocer la pureza política de este proyecto, sino que se trató de la propuesta claramente menos afín al “modelo nac & pop” del actual oficialismo. Masa se ha salvado de la implosión final recibiendo el 21,4 % del voto ciudadano.<o:p></o:p></p><p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l5 level1 lfo4; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->2)<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;"> </span><!--[endif]-->El debate en el seno de la clase media madura expresada en Juntos por el Cambio se decantó en el triunfo del lema liderado por Patricia Bullrich con un mensaje de cambio de paradigma económico y social integral en el marco del estado de derecho. Su propuesta recibió al interior de la principal coalición opositora el 60 % frente al 40 % de Horacio Rodríguez Larreta, sumando en conjunto el 28,3 % del electorado general.<o:p></o:p></p><p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l5 level1 lfo4; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->3)<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;"> </span><!--[endif]-->La propuesta única de la organización “La Libertad Avanza”, liderada por Javiel Milei, recibió el 29,8 % del electorado.<o:p></o:p></p><p class="MsoListParagraphCxSpLast" style="mso-list: l5 level1 lfo4; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->4)<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;"> </span><!--[endif]-->Un dato no menos importante es el ausentismo, que rondó el 30 % de votantes, aproximadamente un 10 % más que en las elecciones generales de elección presidencial, que suele orillar en el 20 %.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">Esos son los números finales. Entrando en su composición, observamos las siguientes particularidades:<o:p></o:p></p><p class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="mso-list: l0 level1 lfo5; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->1)<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;"> </span><!--[endif]-->El derrumbe de la opción oficialista. En 2019 su candidato recibió el apoyo unánime del peronismo, sin debate ni discusión. El proyecto “nac & pop” obtuvo en las elecciones generales el 48 % de respaldo popular, traducido en mayorías parlamentarias claras en ambas cámaras, en los gobiernos de provincias y municipalidades y en toda la “coalición” política-económica-sindical que tácita o expresamente gobernó al país y hegemonizó a la opinión pública en las últimas décadas.<o:p></o:p></p><p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo5; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->2)<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;"> </span><!--[endif]-->El gobierno de entonces pasó a la oposición, manteniendo el 42 % del electorado. Había intentado sin éxito consolidar un cambio secular del funcionamiento económico argentino, sin poder suficiente para sostenerlo. Su escasa base territorial (5 gobernadores sobre 22) y parlamentaria (40 % de la Cámara de Diputados y menos de un tercio del Senado), además de la furiosa resistencia corporativa de empresarios rentistas protegidos, gremios burocratizados y un aparato comunicacional mayoritariamente tomado por la “ideología nacional y popular” lo evitaron, hasta que fue derrotado por el retorno de la vieja coalición. Hoy, esa opción en su porción más extrema se ha reducido al 5,9 % mientras la mayoría de los votantes fielmente peronistas prefirieron una alternativa más cercana a un modelo modernizador -aunque impotente- y no menos de un 7 u 8 % de sus votantes de entonces se transfirió a La Libertad Avanza, de Javier Milei.<o:p></o:p></p><p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo5; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->3)<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;"> </span><!--[endif]-->Conservó el apoyo de las cúpulas burocratizadas del empresariado prebendario, de la burocracia sindical corrupta, del pobrismo jesuita y de los grupos narco-delictivos.<o:p></o:p></p><p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo5; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->4)<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;"> </span><!--[endif]-->Por el lado de la principal oposición, una sorpresiva lucha interna obligó a dirimir en las urnas el camino a ofrecer a la ciudadanía. Se enfrentaron la opción más nítida de cambio, de Patricia Bullrich, frente a la propuesta de realizar esos cambios de manera dialogada y concertada sostenida por Horacio Rodríguez Larreta. Los votantes intuyeron que si no se realizaba el cambio con la fuerza de la política que proponía Patricia Bullrich, sería imposible realizarlo dialogando y concertando con aquellos que inexorablemente deberán sufrirlo y ya mencionados, la burocracia sindical corrupta, los empresarios prebendarios, los escalones estatales infiltrados por las corporaciones que impidieron la transformación al gobierno anterior de JxC presidido por Mauricio Macri, y por los restos de la ideología “nac & pop” aún subsistentes en el propio frente opositor, no peronistas ni corruptos, pero tributarios de las mismas concepciones culturales sobre el funcionamiento de la política.<o:p></o:p></p><p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo5; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->5)<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;"> </span><!--[endif]-->Javier Milei, sin atadura alguna ni debate interno fuerte, aprovechó esta mini-grieta de JxC avanzando con una propuesta económica aparentemente rupturista, adornada con exageraciones anarquistas incompatibles con el mundo de hoy y con el equilibrio social, que han sido bandera de las ofertas ideológicamente extremas de la política argentina pero que resultaron escondidas por la fuerza de su planteo económico fundamental: terminar con la existencia de la moneda nacional y convertir al dólar americano en la moneda utilizada en el país.<o:p></o:p></p><p class="MsoListParagraphCxSpMiddle">Ello resultó seductor para una población que asiste azorada a la disolución terminal de su moneda, las prohibiciones para acceder a la única moneda que ofrece estabilidad en su valor y considera accesible (el dólar americano) y la aceleración del resultado de la disolución del peso argentino: la aceleración inflacionaria a niveles indescriptibles en el mundo del siglo XXI, a lo que se agrega una inseguridad y violencia cotidiana delictiva nunca vistos en la Argentina.<o:p></o:p></p><p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo5; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->6)<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;"> </span><!--[endif]-->Un acercamiento a los resultados electorales nos muestra una particularidad extendida a todo el país: una parte importante del voto peronista tradicional volcado al apoyo a Milei. Esto se vio en las provincias fuertemente clientelizadas en las que el peronismo había obtenido en las elecciones locales de este año claras mayorías -Formosa, Santiago del Estero, La Rioja, Misiones- y en los resultados geográficamente discriminados en las grandes ciudades, donde los centros y primeras periferias en las que triunfaban las alternativas democráticas - republicanas (de izquierda, derecha y centro) dieron ahora el triunfo a JxC mientras las barriadas de mayoría tradicionalmente peronistas dieron el triunfo a Milei.<o:p></o:p></p><p class="MsoListParagraphCxSpLast">Tal vez el mejor ejemplo fue la ciudad menos clientelizada del país, la CABA, en la que la performance de Milei sólo mostró los votos propios, sin recibir transferencias ni del peronismo ni de Juntos por el Cambio, estos últimos protagonistas de un cotejo interno cumplidor de las normas democráticas expresas y tácitas.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt;">LAS INCÓGNITAS<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt;">La composición de los “tres tercios” del electorado argentino presentan varias incógnitas de cara a las elecciones generales.<o:p></o:p></p><p class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="mso-list: l4 level1 lfo6; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->1)<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;"> </span><!--[endif]-->Los votantes peronistas que dieron el triunfo a Milei para “castigar” a su propio gobierno ¿seguirán en esa tesitura en las elecciones generales o regresarán a su cauce originario?<o:p></o:p></p><p class="MsoListParagraphCxSpMiddle">El futuro es opaco. Nada puede predecirlo. Sólo podemos recurrir a un ejemplo comparativo, de relativa homologación con el presente por tratarse de diferente base social: las elecciones de 2019. En ellas, los votantes de JxC, molestos o desconformes con el final de la gestión de Mauricio Macri, le dieron en las PASO un apoyo del 31 %, que se transformó en el 42 % en las elecciones generales un par de meses después.<o:p></o:p></p><p class="MsoListParagraphCxSpMiddle">No es posible transferir este comportamiento electoral al presente en forma automática, sino sólo como un indicador de probabilidades. Si ocurriera con Massa lo que ocurrió con Macri en 2015, debiera bajar el apoyo a Milei y subir el de Massa (actual “presidente virtual”). Una diferencia, no menor: Macri conservaba un liderazgo residual en su propia fuerza que, cotejado con el regreso del populismo pudo motivar la recuperación de gran parte de los votantes desconformes con el final de su gobierno. El “fuerte” de Massa es la estructura política del peronismo. Esa diferencia deja incógnita, habida cuenta del menor liderazgo de Massa, mediatizado por la figura de Cristina Fernández.<o:p></o:p></p><p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l4 level1 lfo6; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->2)<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;"> </span><!--[endif]-->¿Cómo se desarrollará la dinámica interna de JxC? A primera vista pareciera que es la fuerza que cuenta con mayor capacidad de retención de votantes. Su tercio no tiene mejores alternativas que las ofrecidas por su liderazgo actual -ya que es muy difícil que miren como opción a Massa, y los que no emigraron a La Libertad Avanza en las PASO difícilmente lo hagan ahora, cuando existen posibilidades ciertas de entrar en el ballotage-.<o:p></o:p></p><p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l4 level1 lfo6; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->3)<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;"> </span><!--[endif]-->Si supusiéramos que del 10 % de electores que no concurrió a votar también se dividan en tercios, JxC podría alcanzar un 33 % en la primera vuelta, suficientes para entrar en el ballotage con Massa -que podría recuperar todo o parte de los votantes peronistas que apoyaron a Milei y un tercio de los ausentes igualando o hasta superando a JxC en la primera vuelta- ante la “retroversión” de los votantes “prestados” del peronismo a Milei cuya dimensión, si realmente alcanza a 8 /10 % del electorado, llevaría a éste a un andarivel inferior al 30 %.<o:p></o:p></p><p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l4 level1 lfo6; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->4)<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;"> </span><!--[endif]-->Pero si, en cambio, Milei retiene a los “peronistas prestados” que se entusiasmen con su nuevo líder, el que entraría en el ballotage sería él junto a Bullrich.<o:p></o:p></p><p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l4 level1 lfo6; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->5)<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;"> </span><!--[endif]-->¿Cuál es el resultado más probable? Repito: el futuro es opaco. Con las diferencias existentes, cualquier “cisne negro” de último momento puede incidir en la primera vuelta electoral. Tal vez es más sencillo imaginar los tres escenarios posibles.<o:p></o:p></p><p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l4 level1 lfo6; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->6)<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;"> </span><!--[endif]--><b>Massa vs. Bullrich</b>. Las muestras de opinión sobre los techos electorales, los apoyos y rechazos y los “nunca lo votaría” resultarían en un triunfo de Bullrich, que es muy probable que reciba los votos de Milei de la primera vuelta.<o:p></o:p></p><p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l4 level1 lfo6; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->7)<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;"> </span><!--[endif]--><b>Massa vs. Milei</b>. Reflexión similar. Es muy probable, por los mismos motivos, que Milei resulte triunfador frente a Massa, aunque es probable que con un mayor nivel de abstención. En efecto, los votos que naturalmente debería recibir son los de Bullrich de la primera vuelta, pero no hay que descartar que la fuerte campaña anti política de Milei no sea aceptada por muchos de esos votantes, que en la opción pueden preferir abstenerse o votar en blanco. Algunos pueden, en la opción, sentirse más cerca de Massa que de Milei, considerándolo más “progresista” y menos “reaccionario”, pero esta reflexión no alcanzaría presencia estadística reduciéndose a algunos dirigentes. De la misma forma, votantes de Bullrich podrían apoyar a Milei “tapándose la nariz”, al sentirse más cercanos de su planteo económico que al del continuismo kirchnerista.<o:p></o:p></p><p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l4 level1 lfo6; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->8)<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;"> </span><!--[endif]--><b>Milei vs. Bullrich.</b> Tal vez sea el escenario cuyo resultado sea más difícil de predecir. Sus “pisos” y “techos” electorales son similares, el primero llegando al voto joven y marginal, la segunda al voto maduro de convicciones democráticas republicanas y las clases medias tradicionales. Milei podría volver a recibir votos peronistas desencantados, aunque parte de su discurso tiene componentes tan resistidos por el “sentido común político” de los votantes peronistas que no hay que descartar una actitud de abstención o votos en blanco (discurso fuertemente antisindical, desmantelamiento de la salud y la educación públicas, libre portación de armas, venta de órganos, mensaje fuertemente “anticatólico” -muy antipático en las barriadas populares-). Bullrich seguramente recibiría votos del peronismo no kirchnerista -tal vez, recuperando votos en Córdoba-, y de parte de los votos de Schiaretti ya que otros se identifican visceralmente con el peronismo, y algunos dirigentes intermedios peronistas de clase media- y seguramente de todo el arco político tradicional, preocupado por posible giro autoritario de Milei.<o:p></o:p></p><p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l4 level1 lfo6; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->9)<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;"> </span><!--[endif]-->Como <b>saldo final y de cara al futuro del país</b>, tanto un triunfo de Bullrich como de Milei auguran una economía más libre, un apoyo parlamentario recíproco con discusión -que puede ser fuerte- sobre la letra fina de las medidas, un cambio de paradigma económico-financiero y una recuperación de la actividad económica como el inicio de un proceso de crecimiento más o menos acelerado.<o:p></o:p></p><p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l4 level1 lfo6; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->10)<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;"> </span><!--[endif]-->Sin embargo, son también previsibles fuertes “cortocircuitos” por la diferente concepción sobre la política y el Estado. Mientras JxC sostiene una fuerte ortodoxia constitucional, no parece que a Milei esto le interese demasiado y sabemos que ignorando las reglas del estado de derecho, se acerca la ley de la selva. De ser así, se ingresaría en un terreno desconocido desde la recuperación democrática y como tal, de final incierto.<o:p></o:p></p><p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l4 level1 lfo6; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->11)<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;"> </span><!--[endif]-->Un triunfo de Massa, la menos probable de las opciones pero de ninguna manera imposible, resultaría muy condicionado por un parlamento abrumadoramente opositor, aunque posiblemente recibiendo el apoyo no de votos pero sí de dirigentes tradicionales apegados dogmática y religiosamente al paradigma “nac & pop” predispuestos a ser tentados por la “seducción” que sabe realizar el peronismo desde el poder. El avance de Federico Storani propugnando la votación por el kirchnerismo en la CABA y la sorpresiva reactivación del sector radical unido al kirchnerismo desde el comienzo (Moreau, Ricardo Alfonsín, Jano, etc.) puede leerse como un antecedente, seguramente fundado argumentalmente en el barómetro “progresista”.<o:p></o:p></p><p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l4 level1 lfo6; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->12)<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;"> </span><!--[endif]-->Desde el punto de vista de la estabilidad social, operar el cambio de paradigma -sea por Bullrich o por Milei o aún por Massa, si lo intentara- tendrá como oposición al kirchnerismo residual defendiendo su colonización del Estado, su saqueo al presupuesto y su ocupación de las empresas públicas. También a los grupos piqueteros defendiendo los planes sin contraprestación ni control, a los empresarios vinculados a la obra pública amañada y privilegios diversos en las distintas áreas y manejo de la aduana, a la burocracia sindical corrupta, al pobrismo jesuita y a las organizaciones narco-delincuentes.<o:p></o:p></p><p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l4 level1 lfo6; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->13)<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;"> </span><!--[endif]-->Pero en caso del triunfo de Massa, mantener el paradigma privilegiando su alianza con el kirchnerismo, acelerará la implosión del país hacia una gigantesca toldería manejada por una oligarquía político-delictiva, pero...<o:p></o:p></p><p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l4 level1 lfo6; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->14)<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;"> </span><!--[endif]-->No habría que descartar un cambio abrupto de orientación en su gobierno hacia un experimento similar al menemismo. Ello, sin embargo, no parece sencillo ante la ausencia de carisma, de recursos y de fuerza político-electoral para defenderlo como el que tenía Carlos Menem en 1989.</p>Ricardo Lafferrierehttp://www.blogger.com/profile/15445431174942152340noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3850928626126204564.post-66469965010762649202023-09-17T11:04:00.006-07:002023-09-17T12:22:45.307-07:00El fin del Kirchnerismo - I<p style="text-align: center;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEip9zSpBpVRHDT8oErN7colNZMZ1zmK2xGQL6fGcjJOdZ1qz29wG_wdVTl2lfsQZcEj-Na0ueh2ydhl0eEIdtcHXj3rLkLH6riKuGO3aZlDbAzJGaJc9dOSQadxPapr5A27f0ISeEsqGqY7Uj4RvJvHJDHzy9N7PjHlwOh4QqS61VlA7DbkkkM8sC5xHSMv" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="990" data-original-width="1440" height="307" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEip9zSpBpVRHDT8oErN7colNZMZ1zmK2xGQL6fGcjJOdZ1qz29wG_wdVTl2lfsQZcEj-Na0ueh2ydhl0eEIdtcHXj3rLkLH6riKuGO3aZlDbAzJGaJc9dOSQadxPapr5A27f0ISeEsqGqY7Uj4RvJvHJDHzy9N7PjHlwOh4QqS61VlA7DbkkkM8sC5xHSMv=w447-h307" width="447" /></a></div><br /><br /><p></p><p>El ciclo kirchnerista parece acercarse a su fin. Sin
embargo, esto no implica “per se” el fin del modelo “nacional-populista”, para
el que pueden darse circunstancias que objetivamente prolonguen su vigencia,
aún al precio de continuar con el languidecimiento del “país” como conglomerado
sociopolítico. Volveré sobre esto.</p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">En efecto: los pilares centrales sobre los que se apoya el
modelo “nacional-populista” en Argentina es una coalición -tácita o expresa,
según las coyunturas políticas- cuyos actores principales son:<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="mso-list: l2 level1 lfo1; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->a.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]--><b>Un empresariado prebendario</b>: que depende
directamente de contratos de obras públicas y de decisiones sobre servicios
públicos como la concesión monopólica o protegida de prestación de estos
servicios, la fijación de sus tarifas, los negociados entre proveedores del
Estado y privados sin reglas ni control, etc.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l2 level1 lfo1; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->b.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->Un <b>empresariado rentista</b> que vive de la
protección del mercado impidiendo el ingreso de productos generados en el
mercado global, que lo hace dueño excluyente del mercado interno en el que
reinan “como el zorro en el gallinero”.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l2 level1 lfo1; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->c.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->Una <b>estructura sindical burocratizada</b>,
con una conducción enriquecida y una masa de trabajadores formales en cada área
para los cuales esa conducción logra mantener mínimamente su nivel de ingresos
y una mínima prestación de salud.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l2 level1 lfo1; tab-stops: 262.25pt; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->d.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;"> </span><!--[endif]-->Una
<b>gigantesca red clientelar</b> que rodea a la Capital Federal y a los grandes
conglomerados urbanos, producto de una migración interna y de países limítrofes
que lleva décadas y que ha configurado un agregado aluvional de personas
desprovistas de los bienes fundamentales para su subsistencia y de herramientas
educativas-culturales para integrarse a la sociedad formal, convertidas en
carne de cañón de aparatos políticos-delictivos que los utilizan para lucrar
con sus necesidades y presionar a los gobiernos de turno. Para sostener esta
red, se destina aproximadamente el 2 % del PBI, que financian 18.000.000 de “planes
sociales” -la mayor parte de ellos favoreciendo al mismo titular-, el
sobre-empleo público nacional, provincial y municipal sin funciones específicas
que disfrazan la desocupación y la entrega directa de recursos a las
organizaciones que los agrupan.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l2 level1 lfo1; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->e.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]--><b>Sectores del Estado y de la justicia cooptados</b>
por esas estructuras gremiales, empresariales y políticas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l2 level1 lfo1; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->f.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]--><b>Estructuras político-gremiales intermedias</b>
que han cooptado el aparato estatal<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle">dirigiendo recursos hacia sus integrantes,
por diversos mecanismos: entrega directa de fondos, obras o servicios públicos
amañados, empleo público clientelizado, compras directas o con mecanismos
ocultos, etc. Estos mecanismos absorben alrededor del 1,5 % del PBI, a través
de las transferencias legales e ilegales, directas e indirectas que se extraen
de empresas productivas -industriales y agropecuarias- con la consecuencia de
dejarlas sin capacidad de inversión.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpLast" style="mso-list: l2 level1 lfo1; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->g.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->Y <b>actores de pertenencias políticas,
ideológicas e intelectuales difusas</b>, centralmente agrupados en el peronismo
pero acompañados por dirigentes de otros partidos y expresiones intelectuales,
artísticas y comunicacionales que pueden mantener con el peronismo disputas o
diferencias parciales pero que entienden de la misma manera el proceso
económico y político: economía cerrada, protagonismo exaltado del Estado sin
los límites de la ley y el estado de derecho, protección de sindicatos
semi-oficiales, ideología de la “sustitución de importaciones” en su versión
“siglo XX”, impostación del discurso nacionalista banal, exaltación del
“pueblo” como abstracción, indiferencia ante el fenómeno inflacionario, el
endeudamiento público para financiar gastos corrientes, la desvalorización de
la moneda y, en general, la búsqueda de apoyos sectoriales corporativos para el
ejercicio del poder o la oposición, según la coyuntura política.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Como vemos, <b><i>el kirchnerismo no es el protagonista permanente
de esta coalición</i></b>, aunque la haya expresado en las dos últimas décadas agregándole
su impronta, centrada en una gran <b><i>corrupción</i></b> que, en rigor, <b><i>no
es esencial ni inherente al sistema nacional-populista</i></b> sino que se
desarrolló aprovechando y respondiendo a las necesidades del mismo a cambio de
respaldo para la ocupación del aparato estatal. <b><i>Hay nacionalismo
populista más allá del kirchnerismo.</i></b><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">De la afirmación anterior se desprende que la oposición al
kirchnerismo se puede visualizar en dos grandes grupos, que pueden coincidir en
su objetivo inmediato -terminar con la corrupción kirchnerista y aún recuperar
el funcionamiento del estado de derecho- pero no necesariamente coinciden en
los cambios que deben realizarse en el sistema económico-rentístico del país.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Algo similar ocurrió con la coalición kirchnerista
originaria. La cúpula K, detentadora del poder, fue respaldada por amplios
sectores políticos -no sólo peronistas- a su llegada al poder. La recuperación
del poder del Estado unió a tradicionales adversarios, que advirtieron que, sin
un poder ordenador, todo sería rígido a un caos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Algunos de esos sectores fueron desgranándose en el camino y
pasando a una oposición al “modelo” a medida que la percepción ordenancista
originaria de los primeros tiempos luego de la crisis de cambio de siglo
terminó con el reforzamiento del poder ejecutivo y comenzó a definirse el
camino de la “recuperación” -cerrado, pretendidamente autárquico, y cada vez
más corrupto-. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Este camino lo fue alejando de quienes advirtieron que
serían los “financiadores” obligados del nuevo intento “nacional y popular”,
con el agravante que no contarían con un estado de derecho neutral para
defender sus intereses. Y también por sectores de la opinión pública que lo
miraron con simpatía hasta que fue asomando en forma creciente la corrupción y
las deformaciones político-institucionales que ya habían sido aplicadas en
Santa Cruz.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">La profundización de la corrupción fue alejando a estos
sectores y a otros de la coalición de gobierno, que fue sin embargo reforzada
con el alineamiento de quienes resultaban cooptados por el dinero fácil que el
Estado se encargaba de expropiar a determinados sectores para beneficiar a otros,
por fuera de cualquier norma legal y control, así como por la construcción de
un “relato” seductor para intelectuales, artistas y comunicadores que veían
reflejado en el discurso oficial viejas afirmaciones ideológicas de fondo
nacionalista y reivindicativa y a la vez, que ese relato los incluía como
receptores de fondos públicos. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Como veremos, entre los perjudicados estaban los productores
agropecuarios -si- pero también la enorme masa de jubilados y pensionados,
empleados públicos y en general, determinados sectores de trabajadores de
ingresos fijos que no participaban de la alianza oficial y el grueso de la
población que, en cuanto consumidora, era condenada a bienes cada vez más caros
y de menor calidad ofrecidos por el empresariado rentista.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b>¿Cómo se financia esta “coalición del gasto”?<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal">Algo adelantamos más arriba. Son varios los sectores y
mecanismos que “financian” la posibilidad de esta confluencia
económico-social-política. Son <b><i>los perjudicados por el “modelo”</i></b>,
sin cuya exacción ese modelo sería inviable. Algunos son expropiados
directamente, otros mediante la licuación de sus activos al compás de la
degradación de la moneda y del país en su conjunto, y otros porque los bienes y
servicios a los que se les permite acceder llevan incorporados en sus precios
las exacciones, sea por las rentas generadas por la protección, sea por la
descomunal presión impositiva, ambos extremos golpeando los precios de los
productos de consumo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Esos sectores son centralmente:<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="mso-list: l7 level1 lfo2; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->a.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]--><b><i>Los productores y -en general- el complejo
agropecuario</i></b>. Es el único sector “prima facie” superavitario y
competitivo de la economía argentina. Su aporte anual se traduce en la
generación de divisas -aporta más del 70 % de las divisas que ingresan al país-.
El mecanismo de apropiación de los ingresos agropecuarios, verdadero saqueo a
los productores, tiene una “llave maestra”, que es el control de cambios y del
comercio exterior. Al obligar a los exportadores a liquidar sus ingresos
exclusivamente vía el BCRA al tipo de cambio fijado por éste en forma
discrecional -y al fijar éste el valor del peso argentino a un monto que
duplica el de su valor de mercado, al que deben comprar sus insumos- asegura
por esta vía varios canales de apropiación y su aporte a las finanzas públicas,
efectuada mediante tres grandes agregados:<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="margin-left: 72pt; mso-add-space: auto; mso-list: l7 level2 lfo2; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->a.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->Las “retenciones a la exportación”, que incluyen
entre el 30 y el 35 % del precio final de la producción exportada, según el producto.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="margin-left: 72pt; mso-add-space: auto; mso-list: l7 level2 lfo2; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->b.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->El impuesto a las ganancias, que varía según la
dimensión de la explotación pero que puede estimarse como promedio en un 30 %
del valor residual en pesos de la producción.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpLast" style="margin-left: 72pt; mso-add-space: auto; mso-list: l7 level2 lfo2; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->c.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->El “diferencial del tipo de cambio”, mediante el
que se le extrae otro porcentual difícil de cuantificar por el abanico de
precios de la divisa “no oficial”, pero que si se compara con la evolución del
índice de precios mayoristas (el que mejor refleja el costo de los productos y
el único que está al alcance de cualquier persona) o el propio precio de la
divisa en los diversos mercados financieros no oficiales puede afirmarse que
alcanza al 100 % de diferencia. Por esta vía se “absorbe” otro 20 %.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 54pt;">La suma de estos agregados orilla
el 80 % del valor de venta de la producción, que es lo que se extrae de la
rentabilidad agropecuarias. Los productores reciben apenas el 20 % del valor
bruto de su producción, con lo que deben hacer frente a sus costos de
explotación, amortización de equipos, impuestos y tasas locales y rentabilidad.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 54pt;">Por último: aportan apenas el 7 %
del PBI, pero más del 70 % de las exportaciones, aunque podrían cuadriplicar
fácilmente su producción si se les respetara el precio internacional, o al
menos el que se abona a sus similares de la región (Uruguay, Paraguay o Brasil),
lo que aliviaría fuertemente el ahogo externo de la economía.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="mso-list: l7 level1 lfo2; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->b.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]--><b><i>Los sectores medios propietarios</i></b>
(dueños de inmuebles), cuyo valor se retrajo por la caída generalizada de la
economía y la licuación del valor de los activos, entre un 30 y un 50 % en el período
2020/2023, al compás del deterioro del “conjunto-país”.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l7 level1 lfo2; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->c.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]--><b><i>Los emprendedores,</i> cualquiera fuera su
dimensión.</b> Son castigados con saña especial por una persecución fiscal y
administrativa pocas veces vista, con la obvia finalidad de terminar con cualquier
sector de pensamiento independiente.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l7 level1 lfo2; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->d.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]--><b><i>Los sectores medios no propietarios
(inquilinos)</i></b>, que por la escasez de viviendas y la ideologización de la
legislación respectiva deben soportar alquileres elevados.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l7 level1 lfo2; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->e.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]--><b><i>Los sectores medios de ingresos fijos</i></b>,
afectados igualmente por la licuación de la moneda en la que cobran sus haberes
y la presión impositiva desbordada. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle">En efecto, agotadas las formas primarias de
financiación del clientelismo, para sostener la duplicación del gasto estatal
de las dos últimas décadas en valores constantes, se recurrió en primer término
a la directa confiscación de los ahorros previsionales privados, luego al
endeudamiento público en divisas llevándolo del equivalente del 40 % del PBI al
actual 100 %. Este porcentaje no sería tan grave si el riesgo-país se hubiera
mantenido “a raya” con una conducta cumplidora y disciplinada del país y de su
macroeconcomía. Con el riesgo-país en más de 2.000 puntos básicos (más del 20 %
anual) la deuda se hace insostenible. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle">Terminado el crédito, se utilizaron las reservas
internacionales del Banco Central, que en el agregado de “libre disponibilidad”
pasaron de 20.000 millones de dólares en 2019, a 12.000 millones negativas (es
decir, se gastaron más 30.000 millones de dólares en el período). <o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle">Agotadas éstas, se aceleró el
financiamiento del Tesoro con dinero sin respaldo a través de la “asistencia”
del BCRA, desatando un proceso inflacionario diabólico, el que se alimentó con
mecanismos de “absorción de dinero” como las Letras de Liquidez, mediante las
cuales el sistema bancario es inducido a formalizar compras de estos títulos a
tasas increíbles retroalimentando la inflación en niveles cada vez más elevados
y golpeando al final al salario e ingresos de sectores medios o alejados de éste
y otros mecanismos financieros totalmente parasitarios. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle">El incremento de la deuda pública -en este
caso, deuda “cuasi-fiscal” porque es del BCRA- supera con creces a la totalidad
de la base monetaria y alcanza a la alucinante suma equivalente a otros 30.000
millones de dólares, con vencimiento semanal, quincenal o mensual como está
dicho, a tasas crecientes. El sector financiero ha sido uno de los grandes
beneficiarios del desorden económico.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l7 level1 lfo2; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->f.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->Los <b><i>empresarios marginados de la estructura
populista</i></b>, cuyos patrimonios han acompañado la licuación del peso
argentino y valen aproximadamente la mitad de lo que valían en 2020. Mientras las
empresas internacionales más importantes han emigrado, debilitando los vínculos
comerciales del país con la economía global, los empresarios protegidos
acaparan el mercado nacional cada vez más pequeño a precios elevados, gozando de
subvenciones, protecciones arancelarias, tipos de cambio fragmentados en forma
alucinante según la conveniencia del sector al que se quiere “proteger” o “castigar”
y premiando a los empresarios serviles al poder, para los cuales se reserva el
poco crédito existente, los permisos de importación con el tipo de cambio “oficial”
hacia productos finales o intermedios que venden luego al público a precios estimados
por el tipo de cambio “blue” o cualquiera de sus similares, o la asignación de
tipos de cambio de exportación “circunstanciales” según las necesidades fiscales.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle">La deuda con importaciones autorizadas,
efectuadas pero no liquidadas, agrega otros 25.000 millones de dólares que
generan en las empresas legítimas la incertidumbre de tener que recurrir a los
mercados cambiarios no oficiales o perder definitivamente a sus clientes
externos por incumplimiento y a fijar precios de venta exorbitantes, previendo
el posible no pago o la demora “ad infinitum” de su crédito fiscal.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l7 level1 lfo2; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->g.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->Los <b><i>pasivos y trabajadores del sector
público</i></b>, cuyos ingresos han sido absorbidos también entre un 30 y un 50
%. Comparado con el índice de precios, los salarios han perdido aproximadamente
la mitad de su valor. Si la comparación se realiza con el precio de la divisa, los
salarios públicos y el sistema previsional ha reducido los haberes en un 30 %
si se compara con el tipo de cambio oficial, y en más de un 50% si se compara
con el tipo de cambio vigente en los mercados no oficiales.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l7 level1 lfo2; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->h.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->El <b><i>Estado, a través del endeudamiento
público alucinante</i></b>, que ha provocado en las últimas décadas no menos de
tres grandes “defaults” y varios “pequeños”, con el consiguiente crecimiento de
la “tasa de riesgo país” -cuya contracara es la tasa de interés al que el
mercado le presta a la Argentina, en los pocos períodos en que lo hace-. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle">El servicio de ese endeudamiento, cuando se
realiza, es soportado por el presupuesto público, o sea por los contribuyentes
formales. El déficit público corriente pasó de ser virtualmente inexistente en
2019 -retraído hacia el déficit cuasi fiscal y el pago de intereses- a
significar 7 puntos del PBI y superar el 10 % del PBI si se cuenta el pago de
intereses y el déficit cuasi fiscal.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpLast" style="mso-list: l7 level1 lfo2; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->i.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]--><b><i>El mercado interno</i></b>. Como todo lo
anterior ya no alcanza para financiar el entramado populista, se recurre al <b><i>impuesto
inflacionario</i></b> generado por la emisión de moneda nacional sin control ni
respaldo legal, desatando y reproduciendo un aumento de todos los precios de la
economía, incluido el de la divisa -contracara de la disolución del peso-. La
tasa de inflación ha sido creciente desde 2019, superando el 120 % en el 2023 y
golpeando salarios, jubilaciones y pensiones.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">La descapitalización del sector agropecuario y la virtual
desaparición de otros sectores exportadores tuvo como contrapartida el
surgimiento de sectores modernos, como la <b><i>exportación de servicios</i></b>
-fundamentalmente informáticos y otros servicios profesionales de menor
dimensión- y el <b><i>turismo</i></b>. Ambos sectores sin embargo fueron
limitados por el cerramiento financiero-monetario del país. Éste produce la
“retención” objetiva que implica la apropiación de la diferencia entre la
divisa generada en el exterior y su liquidación en Argentina vía BCRA -como los
exportadores agropecuarios-, cuya consecuencia es la reducción del ingreso
equivalente a la diferencia entre el valor oficial y los diferentes valores de
mercado semilibre (“Blue”, MAE, “turista”, “tarjeta”. “qatar”, “soja”, etc.)
que ha oscilado entre 1 a 1,8 y 1 a 2. Para una comprensión más rápida: si se
generan 100 USD por un trabajo profesional en el exterior, llegan al interesado
entre 50 y 55 dólares antes de impuestos, que se transforman en apenas 20 si el
objetivo es adquirir divisas en el mercado no oficial -o simplemente, se le
retienen “ganancias”-. El turismo fue castigado también por el aislamiento, que
requiere la proliferación de controles monetarios, financieros y fiscales
desalentadores del turismo receptivo que, con el retraso cambiario producido,
debería haber explotado dos o tres veces sobre sus niveles anteriores.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Las empresas argentinas del sector tecnológicamente más
avanzado han debido retirar sus sedes del país y llevarlas a lugares donde su
existencia no esté siempre en peligro por la ausencia de seguridad jurídica y
el discrecionalidad oficial. El mejor ejemplo fue Mercado Libre, empresa líder
en América Latina, que debió trasladar -incluyendo la residencia física y familiar
de su liderazgo corporativo- al Uruguay.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Las implicancias de todo este entramado de intervención
arbitraria del sector público en la economía y en las finanzas particulares se
proyectan a toda la vida social, que ha generado mecanismos diversos para
evitar lo que muchos consideran apropiaciones ilegales de sus patrimonios.
Estos mecanismos abarcan desde mercados de divisas informales diversos entre
los que se incluyen operadores “minoristas” como cambios por “delivery”, con
tipos de cambios especiales efectuados por micro emprendedores urbanos al margen
del sistema oficial o la aparición de remesadoras “fintech” de fondos hacia y
desde el exterior con las que las personas buscan evitar esas apropiaciones.
Estos ejemplos “minoristas” comenzaron a coexistir con los ya tradicionales mecanismos
“mayoristas”, como la utilización de acciones de cotización nacional e
internacional para mantener el valor de un ahorro, así como operaciones con los
títulos públicos que cotizan en el mercado internacional y nacional, arbitrando
con los mismos por mecanismos sofisticados instrumentados por el sistema
bancario.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Todo este entramado es tan complejo y abarca a tantos
actores -corporativos, empresarios, privados, políticos, gremiales y hasta
judiciales- que hace muy difícil focalizar los motores del modelo en “el
kirchnerismo”, como si una derrota electoral o política de esta fuerza fuera
suficiente para desmantelar la infinidad de mecanismos de los cuales ha
terminado por depender mucha gente, sean o no integrantes de la política, el
gremialismo o la economía.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Tómese nota que en estos análisis no han sido incluidos los
sectores que podríamos vincular más estrechamente al submundo kirchnerista y
agravan el cuadro: la clientelización extrema del conurbano de CABA y ciudades
grandes y medianas del interior posibilitada por la apropiación de ingresos por
las vías descriptas, la instalación del narcotráfico en importantes
conglomerados urbanos con la complicidad de aparatos
político-policiales-judiciales y con capacidad de poner en jaque a los propios
poderes públicos aún no cooptados, ni las redes delictivas de diversa clase
también apoyadas en el entramado de corrupción político-policial-judicial
mencionado. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Tampoco han sido incluidas las redes clientelares privadas,
socias del Estado, que reciben millones de “planes sociales” para su libre
administración, canjeando esos planes por servicios personales que en algunos
casos implican participar de sus actos públicos de presión y en otros simple
servidumbre o explotación personal a dirigentes oficialistas cercana a los
vínculos de esclavitud. A estos sectores hasta se le ha otorgado la gestión de
un sector del propio Estado, el que determina los fondos asignados y los grupos
a los que les asigna.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">En síntesis, la Argentina ha sido objeto de un saqueo
generalizado y un desmantelamiento sistemático de sus estructuras económicas,
educativas, militares, sanitarias y de su propia infraestructura, a la vez que sometida
al ancla de un descomunal endeudamiento público insostenible con la raquítica
productividad a la que ha sido conducida.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b>¿Cuáles son las expresiones políticas de esta realidad en
Argentina?<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal">En términos políticos, esa “base socioeconómica” de la Argentina
tiene lógicas expresiones políticas. Cabe sin embargo la aclaración que esa
expresión no necesariamente es nítida: la política, como campo específico del
quehacer social, transmite esos intereses, pero también tiene dinámica y reglas
propias, con motivaciones que no son sólo los intereses económico-sociales sino
que se centra en la compleja y ancestral lucha por la ocupación del poder, en
la que intervienen personas, partidos y grupos que no necesariamente son
animados por el mismo “ethos”. Hay allí quienes desean acceder al poder para
cambiar la sociedad, quienes pretenden apenas administrar los conflictos que la
evolución de la realidad vaya presentando y aquellos para quienes el poder
constituye una fuente de riqueza personal, para quienes los eventuales relatos
que exhiben son apenas máscaras intercambiables a cuyos contenidos no se
sienten obligados.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">La vida política incluye tradiciones, afectos, odios,
recelos, competencias personales, valores y rivalidades viejas y nuevas que se
superponen a los intereses económicos de los sectores que representan y ello
agrega un componente de incertidumbre sobre la actitud que en definitiva asuma
uno u otro dirigente o sector al momento de definir medidas de gobierno. La
relación entre el poder y la economía es, entonces, de una permanente
incidencia recíproca en la que cada sector tiende, en última instancia, a su interés
específico: en el caso de la política, acceder y conservar el poder y en el
caso de la economía, la mejora de la rentabilidad o la ganancia.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">En este sentido, las fuerzas con mayor estructuración
territorial e histórica y denso funcionamiento interno expresan más solidez
previsible en la gestión de gobierno, mientras que las que se concentran en
liderazgos personales y tienen una vida interna más raquítica son más
vulnerables a las presiones corporativas sobre el liderazgo y más riesgosas en
la predicción de sus decisiones de gobierno, unipersonales y en consecuencia,
más vulnerables a la sicología, ambiciones y discrecionalidad de los eventuales
líderes.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Con esta salvedad y en mi opinión, son cuatro alternativas
que obviamente interactúan entre ellas formando “híbridos” en continua
evolución y cambio pero que, en forma “pura” podríamos agrupar de la siguiente
forma:<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="mso-list: l6 level1 lfo3; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->a.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]--><b>El populismo peronista-kirchnerista</b>. Conformado
por una confluencia que incluye todo el entramado de poder mencionado, al que
el kirchnerismo ha agregado el componente de la <b><i>corrupción generalizada</i></b>,
no limitada a los estratos altos de su nomenclatura, sino que ha diseminado su
justificación a los niveles intermedios y bajos de la administración en todas
las competencias -nacional, provinciales y municipales- y también a su <b><i>justificación</i></b>
en niveles privados. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle">Muestra una nota característica: la <b><i>indiferencia
ante la vigencia del estado de derecho</i></b>, al que consideran sólo como una
circunstancia instrumental obviable. Tiene también una consideración <b>“normalizadora”
de procedimientos corruptos en la vida cotidiana</b>, con un relato
justificador y exculpador de delitos y delincuentes, jerarquizando las
conductas ilícitas y numerosos comportamientos inmorales ya desde las Tablas de
la Ley: no robar, no mentir, no matar. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle">Sus nombres atraviesan dirigentes,
punteros, “empresarios”, vendedores de contactos e influencias, confluyendo con
el aparato político-policial-judicial del conurbano, así como ciertos Bancos,
empresarios y numerosos exponentes del mundo artístico e intelectual.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle">Ha gobernado directa o indirectamente en la
mayor parte del siglo XXI, aún con matices internos en los que encontramos
desde un extremo altamente oportunista y carente de ideología, que expresan Sergio
Massa y gran parte de la dirigencia peronista tradicional hasta el otro
fuertemente ideologizado y hegemónico en el período que podemos caracterizar
como “populismo kirchnerista”, con particularidades que no han impedido un
alineamiento con el espacio anterior, sometido en forma acrítica durante las
dos décadas del predominio kirchnerista.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l6 level1 lfo3; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->b.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]--><b>El nacional-populismo tradicional</b>.
Incluye el entramado de poder mencionado, sin el agregado de la corrupción
generalizada. Se expresa centralmente por la vigencia “ideológica” (real o
impostada) del paradigma “nacional y popular” en sectores variopintos de peronistas
y de otras fuerzas políticas, algunas enfrentadas políticamente al kirchnerismo
pero adherentes a la visión telúrica del país cerrado y autárquico, vestido con
el ropaje ideológico de la defensa de “lo nacional” y “lo popular”. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle">Una diferencia importante con el anterior
es que <b><i>reivindican y respetan el estado de derecho y cuestionan la
corrupción</i></b>. Sus nombres son importantes y los encontramos en el PRO, en
el radicalismo, en la Coalición Cívica y también en el socialismo. Este sector
puede recibir el flujo de peronistas deseosos de librarse del kirchnerismo pero
que comparten a grandes rasgos sus banderas “ideológicas”. Diversos dirigentes
peronistas alineados con el kirchnerismo durante su gestión de gobierno pueden
agruparse potencialmente también en este grupo, al advertir que el
kirchnerismo-gobierno no les garantiza ya éxitos electorales que se traduzcan
en espacios de poder.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l6 level1 lfo3; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->c.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]--><b>La “modernización democrática”</b>. Incluye a
los actores perjudicados por el modelo nacional y popular: son productores de
campo, empresarios con vocación cosmopolita, emprendedores de diverso tipo, intelectuales
de diversa ubicación en el “arco ideológico” en contacto con las ideas del
mundo occidental desarrollado, políticos con mayor comprensión de la marcha del
mundo y adherentes a una economía abierta y a una transición consciente para
contener el fuerte efecto-cambio y la reconversión de los afectados por la
modernización. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle"><b>Estos actores r<i>eivindican y respetan
el estado de derecho como marco legal imprescindible para el resurgimiento
argentino.</i></b> Sus nombres también pertenecen a la UCR, el PRO, la CC y
peronistas como el ejemplo de Pichetto así como igualmente liberales de
vocación republicana. Hay aquí también, además de numerosos dirigentes de los
partidos tradicionales, dirigentes agropecuarios, empresarios de vanguardia
(Mercado Libre, Globant, etc.) y figuras
del mundo artístico -Campanella, Darín, Maximiliano Guerra, etc.- e
intelectual. Kovadloff y Sebrelli son nombres ineludibles en el análisis,
aunque lejos de ser los únicos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l6 level1 lfo3; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><b><i>d.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;">
</span></i></b><!--[endif]--><b>El liberalismo populista extremo,
autodenominados “libertarios”. </b>Su relato se acerca más al anarquismo de
derecha que al liberalismo al que dice interpretar. Incluye a actores
exclusivamente políticos y personales, sin una expresión clara entre el empresariado
ni el mundo gremial, pero movilizadora del hastío de las generaciones jóvenes
que sufren la impotencia en la construcción de sus vidas personales, pero son
víctimas del deterioro educativo de los últimos lustros, que les impide
entender la complejidad de lo social y sus matices. <b><i><o:p></o:p></i></b></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle">Su expresión política más clara es Javier
Milei, con un relato cercano al anarquismo liberal. Los caracteriza una <b><i>relativa
indiferencia ante la vigencia o no del estado de derecho, así como un ataque
“in totum” a la dirigencia política sin diferenciar pertenencias ni matices. </i></b>Desde
el punto de vista económico, simpatizan con la reducción del Estado a su mínima
dimensión, exclusivamente a sus funciones básicas de defensa, seguridad y
justicia.<b><i><o:p></o:p></i></b></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle">A este respecto cabe destacar que la base
electoral de este sector recibe aportes no homogéneos. Nació como reacción de
jóvenes de clase media más o menos acomodada, hastiados de la falta de
horizontes posibles para la construcción de sus vidas y carentes de una
formación adecuada para interpretar la complejidad de la estructura populista,
aunque sí sus efectos. La efectividad del relato contestatario de su liderazgo
unipersonal denunciando a todo y a todos consiguió desatar un proceso que se
profundizó a medida que se profundizó la crisis. El relato, presentado como “libertario”,
simboliza en el Estado y la política todos los males, sin matices ni
discriminaciones y en “los políticos” o “la casta” a los responsables del
estado de cosas sufrido en el país. Ello no les ha impedido absolver a lo peor
de “la casta” cuando puede incorporarla a su fuerza o respaldar su propuesta
electoral.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle">El Estado, sin embargo, es la organización
que con los innumerables defectos y debilidades a que ha sido conducido por el
populismo kirchnerista -y antes por otros- es el último reservorio de salud y
educación, de asistencia social y seguridad ciudadana, de justicia y
organización administrativa de la sociedad. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle">La identificación de la solución proclamada
con la virtual disolución del Estado conllevaría a profundizar -no a
solucionar- los problemas existentes. Sería el territorio definitivamente
liberado para la delincuencia y la narco-delincuencia, para la extorsión y el
dominio de los fuertes y la desprotección total de los débiles y excluidos.
Nada de eso es visualizado por la legión de fanáticos generados alrededor del
liderazgo carismático de Milei, convertidos en repetidores de consignas de
imposible cumplimiento en un país civilizado.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle">El otro gran agregado de apoyos a Milei se
expresó en las PASO de agosto del 2023 por personas clientelizadas por la
maquinaria peronista que “aflojó sus marcas” dejándolos optar por sí mismos,
ante la falta de una propuesta electoral seria de su partido. Esas personas se
volcaron a Milei no por su contenido discursivo profundo sino por el impacto de
su verba contestaria, adecuadamente adornada con insultos inusuales en la
política, que resultó altamente eficiente ante la desesperante situación
personal que bordea el hambre de una masa clientelar de pronto desprovista de
referentes locales. El impacto de este agregado se puede visualizar al volcar
en mapas geográficos la performance electoral de “La Libertad Avanza” y
comprobar que en provincias -y barriadas- tradicionalmente peronistas es en las
que Milei obtuvo sus mejores performances. Éstas se vieron menguadas entre las
clases medias y centros de los núcleos urbanos, en los que la sociedad aún
conserva su estructuración y el populismo tiene menor llegada.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpLast">Arriesgando cifras, tal vez podría afirmarse
que el votante originario de Milei orilló entre el 15 y el 20 % de su total,
mientras que entre un 10 y un 12 % fue recibido de base peronista trasvasada.
La incógnita, que no puede predecirse, es si todo o parte de esa base trasvasada
regresará a su cauce en la elección general, o si mantendrá su simpatía por la
nueva opción “libertaria” inducidos por el efecto inercia de su triunfo en las
elecciones PASO de agosto. En esa incógnita se concentra la incertidumbre sobre
el futuro argentino.<i><o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal">Definidos así los agregados políticos de los “rumbos
posibles” es importante destacar que existen nombres que pueden oscilar entre
algunos de los agrupamientos mencionados “a brocha gorda”: unos, entre los
grupos <b>nacional-populista tradicional</b> y el <b>modernizador democrático</b>,
otros, entre los grupos <b>kirchnerista</b> y <b>nacional-populistas</b>,
“liberales” varios, entre las opciones de <b>modernización democrática</b> y <b>libertarios</b>,
y radicales, socialistas y peronistas varios, entre los grupos <b>nacional-populista
tradicional</b> y <b>modernizador democrático</b>. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">El sector “<b>populista con hegemonía kirchnerista</b>”, es
acompañado en el Frente de Todos (ahora, Unión por la Patria) por peronistas no
kirchneristas que desde el Partido Justicialista, sin embargo, no cuestionan su
deformación cleptómana y apoyan, con o sin convencimiento, la impunidad de los
delitos contra el patrimonio público de los funcionarios del kirchnerismo, que
reproducen en cada escalón del Estado que les toca compartir así como sus
ataques a las instituciones del estado democrático de derecho, del que sólo
rescatan la institución presidencial. Han sido y son beneficiarios de la cadena
de corrupción que han reproducido mayoritariamente en los escalones de gobierno
que administran.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">El sector “<b>nacional-populista tradicional</b>”, definido
por su impronta cultural-ideológica, comparte su simpatía en un caso con el
espacio peronista y aún con el kirchnerismo y en el segundo el espacio de Juntos
por el Cambio con el sector “modernizador-democrático”. De esta forma, en
Juntos por el Cambio, se libró una batalla sorda por la hegemonía discursiva y
política entre el sector nacional-populista tradicional con el sector modernizador
democrático -a la postre, ganador en la contienda- que no fue nítida, sino
matizada por conveniencias electorales y de posicionamiento. Esta batalla
también comenzó a darse en el seno de la propia coalición kirchnerista ante la
evidencia del abismo que se abría a sus pies por las consecuencias de la
aplicación dogmática del país cerrado, la “autarquía”, el pobrismo y la
negación de la pluralidad, con el agravante de la mega-corrupción.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b>¿Quiénes tienen más chances?<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal">Con el dinamismo de la política y la economía argentinas es
imposible prever con algún grado de racionalidad el camino que terminará
adoptándose. Tampoco es de descartar que lo que termine formándose sea una
coalición de gobierno que nuclee a dos o más de esos grupos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Un triunfo político del sector “nacional-populista
tradicional”, por ejemplo, posiblemente hubiera llevado a un acercamiento con
el sector “modernizador democrático” -con el que ha formado un frente desde
hace varios años, “Cambiemos” o “Juntos por el Cambio”- para determinadas
políticas de estado, pero también con algunos migrantes del sector “populista
kirchnerista” para ampliar su respaldo político. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Pero el triunfador fue el sector “modernizador democrático”.
Éste se dedicó como primer paso a
asegurar con exponentes del sector “nacional-populista tradicional” la unidad de
Juntos por el Cambio, pero asumiendo también que en el electorado del sector “libertario”
existen numerosos ciudadanos que pueden coincidir con algunas medidas
económicas y de reforma del Estado y que en las elecciones PASO votaron a Milei
por observar más nitidez en esas banderas que las mostradas en el cotejo
interno de JxC. Responder a sus dos “alas extremas” -la populista tradicional y
la predispuesta a un cambio más claro y aún seducir al sector del electorado
que disputa con Milei- es uno de sus mayores desafíos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Es más improbable un triunfo del “populismo kirchnerista”,
por el descrédito que arrastra y el rotundo fracaso de sus predicciones
económicas en el turno de gobierno iniciado en 2019, aunque nada es descartable
del todo. En caso de resultar ganadora esta alternativa, no sólo proseguiría el
derrumbe del país como “espacio político” sino que muy posiblemente se
acentuarían las características autoritarias-represivas y el alineamiento
internacional con el mundo populista (Maduro, Putin, Ortega, Evo Morales, etc.),
sin descartar un fuerte conflicto en su seno entre su variante más extrema -el
kirchnerismo “puro”, la organización “La Cámpora”, algunos intelectuales- y su
variante más moderada aunque igualmente alejada de la ortodoxia institucional
(Massa, las organizaciones gremiales, los empresarios protegidos, etc). Los
grupos clientelizados se repartirían aunque seguramente quien detentara el
poder tendría más chances de sostener allí algún apoyo, ya que en última
instancia, entre ellos, de eso se trata.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b>¿Cuáles son las posibilidades y límites de cada
alternativa?<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal">Los límites de las alternativas pueden definirse sólo a
grandes rasgos, porque dependerán de la evolución de variables que no son todas
nacionales, sino que algunas tienen origen internacional, aunque repercutan en
el país. Un ejemplo de esta relación la dan los precios internacionales de
productos agropecuarios. Precios muy altos benefician a la Argentina con
“efecto riqueza”, atenuando la presión por el cambio de paradigma ya que pueden
seguir financiándose gastos improductivos -al margen que sean o no socialmente
“justos”- sin cambios estructurales que relancen la economía, pero le permitan
languidecer sin sobresaltos. Precios muy bajos obligan a acelerar el proceso de
cambio, o a profundizar la pobreza.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b><i>Un triunfo electoral del sector “populista
kirchnerista” </i></b>por ejemplo, en la actual situación socioeconómica tiene
límites muy estrechos y quizás pueda afirmarse sin error que llegó a su límite.
Al no existir más capacidad de crecimiento por falta de inversión, ni
financiamiento por el nivel de endeudamiento interno y externo alcanzado por el
país, ni de incremento impuestos por la alucinante presión impositiva en los
tres niveles -nacional, provincial y municipal- sobre la producción, las
posibilidades de supervivencia del sistema sólo tienen alternativas que profundicen
el desmantelamiento del estado de derecho. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">¿Qué significa “límite”? En los procesos sociales complejos,
como el argentino, el límite es impreciso: los cubanos llevan 60 años con el
sistema y aunque aparezcan tensiones puntuales, el Partido Comunista de Cuba sigue
detentando el poder totalitario sobre una sociedad empobrecida, resignada y
reprimida. Similar suerte se va dibujando en Nicaragua y en Venezuela. El
sistema se ajusta expulsando del sistema -y del país- a las personas que
aspiran a mejorar su vida, clienteliza a los que se resignan a depender del
poder en forma directa o indirecta y reprime sin legalidad alguna, velada o
abiertamente, a quienes se oponen. El marco es compatible con la violación de
los derechos humanos y la desaparición de derechos y garantías ciudadanas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">En opinión del autor, sin embargo, sería un error considerar
a la opción oficialista de Unión por la Patria como una fuerza homogénea. Más
bien se expresan allí dos polos generadores de una tensión antagónica. El
kirchnerismo residual más “puro” necesita imperiosamente seguir conservando al
Estado como una caja de financiamiento clientelar porque es su esencia
ideológica. El “massismo” con el peronismo tradicional que circunstancialmente
lo rodea, aun disfrutando del apoyo electoral del kirchnerismo, es
consustancial con una percepción más pragmática que también desea seguir manteniendo
al Estado como “caja” pero requiere vasos comunicantes con otros factores de
poder -como los empresarios protegidos, sectores financieros, multinacionales extractivas
(de petróleo y gas, de litio, de otros minerales) y con el sindicalismo
tradicional-. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">El primero de esos sectores, el kirchnerismo “puro”, no
esconde su objetivo de convertir a la Argentina en una gigantesca
villa-miseria, acompañada por el pobrismo jesuita, por la narco-delincuencia y
por el alineamiento internacional con el Foro de San Pablo, Putin, Ortega, y en
general con el populismo global. “La pobreza es preferible a cualquier
desigualdad”, pontificó en su momento Victoria Donda, Secretaria de Lucha
contra la Discriminación del gabinete de Alberto Fernández.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">El segundo, en su pragmatismo, buscaría escapar a esta
presión ideológica que sin embargo le presta su principal base electoral, y orientaría
su modelo hacia una relativa modernización con algún grado mayor de vinculación
con el mundo, especialmente financiero y comercial en el que pueda hacer
negocios. Su relación con grupos políticos del Partido Republicano y
financieros en EEUU anuncian su distancia con la visión de alineamiento con el
populismo global sostenido por el “kirchnerismo puro” y abre la puerta a un
acercamiento con la versión más “pura” de los neo-reaganomics americanos, expresados
por Donal Trump.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b><i>La adopción por Massa de una línea “nacional-populista
tradicional”</i></b> tropezaría de inmediato con las limitaciones económicas que
implica el modelo cerrado, autárquico, patrimonializador del Estado y
repartidor de rentas inherente a sus intereses. La “ventaja” inicial de
despegarse de la corrupción extrema se agotaría pronto, ante la toma de conciencia
de los sectores a los que se absorben desmesuradamente ingresos y que serían su
base electoral principal frente al kirchnerismo, las clases medias peronistas y
-obviamente- a todas las clases medias argentinas. Ello haría pronosticar una
muy cercana crisis de gestión de desemboque imprevisible, presentando
nuevamente las opciones del dilema que arrastra el país desde hace décadas:<b><i>
abrir la economía a las corrientes mundiales de inversiones, financiamiento,
tecnología y comercio -opción que requeriría alianzas fuertes con los “modernizadores
democráticos”- o seguir cayendo hasta una explosión hiperinflacionaria y crisis
social generalizada, si su alianza “de supervivencia” elegida fuera con el
populismo kirchnerista</i></b>. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">En efecto: con el populismo kirchnerista comparte varios
sostenes económicos (empresarios vinculados al Estado) y gremiales (sindicatos
protegidos), que rápidamente se alinearían con el nuevo poder, lo que podría
ser un obstáculo para su acercamiento al sector “modernizador democrático”. Pero
seguramente se apoyaría en la impostación de su coincidencia “ideológica” con
el pensamiento “nacional y popular” con grupos marginales de origen radical y
la predominancia del pensamiento dogmático “nacional y popular” entre
importantes protagonistas políticos, gremiales, comunicacionales, artísticos e
incluso académicos, ideología que resiste obsesivamente los desmentidos más
claros de la realidad, en algunos casos por ingenuidad nostálgica y en otros por
conveniencia utilitaria.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b><i>Un triunfo del sector “modernizador democrático”</i></b>
tendría otras complicaciones, más centradas en los damnificados inmediatos de
la indispensable reforma del sector público, el impositivo y el régimen laboral,
aunque es previsible una mejor repercusión internacional y más facilidad de
refinanciamiento de la deuda pública (sin los cuales la dureza de la transición
sería grande). Al ser el único compatible con la inserción internacional
virtuosa y con el modelo de gestión democrática globalmente aceptado en el mundo
occidental, podría iniciar un proceso largo de renacimiento, recuperación y
modernización de Argentina como el insinuado en el período 2015-2019. Su camino, no obstante, no estaría sembrado de
rosas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">En gran medida su éxito dependería de su virtuosismo en la
gestión de la transición, que incluye la transformación de los “planes
sociales” en trabajo productivo, la adecuada gestión de la deuda al contar con
mayor receptividad en la dirigencia del mundo occidental y la profundidad de
las reformas estructurales (laboral, financiera, monetaria, sector público,
coparticipación federal) para hacer racionales y sostenibles los ingresos y los
gastos del Estado en sus tres niveles, incluyendo una adecuada refinanciación
del endeudamiento público.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Si el riesgo del sector “nacional-populista tradicional” es
la continuación y profundización del desborde inflacionario y su subsiguiente
caos económico-social, en el caso del sector “modernizador-democrático” el
riesgo a enfrentar es la resistencia activa en el corto plazo por parte del
kirchnerismo, en gran parte debido a la persecución judicial por la megacorrupción
de su gobierno, pero también de los afectados por la modernización y el cambio
si la administración de la transición careciera del necesario virtuosismo
político al llevar adelante las reformas estructurales. Este punto lleva a una
demanda puntual de la que dependerá el éxito de su gestión: <b><i>el diseño de
una transición para el cambio de paradigma que prevea y dé respuesta a los
sectores honestos que resulten por ella afectados, abriéndoles caminos
alternativos de inserción en el nuevo paradigma.</i></b><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b><i>Un triunfo del sector “libertario”</i></b>, por
último, lo ubicaría de inmediato frente al dilema de aplicar sin red de
seguridad sus medidas de racionalidad sólo económica olvidando el equilibrio
social o de buscar apoyo, sea del sector “modernizador democrático” en el plano
parlamentario y económico, de difícil obtención por las profundas falencias
institucionales que son la contracara del núcleo ideológico que une a Juntos
por el Cambio por encima de sus diferentes miradas económicas, o sea del
Massismo, con el que acelera coincidencias aún en la etapa preelectoral,
facilitadas por la ausencia de valores ideológicos y el superlativo pragmatismo
del candidato oficialista.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Como las incógnitas que deja su relato son muy amplias, es
muy difícil predecir hacia dónde decantará al momento de tener que enfrentar la
resistencia de los afectados con su programa extremo. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Sus banderas convocantes iniciales (desaparición de la
moneda nacional, dolarización de la economía, disolución del Banco Central, fin
de la estructura de la educación pública y de la salud pública, fin de las
obras públicas, libre portación de armas) son diluidas a medida que avanza el
proceso electoral. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"> Sus relaciones
internacionales, por otra parte, son otra incógnita, así como la confianza o
desconfianza que pueda despertar en el mundo occidental por sus vínculos con
los grupos populistas de extrema derecha (Orván, Vox, Le Pen), aunque la
laxitud de su discurso podría abrirle la puerta a una posible relación con el
propio populismo kirchnerista, canjeado ese apoyo por una amnistía o indulto a
sus delitos de corrupción. Otra vez: las líneas de acercamiento confluyen en el
Norte, hacia los republicanos de Trump.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b>Arriesgando pronósticos, ¿cuál alternativa tiene mayores
chances de éxito?<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal">La primera pregunta a formular es sobre la definición de
“éxito”.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Si se refiere al proceso electoral de este año, parecería
descartado el triunfo del <b>“populismo kirchnerista”</b> por el enorme
desgaste e incapacidad de gestión, no sólo inherente al modelo “nacional y
popular” sino a la absoluta falta de profesionalidad y conocimientos sobre la
gestión pública y el conocimiento de la megacorrupción con la que se han
beneficiado sus principales dirigentes, incluyendo especialmente a su lideresa
máxima y excluyente, la expresidenta Fernández de Kirchner pero no reducido a
ella sino a numerosos integrantes de la “nomenclatura” peronista y empresarial
de las gestiones kirchneristas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Sin embargo, el kirchnerismo parece haberse retirado del
debate formal y haberse reducido a sostener sus “baluartes”: intendentes amigos
en el conurbano y la estratégica gobernación de la provincia de Buenos Aires.
La opción en la que oficialmente ha desembocado el kirchnerismo es la de Sergio
Massa, cuyos matices de diferenciación son obvios y ya han sido mencionados. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b>¿Qué pasaría en la hipótesis de un triunfo de Sergio Massa?</b>
<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Algunos pasos en la campaña electoral parecen marcar un rumbo.
<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="mso-list: l3 level1 lfo7; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><b>1.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;">
</span></b><!--[endif]-->El kirchnerismo tomaría distancias del
gobierno negando su apoyo parlamentario para medidas indispensables de
ordenamiento económico. Probablemente sería la primer crisis de gobierno. No
sería novedad: ya ocurrió en ocasión de la firma del último acuerdo de Alberto
Fernández con el FMI, que ante el vacío del kirchnerismo-gobierno, debió
recurrir al apoyo parlamentario responsable de JxC para su aprobación. Frente a
esto, el gobierno puede impulsar un acercamiento a dos espacios: el libertario,
con el que tiene notables vasos comunicantes, y un sector de Juntos por el
Cambio, especialmente en temas relacionados con la economía. <b><o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l3 level1 lfo7; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><b>2.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;">
</span></b><!--[endif]-->El kirchnerismo probablemente apuntaría a
reconstruir -con dudoso éxito-un espacio opositor “nac & pop” ampliado con
sectores de JxC y del peronismo no integrado al gobierno.<b><o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l3 level1 lfo7; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><b>3.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;">
</span></b><!--[endif]-->La resistencia al ordenamiento económico
estará sostenida por la capacidad movilizatoria de las organizaciones piqueteras
con medidas de fuerte repercusión como cortes, tomas de predios, etc.<b><o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l3 level1 lfo7; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><b>4.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;">
</span></b><!--[endif]-->Si esta tensión se acentuara, el eventual gobierno
de Massa podría reconfigurar su relato, convirtiendo al kirchnerismo en una
especie de chivo emisario de todos los males “heredados” y del bloqueo a los “intentos”
de Massa de corregir la situación durante su paso por el Ministerio de
Economía.<b><o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l3 level1 lfo7; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><b>5.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;">
</span></b><!--[endif]-->El límite de las posibilidades de éxito de
esta alternativa -que representará, como está dicho, al “estabishment”
empresarial, gremial y corporativo parasitarios- no le permitirá relanzar la
economía argentina sino continuar en el languidecimiento, seguramente más
complicado de lo que lo ha sido en los últimos años.<b><o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l3 level1 lfo7; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><b>6.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;">
</span></b><!--[endif]-->En el caso de que el gobierno opte por
seguir la línea “kirchnerismo puro”, tendrá un aislamiento político y
parlamentario similar al que llegó el gobierno de Alberto Fernández, sin que su
juego de “amigo-rival” con EEUU le de más margen político, económico o
internacional por la falta de credibilidad. La situación del país que deja la
presidencia Fernández, no obstante, no permite márgenes de maniobra ni en la
recaudación vía mayores impuestos, ni en el endeudamiento, ni en la
financiación vía monetaria, por lo que el período estará cargado de tensiones
redistributivas cada vez más intensas dejándole dos opciones: reprimir, o retirarse
del gobierno.<b><o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l3 level1 lfo7; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->7.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->Esto es porque el entramado empresario, gremial
y hasta político de la histórica coalición “nacional y popular” que prefiero
llamar “coalición de la decadencia”, superada la hegemonía del kirchnerismo “puro”,
posiblemente decantaría en gran parte hacia este sector detentador del gobierno
y en consecuencia de la “llave” redistributiva, pero de los que - recordemos - <b><i>no
son sectores que aporten riqueza, sino que demandan gasto público.</i></b> <o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l3 level1 lfo7; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->8.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->Su eventual gestión de gobierno estaría
caracterizada por <b><i>administrar la decadencia</i></b> tal vez con más
prolijidad que el kirchnerismo y posiblemente con niveles de corrupción menos
evidentes, pero en lo económico-social su techo estaría dado por su naturaleza:
<b><i>coordinación de lo existente, renuncia al cambio</i></b>, <b><i>resignación
a la decadencia</i></b>. Su gestión previsible, al margen de alguna
reivindicación simbólica sin mayor importancia, se reduciría a arbitrar
presiones sectoriales en su beneficio y a costa del interés general. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l3 level1 lfo7; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><b>9.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;">
</span></b><!--[endif]-->Puesto a gestionar, tarde o temprano deberá
enfrentar el límite: el profundo desequilibrio existente y creciente le
impondrá un ajuste al estilo “nacional y popular”, o sea empujando hacia
adelante una deuda corregida y aumentada, una economía más raquítica, una
institucionalidad forzosamente más débil, una sociedad más alejada de la
frontera de crecimiento global, recurriendo a una fortísima reducción del ingreso
de sus votantes vía nueva devaluación y default y desembocando en un caos
económico-social -tipo 1989- solo disciplinable con represión. El relato
“nacional y popular tradicional” imputaría el fracaso al FMI, los acreedores
externos y los grandes intereses... para recomenzar el ciclo, como ha ocurrido
en los últimos 70 años.<b><o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpLast" style="mso-list: l3 level1 lfo7; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><b>10.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></b><!--[endif]--><b>En
síntesis: el “modelo Massa” encajaría en cualquier ejemplo que le permita
mantener en sus manos la caja del Estado, estilo PJ.<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal"><b> </b></p>
<p class="MsoNormal"><b>¿Qué podría ocurrir en la hipótesis de un triunfo de
Javier Milei?<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="mso-list: l8 level1 lfo8; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->1.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->Cualquier previsión sobre los pasos del eventual
gobierno Milei está atravesada por una incertidumbre mayor que si el triunfo
fuera de cualquiera de sus contendientes, debido a los constantes cambios de su
propuesta. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l8 level1 lfo8; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->2.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->Una línea de interpretación: su relato
originario es muy cercano al liberalismo extremo, una especie de “neo-reagonimics”
acentuada por la indiferencia ante el estado de derecho -que no tenían los
reaganomics originarios, los que invocaban en su relato la vuelta al
liberalismo democrático originario de EEUU, es decir instituciones democráticas
sin intervención o con una intervención mínima en la economía-. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l8 level1 lfo8; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->3.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->En este aspecto, la posición extrema sostenida
por Milei sobre la libertad económica se traduce en su relativa indiferencia por
la vigencia del estado de derecho y el liberalismo político, que no forman
parte de su relato y la exacerbación de la libertad individual sin límites, traducida
en propuestas como la libre venta y portación de armas, la libertad de venta de
órganos, el arancelamiento de la educación y la salud -servicios de los cuales
el Estado en su opinión debería retirarse-, la desaparición del Banco Central y
de la moneda nacional propia, etc. Una especie de “ley de la selva”.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l8 level1 lfo8; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->4.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->A medida que se acercaba el proceso electoral,
esas propuestas fueron diluyéndose o trasladadas en el tiempo a la “segunda”, “tercera”
o siguientes “generaciones”, sin mayores precisiones sobre la fecha de su
eventual vigencia. Es imposible, en consecuencia, al momento de escribirse
estas líneas, imaginar su dinámica debido a su variabilidad extrema. Lo que sí
puede afirmarse es que se tratará de un proceso altamente turbulento.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l8 level1 lfo8; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->5.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->Para el impulso de la mayoría de esas banderas
no económicas, carecería de sostén parlamentario ni en la estructura del Estado
-gobernadores, intendentes-. Pero sí contaría con grandes “espacios de
cooptación” para peronistas que, de pronto, se encontrarían “en el llano” y con
deseos de integrarse al nuevo experimento, como ha ocurrido con los dirigentes
del liberalismo tradicional argentino que se han unido a sus filas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l8 level1 lfo8; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->6.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->La construcción de su presencia parlamentaria contaría
con los legisladores propios más los que hayan llegado con Massa, con quien es
probable que formalice una alianza para sostener al gobierno, buscando luego
acuerdos puntuales para cada medida. Los une su afinidad con el sector “trumpista”
de los republicanos norteamericanos. En el afán de encontrar una categoría
tradicional de pertenencia, podría encontrársele afinidades con un populismo de
extrema derecha liberal. No ha incluido en sus propuestas una acción represiva pero
sí la posible recurrencia a plebiscitos, mecanismos como sabemos muy peligrosos
para la democracia representativa y constituyentes de totalitarismos de los que
la historia nos da tristes ejemplos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l8 level1 lfo8; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->7.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->Es previsible la ruptura de la alianza Massa-CFK.
El kirchnerismo residual, quizás convertido en una fuerza testimonial, podría
convertirse en la oposición activa en la calle, junto a los eventuales
desplazados del aparato estatal y los grupos piqueteros que queden fuera de la
negociación con el gobierno. La negociación sobre situación judicial de CFK es
el arma con que contará seguramente el gobierno para intentar disciplinar y
encauzar esa oposición.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l8 level1 lfo8; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->8.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->En JxC es probable que se repita el fuerte
debate interno, con un sector que sostenga la necesidad de respaldar las
acciones ordenancistas de Milei y otro que reclame la oposición total. Sin
embargo, la continuación de la alianza JxC puede ser percibida como la
alternativa opositora democrática-republicana con alternativa cierta de poder,
ante el fracaso altamente probable de la gestión y la necesidad de resguardar
el estado de derecho y la legalidad. Esta perspectiva favorecerá la continuación
de la coalición.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l8 level1 lfo8; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->9.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->A la oposición del kirchnerismo contra Milei es
probable que tiendan a acercarse algunos sectores de JxC de origen radical que
han dado pasos en ese sentido antes de las elecciones (siguiendo el ejemplo de
Moreau, Ricardo Alfonsín, Santoro, etc.). Su relato sería la “reconstrucción
del campo popular”. Es improbable que tengan una gran representación del
tradicional electorado radical, masivamente incorporado a JxC.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l8 level1 lfo8; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->10.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->El entramado empresario, gremial y hasta
político de la histórica coalición “nacional y popular” que prefiero llamar
“coalición de la decadencia”, vencido el kirchnerismo puro y la alternativa de cambio
republicana, posiblemente migraría en gran parte hacia el dialogo con el nuevo
gobierno en una carrera por conservar sus nichos de rentas o privilegios,
aunque -nuevamente recordemos- <b><i>no son sectores que aporten riqueza, sino
que demandan gasto público.</i></b><o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l8 level1 lfo8; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->11.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]--><b><i> </i></b>Puesto
a gestionar y enfrentado con las urgencias cotidianas, es de prever un
deterioro de su base electoral originaria convocada más que por los contenidos
propositivos, por la forma rupturista de su presentación y por la ilusión de un
alivio inmediato de su situación económica deteriorada por la inflación.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpLast" style="mso-list: l8 level1 lfo8; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->12.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]--><b>En síntesis: el “modelo Milei puro” podría
imaginarse como la de una sociedad estilo norteamericana, en la visión más
extrema del partido Republicano (Donald Trump).</b><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt;"><b>Qué ocurriría con el triunfo
del sector “modernizador democrático” liderado por Patricia Bullrich<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="mso-list: l1 level1 lfo9; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->1.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->El sector “modernizador democrático” es el único
sector de los tres cuya orientación de gobierno puede imaginarse con claridad: un
país modernizado (agro, servicios de punta, industria exportadora, “explosión”
de microempresas, reformas fiscal, laboral y monetaria, profunda reforma
educativa, reforma del sistema de salud, modernización del Estado) así como una
integración reflexiva e inteligente del país a las corrientes más potentes y
modernas de comercio, inversiones, tecnologías y financiamiento del mundo
occidental manteniendo férreamente el marco democrático-institucional y el
estado de derecho.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l1 level1 lfo9; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->2.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->El inicio de este proceso no sería, sin embargo,
una tarea sencilla. Los desequilibrios que es imprescindible normalizar en la
macroeconomía -deuda pública, mega-desequilibrio presupuestario, gigantesco
déficit cuasifiscal (“leliq’s” y otros), atraviesan la estructura del Estado y
su rol redistribuidor, y a toda la sociedad.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l1 level1 lfo9; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->3.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->Los frentes de imprescindible retracción del
gasto público generarán tensiones claras entre los damnificados más directos e
inmediatos: empresarios de servicios públicos monopólicos y rentistas cuyas
rentas se reduzcan o desaparezcan, ciudadanos que deban abonar por los
servicios el precio que cuestan, centenares de miles de beneficiados con “planes
sociales” sin contrapartida ni límite temporal que deberán trabajar, miles de
ingresados al aparato estatal por cooptación o clientelismo sin funciones,
empresas públicas con alto déficit por ser bolsones de empleo clientelar y
mecanismos de captación de recursos rentistas de empresas protegidas,
organismos autárquicos también cooptados por organizaciones extraestatales
(ANSES, PAMI, Fábrica de Aviones, Correos, Aerolíneas, Ferrocarriles, sistema oficial
de medios públicos, etc.), envíos de fondos discrecionales a provincias y
municipios por vías extralegales y otras múltiples vías edificadas por
populismo K como canales de apropiación de fondos públicos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l1 level1 lfo9; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->4.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->A esta acción de “limpieza” de la estructura
estatal se sumarán los reclamos legítimos de quienes deben recibir los
servicios de salud, educación y seguridad del Estado, con sinceras esperanzas
de mejoramiento.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l1 level1 lfo9; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->5.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->Los equipos de recuperación para el
reordenamiento del país deberán ser ejemplares en sus conductas para reforzar
la credibilidad y deberán actuar con altísimo grado de profesionalidad,
sensibilidad política y percepción de justicia. La eventual pérdida de
credibilidad de la sociedad conduciría a su fracaso.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l1 level1 lfo9; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->6.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->Para atravesar estos desafíos necesitarán una
mayoría parlamentaria que deberán construir sobre la base de sus propias
bancadas más los acuerdos puntuales en cada ley, sostener una mística de cambio
en los ciudadanos con máxima transparencia -que deberá cuidarse como esencial a
la estabilidad del gobierno- e inducir a los gobiernos locales a acciones
parecidas, con los mismos objetivos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l1 level1 lfo9; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->7.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->Deberá prever una resistencia muy fuerte,
política, económica y comunicacional, de los defensores del viejo “statu quo”
de la Argentina corporativa, que hemos definido en este trabajo como “corporación
de la decadencia”. Conspiraciones financieras, operaciones descalificantes de comunicadores
mayoritariamente opositores, calles convertidas en caóticas -ya lo están, en
pleno gobierno populista K-, narco-delincuentes sumados a la oposición
desestabilizante, etc.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l1 level1 lfo9; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><b>8.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;">
</span></b><!--[endif]-->Es muy posible que realizada una propuesta
de estas características, el problema de la deuda en su tramo externo deje de
serlo al derrumbarse el “riesgo país” y reducirse en consecuencia el costo de
volver a los mercados, abandonando la tutela del FMI. Sería el inicio de un
proceso de recuperación que puede tomar una velocidad notable: la economía argentina,
liberadas sus potencialidades, tiene mucha fuerza y puede mostrar una
recuperación muy rápida tanto en el valor de la moneda, la generación de empleo
y la recuperación del salario en razón de su potencial exportador y
emprendedor. Nada más que el sector agropecuario, liberado del peso de las
retenciones, podría cuadruplicar su saldo exportable, a lo que debe sumarse el
litio, la explotación gasífera y petrolera y la minería. Una reforma laboral
moderna permitiría generar empleo en blanco y ampliar la oferta de trabajo en
forma sustancial, nivelando de esta forma el desequilibrio del sistema
previsional. Una reforma del Estado que le haga cumplir con las expectativas
que sobre él tiene una población hoy angustiada será esencial para mantener la
credibilidad y el sostenimiento del gobierno. Una Argentina normalizada,
homologada con la visión compartida hoy por todos los países del mundo -no sólo
occidental- podría ser la novedad de los próximos año<b>s.<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l1 level1 lfo9; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><b>9.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;">
</span></b><!--[endif]--><b>En síntesis: el “modelo Bullrich-JxC”
sería una sociedad al estilo de la española, en la visión de los acuerdos
centristas de la transición democrática (Pactos de Moncloa).<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpLast" style="text-align: center;"> <span style="text-align: center;">...</span></p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Si con la palabra “éxito” queremos expresar el relanzamiento
modernizador de la Argentina, sólo un liderazgo inclusivo y convocante con
claridad de objetivos podría desatar una fuerza suficientemente poderosa como
para vencer la resistencia al cambio. Ello sólo podría darse, en una mirada
realizada a comienzos de 2023, con un triunfo de la opción “modernizadora
democráticas de Juntos por el Cambio en las elecciones generales y una gestión
de gobierno a la vez potente y virtuosa. <b><i>Potente para liderar el cambio y
virtuosa para hacerlo manteniendo el equilibrio social</i></b> abriendo
espacios de contención con los que lo sufrirán en la coyuntura y
suficientemente convocantes a la inversión productiva. Para que esa alternativa
resulte exitosa parece imprescindible mantener la unidad de Juntos por el
Cambio y de reforzar esa unidad con la incorporación de sectores peronistas y
liberales honestos, cuando se los encuentre, aislando al “nacionalismo
populista” más cerril y al kirchnerismo residual, que liderarán la resistencia.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b>Alternativas posibles al análisis precedente</b><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Aunque implicaría una ruptura inesperada, no puede
descartarse un realineamiento de los grupos mencionados como opositores.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Como dijimos, en Juntos por el Cambio existen dos inclinaciones
ideológicas diferentes. Coexisten allí quienes se encuentran más cercanos al
“modelo nacional y popular tradicional” pero se oponen al kirchnerismo por su
corrupción extrema y su agresión institucional, con quienes también se oponen
al kirchnerismo, pero tienen conciencia del agotamiento del “modelo nacional y
popular tradicional” y propugnan una modernización de la economía con un
criterio inclusivo, asumiendo los desafíos de la transición en el cambio de
modelo. Estas dos almas también coexisten en el radicalismo, en el PRO y aún en
la CC.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">La formación de Juntos por el Cambio, en rigor, no tuvo como
convocante originario un proyecto determinado en lo económico-social. Sí
coincidían en la recuperación democrática y en el freno a la corrupción. A
partir de allí, todo era opinable. En la actual situación del país, eso sólo no
alcanza, aunque la unidad siga siendo imprescindible para la derrota del ala
más dura del populismo “cleptómano”, la que expresa el kirchnerismo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">No es descartable que algunos dirigentes del sector
“nacional y popular tradicional” de Juntos por el Cambio pueda forzar una
ruptura y busque acercamientos o incluso confluencia con emigrados del sector “populista
kirchnerista” que pretendan tomar un camino diferente al kirchnerismo por
considerarlo un camino irrecuperable y, aprovechando el conflicto de miradas en
la opción oficialista. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">En visión de quien esto escribe, los votantes de JxC no
compartirían esta alternativa, que sí puede lograr más respaldo en algunas burocracias
partidarias. Existen “moderniza dores democráticos” como “nacional populistas
tradicionales” tanto en el PRO, el radicalismo y la propia Coalición Cívica. Ambos
cuentan con respaldo intelectual y de comunicadores. Sebrelli y Kovadloff, por
ejemplo, y algunos editorialistas importantes de diarios nacionales
coincidirían en su respaldo a los “modernizadores democráticos”, mientras que
algunos “cuadros políticos” con historia pero ya sin representatividad electoral
lo harían con el “nacional-populismo” tradicional.<o:p></o:p></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b><i>¿Podría darse
un camino intermedio, una especie de equilibrio entre los rumbos que aparecen
como opciones enfrentadas?<o:p></o:p></i></b></p>
<p class="MsoNormal">Sería posible. Sin embargo, el punto de partida reduce al
mínimo esta posibilidad. Como está dicho: con el nivel de endeudamiento, de
desprestigio y aislamiento internacional, del nivel de la presión fiscal, del
ritmo de la inflación, del desequilibrio público, del nivel de pobreza y
deterioro de la moneda nacional -que concentra y expresa todos los
desequilibrios mencionados- parece que ese rumbo “intermedio” tendría una
chance muy pequeña.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">En análisis es sencillo: para que la Argentina retorne al
crecimiento es necesario convocar decisiones de inversión. Ello es imposible
con el desequilibrio macroeconómico existente. También con el temor que genera
una justicia que no otorga garantías de independencia. Y con leyes laborales -y
peor aún, convenios colectivos- que se remontan a 1975, cuando la economía y
las técnicas de producción eran otras pero que hoy conspiran contra la
formación de empresas por el temor a la judicialización de cualquier reclamo.
La presión impositiva -variable analizada en profundidad por quienes deciden
inversiones- posee un nivel tan elevado (42 % del PBI) que saca a la Argentina
de la carrera, agravadas por una discrecionalidad por parte del gobierno en el
área fiscal -y no sólo fiscal- que se ha convertido en normal y que implica un
peligro constante sobre cualquier actividad productiva y decisión de inversión
debido a la eventualidad -probable- de cambio de reglas de juego financieras y
cambiarias en mitad del proceso de inversión.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">El cerramiento, por otra parte, dificulta el acceso al único
mercado en el que es posible obtener ganancias, el mercado global. El desequilibrio
macroeconómico agrega otra espada de Damocles, ya que su periódico estallido
unido a los extremos mencionados no da garantías de estabilidad a ningún
cálculo de rentabilidad debido a la incertidumbre sobre el tipo de cambio,
haciendo imposible cualquier proyección microeconómica para una inversión que
no sea con altísima rentabilidad de corto plazo y un apoyo político siempre
incierto en el largo plazo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">La permanente crisis fiscal, por otra parte, no sólo golpea
con incertidumbre la seguridad impositiva sino que abre constantes mecanismos
especulativos para financiar el desequilibrio público, cada uno de los cuales
es una ventana por la que se extraen recursos de la economía a través del gasto
del Estado, las tasas de interés, los subsidios discrecionales a empresas y
personas, todos ellos con mayor tasa de ganancia que cualquier actividad
productiva, compitiendo en consecuencia con las eventuales inversiones que a
ella se puedan destinar.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">La continuación del aislamiento y la indiferencia ante la
inserción internacional provocará que no haya inversiones ni del exterior ni internas.
Si ese es el camino adoptado, la Argentina proseguirá, como en los últimos tiempos,
generando recursos rentísticos y especulativos a quienes cuenten con
información sobre las decisiones políticas o se integre a la “corporación”,
recursos que se transforman en divisas y emigran, pero jamás se reinvertirán en
la economía nacional. Su contracara: el empobrecimiento de la población
general, el deterioro de la moneda nacional, el estancamiento económico.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Por supuesto que la eliminación de la corrupción sería un
aporte importante a la recuperación, pero es más bien una condición necesaria,
no suficiente. Debería ser acompañada de un programa fiscal que muestre
seriedad en las cuentas públicas -que sólo puede venir de la reducción del
gasto, ya que la presión impositiva existente no admite incrementos-. Esa
reducción del gasto requiere una relación transparente, legal y automática en la
discusión y ejecución presupuestarias, la distribución de los impuestos
(coparticipación) entre las distintas jurisdicciones sin arbitrariedad y sólo
en base a la ley, la eliminación de los subsidios económicos (tarifas de los
servicios públicos), la reducción paulatina de los subsidios sociales (planes)
transformándolos en empleo privado y una puesta a punto del sistema jubilatorio
para el futuro sobre bases de sostenibilidad, justicia y coherencia actuarial terminando
con las jubilaciones por discrecionalidad del poder, sin base en los aportes
realizados por los jubilados en su vida activa. Y por último, la reformulación
negociada de la deuda pública a fin de proyectar su sostenibilidad sin
sobresaltos, tanto en su segmento externo como en los internos -del Estado y
del Banco Central-, reformulación que sólo será posible si se la enmarca en un
programa coherente y sustentable que lo haga creíble, reduciendo con esto la
tasa de “riesgo país”. Si ello no se logra, la alternativa es otro default, un
ajuste del cerramiento y la continuación de la decadencia hacia el pobrismo
extremo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Si no se hacen estas cosas, el camino de recuperación
termina en un callejón sin salida.<o:p></o:p></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">...<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">El futuro está abierto y es opaco. Lo que aparece cada vez
más claro es que pocas veces en la Argentina moderna sus opciones han sido tan
patentemente disímiles y conllevan futuros tan diferentes: la “cosmopolitización”
o la definitiva “latino americanización” del país. Sarmiento diría “Civilización
y barbarie”. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Alguien interesado en una Argentina moderna, pujante, con
vocación de futuro, prestigio internacional, valores democráticos, integrada y
respetuosa de los derechos de las personas para perseguir sus propios sueños
debería encontrar su lugar en una opción alejada claramente de los populismos,
de “izquierda” o “derecha”, sea cual fuere su bandera partidaria.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Decía al comienzo que la crisis actual y próxima, de
continuar su rumbo, puede terminar con la disolución del país como marco
sociopolítico. El desarrollo de este concepto requiere mucho más que un
análisis coyuntural. Pero... se disolvió la Unión Soviética, Yugoslavia,
Checoeslovaquia, el imperio francés, el imperio inglés, el imperio otomano... y
antes todos lo que la historia nos enseña. Los países son nada menos, pero nada
más, que categorías históricas. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Es improbable que un marco nacional como el argentino siga
soportando eternamente la tensión entre “los que pagan” (invierten y producen)
y “los que cobran” (sin otra justificación que su vinculación al poder o su
capacidad de presión), sin normas y sin justicia. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Si la Argentina continúa su deterioro, puede llegar a su
disolución: tiene regiones que podrían configurar, cada una de ellas un país
apoyado en “los que pagan” (La Patagonia, Cuyo, el Litoral, la región Centro,
la propia CABA.) No existen fuerzas centrípetas que neutralicen el hastío
centrífugo de las regiones productoras. Tiene importantes “relatos” en su
escenario político-intelectual que no sólo desmerecen, sino que no consideran a
sus adversarios ni siquiera como “compatriotas” con cuyas ideas no coinciden, sino
como reales enemigos, es decir no tiene un afecto nacional compartido que sirva
de soldadura a la unidad nacional contrarrestando la tensión centrífuga.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">O también <a name="_Hlk143364840">puede llegar a su
definitiva latino americanización, manteniendo su unidad como país, pero con
una sociedad empobrecida y embrutecida definitivamente, con sus clases
ilustradas y productivas emigrando y una nomenclatura populista cleptómana
adueñada del Estado en forma arbitraria, mañosa o violenta junto a socios
narcos adueñados de hecho de grandes zonas del país. Socios en el mundo y en el
continente no le faltarían. Sería el sueño del “pobrismo” jesuita, de los
narcos, de los punteros del conurbano, del retro progresismo, y, en general,
del populismo. Una gigantesca toldería de vida miserable gobernada por una narco
nomenclatura mafiosa enriquecida. Así pasó en Cuba, así pasa en Venezuela y
Nicaragua.<o:p></o:p></a></p>
<p class="MsoNormal">Y puede pasar en
Argentina. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Como puede pasar también
que -por el contrario- la Argentina retome su tradición de país constitucional,
integrado al mundo, respetuoso de la ley y los compromisos, reconstruya su
moneda, erradique el populismo, vuelva a los esfuerzos modernizadores y
educativos jerarquice su educación y su justicia, y construya una democracia
compleja, consciente, inclusiva, actualizada.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">También puede
pasar.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Los dados parecen estar
en el aire.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Ricardo Lafferriere – Setiembre de 2023<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"> ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------</p>
<p class="MsoListParagraphCxSpLast"><o:p> </o:p></p>Ricardo Lafferrierehttp://www.blogger.com/profile/15445431174942152340noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3850928626126204564.post-81368994627680918802023-08-17T09:07:00.004-07:002023-08-19T03:44:18.774-07:00PASO: ¿Qué cambió?<p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b>PASO: ¿Qué cambió?<o:p></o:p></b></p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b></b></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgdQNyShYsd-b3J15uvqoflG_EhCENTusLPYcJDymJfes5ZI0ByrOklWXnqtkFwHB7fGrxGr4EukkOovJqg7obHrIdANqTTwOuAM6zaE3QvcQ_5WQr1ebRipVVux5hO6PPbEOCAqLoUPm-Mc_s3gfIkSL3XolqEB8QWWXOAVVDDYKaJdp6lboiaCx8-KQFz" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="371" data-original-width="640" height="276" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgdQNyShYsd-b3J15uvqoflG_EhCENTusLPYcJDymJfes5ZI0ByrOklWXnqtkFwHB7fGrxGr4EukkOovJqg7obHrIdANqTTwOuAM6zaE3QvcQ_5WQr1ebRipVVux5hO6PPbEOCAqLoUPm-Mc_s3gfIkSL3XolqEB8QWWXOAVVDDYKaJdp6lboiaCx8-KQFz=w475-h276" width="475" /></a></b></div><b><br /><br /></b><p></p><p class="MsoNormal">Si bien desde la perspectiva de la ubicación política tradicional
desde la que cada uno lo observe el resultado de las PASO puede aparecer
rupturista “sistémica”, en realidad también muestra una realidad de cambio de
paradigma en la opinión pública que pugna por instalarse desde hace tiempo.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">Horacio Rodríguez Larreta juntó a toda la
"coalición" que ha gobernado el país en forma directa o indirecta en
las últimas décadas y que no apoyaban a Massa y el saqueo kirchnerista. Contó
con el apoyo de “empresarios” (comillas a propósito, muchos de los cuales
también apoyaron a Massa), dirigentes políticos de "izquierda, centro y
derecha" -Carrió, Ocaña, Morales, Manes, María Eugenia Vidal, Esper,
Pichetto, Storani, Lousteau, la mayoría de la nomenclatura radical y los
futuros gobernadores y "cuasi-goberndores" de JxC, y hasta varios
sindicalistas amigos-. Con todo ese apoyo, abrumadoramente masivo en apariencia,
logró interpretar apenas al 10 % del electorado argentino.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">En el conjunto electoral de Juntos por el Cambio una
característica intrínseca es el ejercicio de la autonomía crítica de
pensamiento y acción. La escasa performance de HRL indica claramente el error
conceptual y de análisis de todas esas estructuras. La mayoría electoral de JxC
sabe y es consciente que son imprescindibles reformas -económica, sindical, del
Estado, rentística, del sistema de salud, de la educación y el ajuste de los
sistemas de seguridad-represión del delito-, de la defensa nacional y de las RREE que no aparecían claras en un
relato que parecía armado más para un país europeo sin problemas de convivencia
que para una Argentina en caída libre. <o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">El relato de HRL pasó por alto los dramas terminales a que
han conducido a la Argentina los patrones tradicionales del modelo “nac &
pop”, en el que muchos en mayor o menor medida hemos sido formados. Ahí está la
clave, en comprender e interpretar el agotamiento de una forma de interpretar
el país propia del siglo XX pero inaplicable para el siglo XXI y no en el
amuchamiento del "70 %" de las dirigencias de ese país del pasado.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">Patricia Bullrich, a su vez y en cambio, debió lidiar entre
la tensión de proponer con claridad las medidas necesarias por un lado pero de
mantener la cohesión de JxC sin romper dialécticamente con HRL por el otro, lo
que significaba un lastre para su arsenal propositivo, habida cuenta que, de
cara al objetivo inmediato -ganarle al kirchnerismo- la herramienta de JxC era
y sigue siendo fundamental, sin que sea admisible ponerla en riesgo.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">Ésto dejó el campo libre para Milei, quién desde un enfoque escasamente republicano, desplegó una serie de consignas de fuerte llegada al “gran
público” de clases medias. Productores y trabadores, desde "los que
pagan", hastiados de no poder invertir, trabajar, exportar, producir ni
planificar nada a futuro hasta los que “quieren construir sus vidas” pero son víctimas
de una situación absurda de combate a la iniciativa emprendedora, al ahorro, al
trabajo y a cualquier posibilidad de construir el futuro propio, de su familia
o para sus hijos. Y aún de arriesgar sus vidas en la ruleta rusa en que se ha
convertido la Argentina.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">Los dos meses que vienen de campaña electoral mostrarán si
JxC logra expresar con claridad y vocación republicana las medidas necesarias
para detener la caída libre argentina y relanzar el país hacia un proceso de
crecimiento económico en el marco del estado de derecho. De hacerlo, tiene
chances de recuperar a sus votantes que se abstuvieron, a los pocos de sus
simpatizantes que votaron a Milei, y a mostrar que es posible un cambio de
rumbo dentro del marco de la Constitución y las leyes.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">En otras palabras: las PASO, al margen de los peronistas
tradicionales desencantados que quisieron castigar al kirchnerismo votando por
Milei, demostraron que los argentinos que constituyen la base electoral “dura”
y la afín a Juntos por el Cambio quieren un <b>cambio profundo de paradigma
nacional </b>retornando a los principios constitucionales tanto en lo económico
como en lo político. En las jornadas electorales que vienen deberán decidir si lo
quieren en el marco de la seguridad que otorgan la Constitución y las leyes en
una república democrática, o si prefieren avanzar en ese cambio en la
incertidumbre de las formas, derechos y garantías de un proceso tumultuoso de
transcurso y final inciertos.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">Lo que sí marcaron las PASO es el fin de un paradigma y la
puja de otro por su nacimiento. El que terminó es del país encerrado,
chauvinista, corporativo, rentista, populista y a la postre tramposo, que premia la picardía
y condena al que trabaja o invierte. El otro, el que hizo grande a la Argentina
cuando lo fue y que estamos a tiempo aún para retomar, tampoco es ningún
secreto. Lo han asumido la gran mayoría de los países del mundo con los que
alguna vez compartíamos espacios de vanguardia.<o:p></o:p></p><p>
</p><p class="MsoNormal">Ricardo Lafferriere<o:p></o:p></p>Ricardo Lafferrierehttp://www.blogger.com/profile/15445431174942152340noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3850928626126204564.post-55035767648456696552023-07-28T08:05:00.001-07:002023-07-28T08:05:50.266-07:00Banderas que atrasan<p> Publiqué este artículo hace doce años, cuando la Cámara de Diputados aprobó el proyecto de "estatización" de YPF, con diputados -oficialistas y opositores- vistiendo sus bancas con banderitas argentinas de papel, Hoy, esos diputados de las banderitas no abren la boca ante el pago que alcanzará a 16.000 millones de dólares a cargo de los argentinos, de los que ellos -por supuesto- no se hicieron ni se harán cargo nunca.</p><p>Va el artículo:</p><p>"<b style="text-align: center;"><i>Banderas que atrasan</i></b></p>
<p class="MsoNormal">Corrían los primeros meses de la presidencia de Raúl
Alfonsín. Aunque la agenda pública estaba focalizada en los problemas derivados
del juzgamiento de las cúpulas militares y guerrilleras y la solución
definitiva del conflicto con Chile, un sordo debate comenzaba a circular en
diversos espacios de reflexión de la fuerza de gobierno: la necesidad cada vez
más notable de poner en marcha un proceso de modernización económica que
permitiera al país "soltar amarras" en su crecimiento.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Ese proceso debía necesariamente incluir la incorporación de
capital privado a actividades que en los últimos cuarenta años habían sido
monopolio público, pero que a raíz del agotamiento del "modelo
autónomo" y la creciente revolución tecnológica demandaban grandes dosis
de capital que el Estado -cercado por su deuda externa e interna, y cooptado
por intereses corporativos gremiales y empresarios- no estaba en condiciones de
aportar.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">En ese debate se destacaba una voz, tal vez la más lúcida de
las inteligencias con que contaba el "alfonsinismo" de entonces: la
del Ingeniero Roque Carranza. Su planteo era simple: soltar lastres del pasado,
apostar al futuro.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Roque Carranza sabía que rasgarse las vestiduras con las
herramientas estratégicas del paradigma que se extinguía, simplemente
reciclaría la crisis. Y en una sociedad -y un partido- tomado por dogmas
históricos, se atrevió a formular su propuesta revolucionaria: privaticemos,
retiremos el capital público de las áreas que ya son competitivas diseñando
para ellas una fuerte acción regulatoria, y con él formemos en cambio un Fondo
público de futuro, que sea intangible para las urgencias cotidianas y que esté
dedicado con exclusividad a financiar la más potente revolución científica,
técnica y educativa que el país haya tenido en toda su historia. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Su cálculo era obtener entre Cincuenta y Cien mil millones
de dólares, que se destinarían a una transformación copernicana en la
educación, la actualización del equipamiento universitario, la creación de centros
de investigación y desarrollo en nuevas tecnologías con similares niveles a los
de los países más avanzados y el impulso a un desarrollo económico
cerebro-intensivo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Las complicaciones políticas, centradas en los coletazos de
los "años de plomo" pero a las que no fueron indiferentes las tres
intentonas carapintadas y los CATORCE PAROS GENERALES con que algunos
contribuyeron a desgastar el primer gobierno democrático, no dejaron instalar
este debate modernizador, al que la temprana muerte de Roque Carranza privó de
su pivote central. Sería retomado después, aunque con otras características,
motorizado por el equipo de Juan V. Sourrouille. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Su llegada a la escena sería, sin embargo, tardía. La fuerza
inicial del gobierno estaba ya menguada y no había espacios para proyectos
estratégicos transformadores, sino sólo para parches que le permitieran, si
fuera posible, llegar al objetivo prioritario de Alfonsín: completar su turno y
entregar el gobierno a un sucesor democrático, por primera vez en décadas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Los que sembraron al país de hogueras reivindicativas
"nacionales y populares" llegaron al gobierno y en una década,
hicieron lo que hicieron. Entre otras cosas, liquidar el capital público, en un
proceso que no tuvo matices ni reservas. Menem y su gabinete, pero también
Kirchner y los suyos -entre otros- fueron eficaces en desguazar el Estado y
distribuirse sus restos. Nadie en el gobierno de esa década siquiera insinuó la
idea revolucionaria de Roque Carranza, que hasta los radicales olvidaron.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Ese debate también estuvo ausente ahora. Efectivamente, más
grotesco que abalanzarse sobre una empresa privada al estilo guarango de las
primitivas formas populistas, resultó la ausencia de reflexión sobre los años
que vienen y más notable aún el intento de disputar la portación de las
banderas del atraso por fuerzas no oficialistas, aterradas ante la hipótesis de
quedar marginadas de la primitiva pero bullanguera orgía nacionalista que
atrasa más de medio siglo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Todos saben que esta ley no tiene como motivo real lograr la
"soberanía energética", sino apropiarse ilegalmente de una caja
disponible. Sin embargo, tal propósito fue escondido cuidadosamente en el
debate.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Como quedó claro en las argumentaciones de propios y
extraños -aún de los opositores más férreos en el plano discursivo que,
alucinantemente, votaron la ley- la seguridad energética ni siquiera está
esbozada en un instrumento legal que carece de un proyecto energético para el
país y hasta de sus principios rectores. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Nuevas fuentes primarias, distribución por redes
inteligentes, electrones “verdes”, estimulación de actividades económicas de
alta rentabilidad-bajo consumo energético, reconversión industrial hacia
procesos ecológicos, diseño autosustentable de financiamiento, objetivos
tangibles y comprobables de producción, distribución, consumo y relación
PBI/actividad económica, son todos elementos centrales de una "soberanía
energética" que muy poca relación tiene con la aparatosa confiscación de
una empresa petrolera vaciada y obsoleta, cuya identidad con la antigua épica
petrolera estatal es exclusivamente una sigla comercial sólo conservada por su
valor simbólico como "marca" –con el imprescindible agregado de
“S.A.”-, que también <b>fuera vendida en su momento por quienes hoy la confiscan.</b><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Los defensores de la iniciativa oficialista no pudieron
explicar al país qué parte no entendieron de los artículos 17 y 20 de la
Constitución, violados en forma flagrante, tanto como el DNU de intervención de
la empresa, denunciado justamente por el bloque radical que, en este punto,
mostró unidad. El objetivo de esta ley es arrebatar recursos ajenos, sin
respetar procedimientos, formas ni derechos de terceros. Tiene muy poca
relación con la bandera, la épica transformadora o la "soberanía" de
cotillón repartida en el Congreso, por unos y "otros". Se alinea, al
contrario, con la "Resolución 125", la confiscación de ahorros
previsionales privados, la apropiación de los fondos de la ANSES, el
vaciamiento de las reservas del BCRA y la propia modificación de su Carta
Orgánica para disponer de sus restos libremente, entre otros manotazos a fondos
ajenos inscriptos en la genética rapaz del imaginario populista.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Eso, y no otra cosa, es la verdadera esencia de la
iniciativa de una mayoría que omitió asumir la agenda del presente y el futuro,
aturdida y tal vez atemorizada por los fuertes ecos transitorios de las
banderas que atrasan.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal">Ricardo Lafferriere<o:p></o:p></p>Ricardo Lafferrierehttp://www.blogger.com/profile/15445431174942152340noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3850928626126204564.post-23485778342241353542023-07-13T10:42:00.003-07:002023-07-13T10:50:48.674-07:00Las elecciones en España<p style="text-align: center;"> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEi4XQY91xOu0Ppvz5CxVMc9DtbgAXHwyfGZcifMCE_mqG0d2njaKDCNFj6TaCr0MQDq7olTlqpHq2au70uziHEQpvBvarG4jwzhZ8WQm4MCgUDGw1LZElDZyY8qlNatlxeAPOSJvllTNe_QIea-w8F37cFHL9SIKMp_wPfWoQiokSfsyXdKStyyko2RM62B" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="180" data-original-width="344" height="255" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEi4XQY91xOu0Ppvz5CxVMc9DtbgAXHwyfGZcifMCE_mqG0d2njaKDCNFj6TaCr0MQDq7olTlqpHq2au70uziHEQpvBvarG4jwzhZ8WQm4MCgUDGw1LZElDZyY8qlNatlxeAPOSJvllTNe_QIea-w8F37cFHL9SIKMp_wPfWoQiokSfsyXdKStyyko2RM62B=w489-h255" width="489" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal">Como un experimento poco exitoso, el gobierno de coalición conformado
por el socialismo de Pedro Sánchez, Podemos, Bildu y los nacionalistas
catalanes y vascos terminó siendo dominado por las agendas de sus socios
minoritarios. Éstos, apenas advirtieron que la defección de cualquiera de ellos
golpearía al gobierno en su línea de flotación, lo sometieron a un chantaje
permanente imponiéndole sus agendas, o sea apropiándose de la coalición en gran
parte de sus políticas y mostrando una administración contradictoria en otras. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">La contradicción más clara fue la internacional: mientras el
gobierno de España apoya a Ucrania frente a la invasión rusa -incluso mandando
armamento-, medio gabinete es rusófilo y no pierde oportunidad de rescatar a
Putin. No fue la única: modificación del Código Penal derogando de la figura de la rebelión e indulto
a los condenados por el Tribunal Supremo y atenuación del delito de
malversación de caudales públicos (exigido por los independentistas catalanes),
reforma de leyes penales que permitió la reducción de penas a centenares de
violadores y la libertad de decenas de condenados (exigido por Podemos),
el deterioro de la educación pública al permitir “pasar de grado” con mayor
flexibilidad y la reescritura de la historia de España (ídem), trato
privilegiado a los condenados por
terrorismo y crímenes de sangre de ETA -entre ellos, contra varios dirigentes y
militantes socialistas- (exigido por Bildu) y otras leyes leídas por los
ciudadanos como una intromisión inaceptable en su vida privada. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Para mostrar “unidad de la coalición”, recurrió sin suerte a
un relato escrito para forzar la polarización que evitara el debate interno
socialista con el argumento del “peligro de la derecha del PP y VOX”. Nada que
no tenga parecidos con la realidad argentina: hasta versiones del “plan
platita”, entregando graciosamente 400 euros a cada español que cumpliera 18
años, simplemente para “utilizar en actividades culturales” decididas
libremente por cada beneficiario.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">La consecuencia de este fenómeno se volcó, como no podía ser
de otra manera, al respaldo electoral. El PSOE, a pesar de una aceptable pero
discutida gestión económica, abandonó su lucha por adueñarse del “centro”
político, pasando a disputar sólo el “ala izquierda” de la opinión pública a
sus socios, abriendo al PP una oportunidad inmejorable para instalarse como el
dueño del sentido común, la estabilidad política, la coherencia constitucional
y la integridad de España. Esta oportunidad se amplió con el surgimiento y la
instalación de VOX -ya permanente en la política española, en cuanto se puede
prever- que resultó el reservorio de los restos franquistas ex – PP. La
“derecha nacionalista” organizó así su propio partido lo que permitió que el PP
pudiera “soltar amarras” hacia posiciones social-liberales moderadas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Hoy, en trazos gruesos, el socialismo de Pedro Sánchez es
visto por la opinión pública como la sucursal española del bolivarianismo y del
populismo global y el PP como el partido moderno, centrista, cosmopolita y
europeísta. Es el que expresa con mayor claridad la continuidad de la
transición democrática, de la coexistencia con el otro partido “nacional” -el
viejo PSOE- y del sentido común. Para un observador argentino, recuerda al
radicalismo de Balbín: fuertemente ubicado en el centro político, el
constitucionalismo, la defensa de las libertades públicas y esquivo a las
definiciones “ideológicas” totalizadoras, de cualquier flanco.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Estas afirmaciones surgen de los hechos. Las encuestas y las
propias jornadas electorales han mostrado que, aún en Andalucía -centro de
gravedad político del PSOE desde el inicio de la democracia- el PP logró hace
un año la mayoría absoluta en el gobierno autonómico (nuestras “provincias”) y
este predominio se ha confirmado en las últimas elecciones municipales, en las
que desplazó a prácticamente todas las administraciones locales socialistas, lo
que hubiera sido imposible sin haber contado con el voto de millares de
ciudadanos que se decantaban, en otros tiempos por el socialismo: herida en el
corazón del PSOE, al que Sánchez forzó a darle a estas elecciones locales el
sentido de un plebiscito de su gestión, en lugar del correspondiente debate
local que hubiera salvado a decenas de eficientes administraciones locales
socialistas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">El 28 de julio habrá elecciones anticipadas. El futuro es
opaco y hasta que se abran las urnas, nada es definitivo. Sin embargo, pueden
arriesgarse tendencias, alimentadas por las acciones de los protagonistas.
Sánchez ha preferido insistir en sus trece: su mensaje sube la apuesta a la
polarización ideológica, profundiza su alejamiento del centro y reivindica su
alianza con sus actuales “partenaires”. Por la negativa, se esfuerza por
mostrar como rivales al “PP y VOX” como un bloque , negándose a aceptar que el
contencioso ideológico ya no tiene vigencia, que VOX no asusta a nadie -al
menos, a muchos menos de los que asustan Podemos, los separatistas y
Bildu-, y que una sociedad de clase
media como la española, construida con el diálogo-contencioso virtuoso de la
transición escapa a esta polarización y prefiere ampliar su espacio de libertad
personal, aún manteniendo y hasta profundizando las políticas inclusivas que no
son propiedad de ningún partido, sino de todos -hasta del propio VOX-. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Núñez Feijóo, por el contrario, profundiza su mensaje
centrista: racionalidad fiscal, respaldo concreto a los emprendedores, alivio
del peso impositivo reduciendo el estado elefantiásico construido por Sánchez,
unidad de España, defensa y ampliación de los espacios de libertad personal de
los ciudadanos en su vida cotidiana y “mano tendida” a los socialistas no
representados por la deriva populista actual de su partido -reconoció haber
votado por Felipe González en las dos primeras elecciones de la democracia-.
Resulta “a priori” beneficiado por la dureza política de VOX, en los extremos
del “anti-Sanchismo”, ya que le alcanzaría con superar en escaños, en
solitario, a la suma del PSOE y sus socios, para gobernar aún sin alcanzar la
mayoría absoluta, dado que es impensable un apoyo de VOX al conglomerado
populista.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">Aun cumpliendo con el rito de cordialidad televisiva impuesto por la cultura política española, dos caminos se enfrentan el domingo. En clave argentina y aunque la comparación no sea totalmente estricta, uno lo acerca al kirchnerismo. El otro, a la oposición republicana. </p>
<p class="MsoNormal">Ricardo Lafferriere<o:p></o:p></p>Ricardo Lafferrierehttp://www.blogger.com/profile/15445431174942152340noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3850928626126204564.post-3903798527032031292023-07-06T06:44:00.008-07:002023-07-20T09:10:00.380-07:00ACTITUDES<p><span style="font-size: medium;"> </span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">No puede afirmarse que sea un fenómeno exclusivamente argentino. En mi extenso paso por la política, he podido observar que las actitudes de los políticos hacia la política permiten observar tres grandes
grupos de personas, por encima de los partidos y las autodefiniciones
ideológicas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">Están los realistas, agrego yo “de puro realismo”. Sus movimientos se limitan al campo de lo político, al que consideran el único tablero
de ajedrez de sus competencias. Se asumen como un pequeño sector de lo social, al
que consideran principalmente como insumos para sus movimientos sin plantearse sobre él grandes cambios. Su “zona de
confort” es lograr acuerdos con las "callosidades corporativas" que existen en la sociedad para poder ocupar la mayor cantidad de espacios en ese tablero, que les
permita seguir jugando, comiendo jugadores a los adversarios y engordando a los
propios. Sus objetivos, los que exhiben y predican ante la sociedad -cuando lo hacen-, sólo son
aspiraciones que están lejos de ser considerados como centrales. Si bien afirman
defender de esta forma el interés general, este interés lo conciben sólo como
la ausencia de conflictos desatados, sin otro objetivo de lograr lo central
para ellos: ocupar espacios de poder y, desde allí, arbitrar conflictos,
obtener beneficios de más poder para la próxima batalla, diluir
enfrentamientos, en síntesis, escapar o ignorar las luchas producidas en el maremágnum
de “lo social”. Son conservadores y le escapan a las luchas, que se les antojan desestabilizantes. Sin embargo, por la positiva, tienen conciencia de los límites impuestos al
poder por la Constitución y el orden legal, al que respetan.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">Están los realistas con una dosis de idealismo y vocación de
cambio. Sin abandonar el tablero del juego político, sus motivaciones se
vinculan más a las insatisfacciones de la sociedad y a la imagen finalista de
una mejor convivencia. Son proactivos: pretenden realizar o impulsar cambios, cada uno en la dirección de sus convicciones. Entienden las complicaciones de su tarea y conciben la
ocupación del poder como una herramienta de cambio, más que como una
satisfacción o beneficio propios. Asumen que para lograr esa sociedad mejor deben realizar
cambios que implican luchas, en ocasiones duras, con las callosidades corporativas
que se han imbricado con la sociedad e impiden su mejoramiento, callosidades
que han logrado un altísimo grado de “naturalización”, no sólo por sus beneficiarios
sino hasta por la propia sociedad, a la que han convencido de que sus privilegios
son tan naturales como el agua y el aire, inmutables a la baja pero insaciables
al alza. Estos políticos consideran también al campo político como el tablero
principal de sus movimientos, pero se imbrican y comprometen con la sociedad “extra-política”
considerada como la totalidad de los ciudadanos, que en última instancia son
los titulares de los derechos que han delegado en el campo de la política a
través de la Constitución. En su convicción, nada justifica la creación del
poder si no responde a las necesidades de los ciudadanos y al bienestar general,
por lo que no creen en los acuerdos con las callosidades corporativas -gremios, entidades empresariales, mafias diversas, narcos- para mantener el “statu
quo”, sino en los derechos -y obligaciones- de los ciudadanos, para defender los cuales en la mayoría de los casos es necesario enfrentarse a las "corporaciones" existentes.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">Unos y otros tienen argumentos válidos para defender éticamente
sus convicciones. En el contencioso que hoy enfrenta la oposición en la
Argentina están representados, a grandes rasgos, estas miradas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">Pero hay un tercero: el de los anómicos. Juega en el tablero
de la política, pero también en el social. Sin embargo, sus propósitos no
muestran la utopía de la sociedad buscada, que es siempre una incógnita.
A diferencia del primer grupo, el de los “realistas”, con el que tiene grandes
coincidencias en el espacio "populista", subordina sus
movimientos a la consecución del poder. Pero a diferencia de éste, no se siente obligado a respetar las reglas de juego constitucionales, legales ni mucho menos éticas. Desinteresado de los derechos de los “ciudadanos”,
no acepta límites tanto en el aspecto agonal
-para llegar al poder y conservarlo- como para su administración. Su trato con
la sociedad, tanto con las callosidades corporativas como los ciudadanos, no se basa en un
diálogo transparente y sincero, sino en la construcción de sofismas repetidos
con el propósito de la desaparición del análisis crítico y el debate sincero. Le
molestan los ciudadanos instruidos y aborrece a la educación. Es esencialmente
patrimonialista, retornando a la idea de la naturaleza del poder anterior a las
revoluciones liberales: para ellos, el poder es una propiedad que le pertenece,
sin límites entre lo privado y lo público. Analizado con sus propios cánones,
son un equipo a la búsqueda de oportunidades patrimonialistas con indiferencia
de sus socios. Analizado con los cánones de la modernidad, son simplemente una
banda delictiva. No se sienten obligados con sus propias palabras. Pueden ser profundamente estatistas, o profundamente
liberales. Parcialmente estatistas, o parcialmente liberales. Lo que sirva para
su propósito final -conservar el poder y usarlo en su beneficio- lo entienden
permitido, porque -al igual que las monarquías absolutas- se consideran a sí
mismos como los justicieros ejecutores de indefinidos fines superiores, sin
límites impuestos por la Constitución y las leyes y sin aceptar los límites que
le pueda imponer tanto los sectores no colonizados del poder, como la propia
sociedad. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;">Los dos primeros grupos existen en todas las democracias y me atrevería a decir que son consustanciales a ella. El
tercero, parece ser una excepcionalidad argentina con pocos casos similares en
el mundo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;"> Ricardo
Emilio Lafferriere</span><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;"><br /></span></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>Ricardo Lafferrierehttp://www.blogger.com/profile/15445431174942152340noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3850928626126204564.post-15739603593255636612023-06-05T09:41:00.002-07:002023-06-05T09:41:38.937-07:00“Necesitamos una mayoría del 70 % para gobernar”<p> </p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhFT5hmtVXt3M9dSDgvBa5XzPlhwpZFD-O6oOjq2TApQTx8cwt6cvrEmwrDeb5feNB779bLj-ZnV-eP3bsk89SHvcYU3vhXVweFkP3musbYWR7QLn_yc_g_3GF3bKKEsjeGz72ZOztWvHxZYWJMxHoQ4o5c0bvUL8--nry6excwAtnbD7CNlRYxKdNZIQ" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="194" data-original-width="259" height="281" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhFT5hmtVXt3M9dSDgvBa5XzPlhwpZFD-O6oOjq2TApQTx8cwt6cvrEmwrDeb5feNB779bLj-ZnV-eP3bsk89SHvcYU3vhXVweFkP3musbYWR7QLn_yc_g_3GF3bKKEsjeGz72ZOztWvHxZYWJMxHoQ4o5c0bvUL8--nry6excwAtnbD7CNlRYxKdNZIQ=w374-h281" width="374" /></a></div><br /><br /><p></p>
<p class="MsoNormal">Es una verdad de perogrullo. Se requiere contar con una gran mayoría para gobernar, sí.
La pregunta es ¿para hacer qué cosa? No sirve el apoyo del setenta por ciento de la
Argentina corporativa, sino el setenta por ciento de
las opiniones ciudadanas. Y eso se logrará con la transparencia en los
objetivos y los necesarios acuerdos parlamentarios.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">¿Qué acuerdo programático preelectoral se podría firmar con
Schiaretti y, si se firma, cuál es la garantía de cumplimiento? No es una
pregunta por él, sino por lo que implica. ¿Contendría la reforma sindical, la
reforma laboral, la reforma del Estado, la apertura de la economía, la
recuperación de las empresas estatales cooptadas y fundidas por la ineptitud
cleptómana, la independencia total de la justicia o la reforma sanitaria que
libere a los argentinos de la dictadura corrupta de las obras sociales
sindicales? <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Más bien se trataría de un pacto para que nada cambie, y si se
deseara cambiar, desestabilizar al gobierno al que eventualmente perteneciera.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>¿O no recordamos al acuerdo de la Alianza,
con la deserción del peronismo del Frepaso en la mitad del gobierno y el golpe
de diciembre del 2001, motorizado por la “corporación de la decadencia” en
pleno, con el ariete de choque del peronismo político, gremial, piquetero y
parlamentario? ¿Cuánto duraría el presidente de un eventual gobierno de este “70%”
si decidiera cambiar la ley de asociaciones profesionales, la de obras
sociales, la grotesca protección arancelaria de los empresarios rentistas,
terminar con el narcotráfico, poner en regla a las empresas de servicios
públicos, sancionar una Ley de Coparticipación Federal o llegar a un Estado sin
déficit?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">No podría sostener que es imposible un acuerdo con
Schiaretti o cualquier peronista, o cualquier compatriota de cualquier fuerza
política. La cuestión es para qué acordar y en qué momento. Y eso debe formar
parte del debate electoral transparente, que sirva para hacer pensar a los
ciudadanos sobre cuál es el mejor camino para la Argentina y lo lleve a
reflexionar sobre lo que está decidiendo cuando vota. Un “trato pampa” no fabricaría
un acuerdo lúcido y transparente, sino que lo anularía. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">La democracia exige honestidad. Esa honestidad debe
mostrarse en las posiciones parlamentarias apoyando las medidas necesarias para
la transformación, y en eso, sin perjuicio de lo que hicieren en el futuro, los
legisladores que responden a Schiaretti no han mostrado su mejor cara. Su actitud
futura en el Congreso les dará oportunidad de cambiarla.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Si hay honestidad en los protagonistas, la mayoría del
setenta por ciento debe lograrse en el Congreso luego de las elecciones. Ahí
podrá verse quienes prestan apoyo en los temas indispensables para el relanzamiento
argentino. Llegarán los que defienden el “statu quo” y llegarán los quieren
cambiar. Ahí se verá lo que hacen los legisladores que han llegado por el voto
a través de una u otra fuerza política. Hacerlo antes, sería una doble
traición.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Habría una traición de Schiaretti a sus compañeros
peronistas, que seguramente no lo seguirían por haber pactado con “los gorilas”.
Y habría una traición de JxC a sus propios simpatizantes, a los que les
ofrecería el espectáculo bochornoso de la disolución de sus principios
fundamentales aún antes de comenzar un eventual gobierno, renunciando a la
claridad de sus objetivos esenciales nada más que por una hipotética -y pequeña-
ganancia electoral. El gran beneficio sería, una vez más, para la opción
antisistema que podría exhibir el disvalor del pacto de “la casta” ante una
ciudadanía cada vez más confundida, desorientada y escéptica por el
comportamiento de sus liderazgos políticos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Con Schiaretti no vendría lo mejor del peronismo -sus ciudadanos,
los compatriotas que votan al peronismo por lealtad partidaria, a los que les
ha tocado soportar el desastre de sus gobiernos pero que han seguido votándolos
con admirable tenacidad y que seguramente seguirán haciéndolo por la propuesta
que consideran la propia a su identidad, que hoy pasa claramente por su
adhesión al kirchnerismo-. Vendrá lo peor: los puentes con las corporaciones que
conforman el entramado de la “coalición de la decadencia”. Vendrán los
empresarios protegidos, los burócratas sindicales, los concesionarios amañados
de servicios públicos monopólicos, la red delictiva de policías, jueces,
punteros y fiscales del conurbano, los vínculos con el narcotráfico, los que
negocian desde ambos lados del mostrador con fondos públicos y decisiones
administrativas lesivas para el patrimonio público y aún los comunicadores que
hace rato decidieron dejar de responder a la ética de su profesión para
convertirse en propagandistas. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">No será seguramente porque Schiaretti -con nombre y
apellido- los traiga con él, sino por los puentes de años construidos por el
peronismo con esa coalición de la decadencia de la que forma su pata política
fundamental. Se harán “schiaretistas” no los peronistas que votan, sino los que
han lucrado con los votos peronistas escondiendo sus propósitos, muchos de
ellos -la mayoría- con el actual gobierno al que les convendrá demonizar para
liberarse de culpas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">El peronismo, como expresión política difusa -más que el
radicalismo, aunque menos que el PRO, la CC o los propios libertarios- seguirá
existiendo. No puede saberse por cuánto tiempo, pero es una realidad en la
Argentina. Debe darse su propio proceso renovador, hacer su reorganización
interna, poner en orden sus ideas y lealtades y volver a identificar su esencia
con la del país, que ha abandonado durante el período kirchnerista. No
entorpezcamos su puesta al día y su necesaria reorganización con inventos de
corto aliento y poca ética tratando de aprovechar hilachas de sus votos. Seamos
leales, aún con ellos, seamos leales con los ciudadanos que aún creen en los
liderazgos no peronistas y seamos por una vez aunque sea, leales con el país
que sufrimos ver derrumbarse día a día por nuestra incapacidad de concertar las
medidas imprescindibles para frenar su decadencia y relanzarlo hacia un destino
mejor.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Ricardo Lafferriere<o:p></o:p></p>Ricardo Lafferrierehttp://www.blogger.com/profile/15445431174942152340noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3850928626126204564.post-28468059155870180992023-04-18T03:35:00.004-07:002023-04-18T06:20:32.345-07:00Divagaciones. ¿Se romperá JxC? ¿A quién le conviene?<p> Divagaciones</p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">¿Se romperá JXC? ¿A quién le conviene?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">En un análisis anterior sostuve que existe una lucha sorda
-y a veces, no tan sorda- entre dos miradas que coexisten en la principal coalición
opositora. Todos son antikirchneristas, todos son democráticos, ninguno aplaude
ni reivindica la corrupción sino al contrario. Pero... está claro que los
caminos propuestos para una eventual acción de gobierno son diferentes.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Los unos son tradicionalistas, conservadores, convencidos -o
no, pero lo disimulan- que la Argentina puede ser gobernada sin grandes
cambios, sólo con desterrar la corrupción generalizada. Su zona de confort es
ocupar el gobierno y arbitrar los conflictos, sin un norte diferente a sobrevivir
el período que le toque. Lo harán más o menos exitosamente, según las
condiciones internacionales: tasas de interés, liquidez para préstamos, precios
de los productos agropecuarios exportados, o incluso alguna “lotería” como la
puesta en valor de minerales novedosos o los propios hidrocarburos. Es el país
de las estructuras, con sus luces -hoy, pocas- y sus sombras -lamentablemente,
muchas-.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Su estrategia no es desmantelar el país corporativo, sino
acordar con las corporaciones -gremiales, empresariales, piqueteras,
financieras- sucesivos parches, puestos en la cuenta de la sociedad, es decir,
de los ciudadanos comunes. El resultado de este camino no es ningún secreto:
continuar con la decadencia y la descomposición sistémica de un país que lleva muchas
décadas cuesta abajo en todos los órdenes en los que alguna vez fue señero. Y
al final, una gigantesca toldería con un pequeño grupo de élite, la nueva
oligarquía, decidiendo todo. Como en Cuba, Nicaragua, Venezuela,<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Los otros son transformadores. Ofrecen un camino de cambio
estructural modernizador. Tampoco es un secreto cómo hacerlo: equilibrar el
funcionamiento de la macroeconomía con una reorganización integral del Estado,
poner en leyes -permanentes, estables- la política impositiva renunciando a los
inventos voluntaristas, incorporarse al juego mundial de un mercado gigantesco
-único lugar en que es posible obtener ganancias, ante la ridícula dimensión
del mercado interno argentino-, potenciar las iniciativas privadas -personales,
comunitarias, empresariales, emprendedoras- sin interferir en ellas con
ocurrencias caprichosas, y evitar que el viejo país corporativo, el de la “coalición
de la decadencia”, frene este proceso con invocaciones falsarias de “justicia
social”, “desarrollo autónomo”, “soberanías” de opereta, y similares consignas
absolutamente vacías de contenido concreto. El resultado de este camino también
puede imaginarse porque los ejemplos en el mundo sobran: formar parte del portentoso
desarrollo científico y técnico de la
humanidad, recuperar prestigio y credibilidad para estimular decisiones de
inversión internas y externas, avanzar hacia una sociedad de clases medias, con
la pobreza y la riqueza improductivas reducidas al mínimo, y volver a ser un
protagonista internacional respetado.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">¿Es necesario insistir en estas definiciones? Pues creo que
sí, porque en ambas hay de todo: pro, radicales, socialistas, peronistas y ...
comunicadores.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Su pugna se mantiene velada -perjudicialmente velada- por
las razones propias de la política: no romper puentes con quien puede ser un
posible aliado-. Pero subyace en cada decisión, pequeña o grande, referida a lo
público. Esta tensión -obviamente- se acentúa al acercarse procesos
electorales, que marcarán el ritmo en el período de gobierno que se inicie.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Hoy hay un kirchnerismo derrotado sin chances. La coalición
de la decadencia -que lo usó, o mejor dicho se usaron recíprocamente durante
casi dos décadas- busca armar su reemplazo. No en vano ha perdurado durante
décadas, con toda clase de gobiernos. Y está alerta ante el crecimiento de
quienes han logrado echar raíces en gran parte de la ciudadanía, sus viejos adversarios
modernizadores. Incluso ven que en un extremo de ese campo adversario hasta
surge un relato cuasi violento, que expresa la indignación irrefrenable -aunque
banal- de ciudadanos que ven hasta donde se ha sumergido su país y el peligro
de su propia existencia.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Y opera. Para un observador que tiene sus valores y
sentimientos -como quien escribe- es indisimulable el esfuerzo del país
corporativo para despegarse de esos peligrosos exponentes modernizadores. Y
advierten que el peligro mayor es JxC unido. La coalición de la decadencia
nunca ha sido exclusiva de un partido o fuerza política: ha tenido sus pies en
todos -derecha, centro e izquierda, civiles y militares, obreros y empresarios,
comunicadores y académicos-. No creo equivocarme si afirmo que hoy su proyecto “táctico”
es la ruptura de JxC, liberar de sus respectivas ataduras partidarias al sector
que considera afín -porque las ve como
limitaciones- y convertirlo en un centro
de convergencia de todo el país corporativo. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">No sería tan loco. Al importante sector de electores que el “nacional-populismo”
tradicional representa en la lucha interna de JxC le podría agregar sin
barreras de ninguna clase la confluencia con el tumultuoso kirchnerismo en
disgregación que busca otro paraguas, ante el agotamiento del que les ofrecía
CK. Y allí llegarían desde K en estampida, peronistas no K que siempre adornan,
empresarios protegidos, concesionarios de servicios públicos amañados, aparatos
sindicales corruptos con sus dirigentes millonarios, banqueros que lucran con
un Estado eternamente insolvente requirente de fondos que paga intereses más
que leoninos, elefantiásicos, y toda la runfla piquetera y los aparatos
políticos que “manejan votos” asociados al narcotráfico y con los fondos de los
“planes”. Para eso necesita romper barreras partidarias molestas y recurrir,
una vez más, al ungüento tranquilizador del relato de la “unión nacional” y el “consenso”
entre cúpulas, que deje todo como está -en todo caso, concentrando las culpas
en el kirchnerismo en desaparición-. Aparentemente cambiar todo. Realmente,
para que nada cambie.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Tengo para mí que la forma de evitar esa ofensiva es ofreciendo
desde el campo modernizador de JxC dos cosas: claridad conceptual en el discurso,
para que quede bien patentizado el contenido de la opción, y conformar una
oferta electoral que pase por encima de las estructuras predispuestas al camino
anterior, y que tenga potencia electoral. Firmeza, para marcar las necesidades
de cambio de hoy, y llevarlas adelante. Ilusión, con la imagen de un país de
futuro que debe reconstruir su nueva mayoría modernizadora, escapando al abrazo
de oso del populismo conservador. Con un JxC unido, fuerte y democrático, con claridad de objetivos y vocación inclusiva.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Ese camino hará pensar a todos. A los viejos, en el país que
tuvimos, y a los jóvenes en el portentoso país que podríamos ser si en lugar de
ladrarle a la luna y reducir el reclamo a los gritos destemplados tomamos el
camino -que alguna vez hemos seguido, en tiempos de la Argentina pionera- de
actitudes patrióticas, capacidad de trabajo y estudio, rigor académico,
valentía de pioneros, vigencia y respeto a la ley y solidaridad con quienes la
merecen.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal">Ricardo Emilio Lafferriere<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>Ricardo Lafferrierehttp://www.blogger.com/profile/15445431174942152340noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3850928626126204564.post-35012766380641110882023-02-16T12:46:00.007-08:002023-05-25T09:51:02.852-07:00Ventana al futuro: ¿Qué caminos posibles puede adoptar la Argentina al finalizar el ciclo kirchnerista?<p>Aportes para el debate </p><p>El ciclo kirchnerista parece acercarse a su fin. Sin
embargo, esto no implica “per se” el fin del modelo “nacional-populista”, para
el que pueden darse circunstancias que objetivamente prolonguen su vigencia,
aún al precio de continuar con el languidecimiento del “país” como conglomerado
sociopolítico. Volveré sobre esto.</p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">En efecto: los pilares centrales sobre los que se apoya el
modelo “nacional-populista” en Argentina es una coalición -tácita o expresa,
según las coyunturas políticas- cuyos actores principales son:<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->a.<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]--><b>Un empresariado prebendario</b>: que depende
directamente de contratos de obras públicas y de decisiones sobre servicios
públicos como la concesión monopólica o protegida de prestación de estos
servicios, la fijación de sus tarifas, los negociados entre proveedores del
Estado y privados sin reglas ni control, etc.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->b.<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->Un <b>empresariado rentista</b> que vive de la
protección del mercado impidiendo el ingreso de productos generados en el
mercado global, que lo hace dueño excluyente del mercado interno en el que
reinan “como el zorro en el gallinero”.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->c.<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->Una <b>estructura sindical burocratizada</b>,
con una conducción enriquecida y una masa de trabajadores formales en cada área
para los cuales esa conducción logra mantener mínimamente su nivel de ingresos
y una mínima prestación de salud.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->d.<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->Una <b>gigantesca red clientelar</b> que rodea a
la Capital Federal y a los grandes conglomerados urbanos, producto de una
migración interna y de países limítrofes que lleva décadas y que ha configurado
un agregado aluvional de personas desprovistas de los bienes fundamentales para
su subsistencia y de herramientas educativas-culturales para integrarse a la
sociedad formal, convertidas en carne de cañón de aparatos políticos-delictivos
que los utilizan para lucrar con sus necesidades y presionar a los gobiernos de turno.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->e.<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]--><b>Sectores del Estado y de la justicia cooptados</b>
por esas estructuras gremiales, empresariales y políticas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->f.<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]--><b>Estructuras político-gremiales intermedias</b>
que han cooptado el aparato estatal<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle">dirigiendo recursos hacia sus integrantes,
por diversos mecanismos: entrega directa de fondos, obras o servicios públicos
amañados, empleo público clientelizado, compras directas o con mecanismos
ocultos, etc.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpLast" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->g.<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->Y <b>actores de pertenencias políticas,
ideológicas e intelectuales difusas</b>, centralmente agrupados en el peronismo
pero acompañados por dirigentes de otros partidos y expresiones intelectuales,
artísticas y comunicacionales que pueden mantener con el peronismo disputas o
diferencias parciales pero que entienden de la misma manera el proceso
económico y político: economía cerrada, protagonismo exaltado del Estado sin
los límites de la ley y el estado de derecho, protección de sindicatos
semi-oficiales, ideología de la “sustitución de importaciones” en su versión
“siglo XX”, impostación del discurso nacionalista banal, exaltación del
“pueblo” como abstracción, indiferencia ante el fenómeno inflacionario, el
endeudamiento público para financiar gastos corrientes, la desvalorización de
la moneda y, en general, la búsqueda de apoyos sectoriales corporativos para el
ejercicio del poder o la oposición, según la coyuntura política.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Como vemos, <b><i>el kirchnerismo no es el protagonista permanente
de esta coalición</i></b>, aunque la haya expresado en las dos últimas décadas agregándole
su impronta, centrada en una gran <b><i>corrupción</i></b> que, en rigor, <b><i>no
es esencial ni inherente al sistema nacional-populista</i></b> sino que se
desarrolló aprovechando y respondiendo a las necesidades de éste a cambio de
respaldo para la ocupación del aparato estatal. Hay nacionalismo populista más
allá del kirchnerismo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">De la afirmación anterior se desprende que la oposición al
kirchnerismo se puede visualizar en dos grandes grupos, que pueden coincidir en
su objetivo inmediato -terminar con la corrupción kirchnerista y aún recuperar
el funcionamiento del estado de derecho- pero no necesariamente coinciden en
los cambios que deben realizarse en el sistema económico-rentístico del país.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Algo similar ocurrió con la coalición kirchnerista
originaria. La cúpula K, detentadora del poder, fue respaldada por amplios
sectores políticos -no sólo peronistas- a su llegada al poder. La recuperación
del poder del Estado unió a tradicionales adversarios, que advirtieron que, sin
un poder ordenador, todo sería dirigido a un caos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Algunos de esos sectores fueron desgranándose en el camino y
pasando a una oposición al “modelo” a medida que la percepción ordenancista
originaria de los primeros tiempos luego de la crisis de cambio de siglo
terminó con el reforzamiento del poder ejecutivo y comenzó a definirse el
camino de la “recuperación” -cerrado, pretendidamente autárquico, y cada vez
más corrupto-. Este camino lo fue alejando de quienes vieron que serían los
“financiadores” obligados del nuevo intento “nacional y popular”, con el
agravante que no contarían con un estado de derecho neutral para defender sus
intereses. Y también por sectores de la opinión pública que lo miraron con
simpatía hasta que fue asomando en forma creciente la corrupción y las
deformaciones político-institucionales que ya habían sido aplicadas en Santa
Cruz.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">La profundización de la corrupción fue alejando a estos
sectores y a otros de la coalición de gobierno, que fue sin embargo reforzada
con el alineamiento de quienes resultaban cooptados por el dinero fácil que el
Estado se encargaba de expropiar a determinados sectores para beneficiar a
otros, por fuera de cualquier norma legal y control, así como por la
construcción de un “relato” seductor para intelectuales, artistas y
comunicadores que veían reflejado en el discurso oficial viejas afirmaciones
ideológicas de fondo nacionalista y reivindicativa y a la vez, que ese relato
los incluía como receptores de fondos públicos. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Como veremos, entre los perjudicados estaban los productores
agropecuarios -si- pero también la enorme masa de jubilados y pensionados,
empleados públicos y en general, determinados sectores de trabajadores de
ingresos fijos que no participaban de la alianza oficial y el grueso de la
población que, en cuanto consumidora, era condenada a bienes cada vez más caros
y de menor calidad ofrecidos por el empresariado rentista.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b>¿Cómo se financia esta “coalición del gasto”?<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal">Son varios los sectores y mecanismos que “financian” la
posibilidad de esta confluencia económico-social-política. Son <b><i>los
perjudicados por el “modelo”</i></b>, sin cuya exacción ese modelo sería
inviable. Algunos son expropiados directamente, otros mediante la licuación de
sus activos al compás de la degradación de la moneda y del país en su conjunto,
y otros porque los bienes y servicios a los que se les permite acceder llevan
incorporados en sus precios las exacciones, sea por las rentas generadas por la
protección, sea por la descomunal presión impositiva, ambos extremos golpeando
los precios de los productos de consumo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Esos sectores son centralmente:<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="mso-list: l2 level1 lfo2; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->a.<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]--><b><i>Los productores y -en general- el complejo
agropecuario</i></b>. Es el único sector “prima facie” superavitario y
competitivo de la economía argentina. Su aporte anual se traduce en la
generación de divisas -aporta más del 70 % de las divisas que ingresan al país-.
El mecanismo de apropiación de los ingresos agropecuarios tiene una “llave maestra”,
que es el control de cambios y del comercio exterior. Al obligar a los
exportadores a liquidar sus ingresos exclusivamente vía el BCRA al tipo de
cambio fijado por éste en forma discrecional -y al fijar éste el valor del peso
argentino a un monto que duplica el de su valor de mercado- asegura por esta
vía varios canales de apropiación y su aporte a las finanzas públicas,
efectuada mediante tres grandes agregados:<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="margin-left: 72pt; mso-add-space: auto; mso-list: l2 level2 lfo2; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->a.<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->Las “retenciones a la exportación”, que incluyen
entre el 30 y el 35 % del precio final de la producción exportada.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="margin-left: 72pt; mso-add-space: auto; mso-list: l2 level2 lfo2; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->b.<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->El impuesto a las ganancias, que varía según la
dimensión de la explotación pero que puede estimarse como promedio en un 30 %
del valor residual en pesos de la producción.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpLast" style="margin-left: 72pt; mso-add-space: auto; mso-list: l2 level2 lfo2; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->c.<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->El “diferencial del tipo de cambio”, mediante el
que se le extrae otro porcentual difícil de cuantificar por el abanico de
precios de la divisa “no oficial”, pero que si se compara con la evolución del
índice de precios mayoristas (el que mejor refleja el costo de los productos y
el único que está al alcance de cualquier persona) o el propio precio de la
divisa en los diversos mercados financieros no oficiales puede afirmarse que
alcanza al 100 % de diferencia. Por esta vía se “absorbe” otro 20 %.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 54pt;">La suma de estos agregados orilla
el 80 % del valor de venta de la producción, que es lo que se extrae de la
rentabilidad agropecuarias. Los productores conservan apenas el 20 % del valor
bruto de su producción, con lo que deben hacer frente a sus costos de
explotación, amortización de equipos, impuestos y tasas locales y rentabilidad.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="mso-list: l2 level1 lfo2; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->b.<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]--><b><i>Los sectores medios propietarios</i></b>
(dueños de inmuebles), cuyo valor se retrajo por la caída generalizada de la
economía y la licuación del valor de los activos, entre un 30 y un 50 % en el
período 2020/2023, al compás del deterioro del “conjunto-país”.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l2 level1 lfo2; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->c.<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]--><b><i>Los sectores medios de ingresos fijos</i></b>,
afectados igualmente por la licuación de la moneda en la que cobran sus haberes
y la presión impositiva desbordada.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l2 level1 lfo2; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->d.<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->Los <b><i>empresarios marginados de la
estructura populista</i></b>, cuyos patrimonios han acompañado la licuación del
peso argentino y valen aproximadamente la mitad de lo que valían en 2020.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l2 level1 lfo2; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->e.<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->Los <b><i>pasivos y trabajadores del sector
público</i></b>, cuyos ingresos han sido absorbidos también entre un 30 y un 50
%.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l2 level1 lfo2; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->f.<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]-->El <b><i>Estado, a través del endeudamiento
público alucinante</i></b>, que ha provocado en las últimas décadas no menos de
tres grandes “defaults” y varios “pequeños”, con el consiguiente crecimiento de
la “tasa de riesgo país” -cuya contracara es la tasa de interés al que el
mercado le presta a la Argentina, en los pocos períodos en que lo hace-. El
servicio de ese endeudamiento, cuando se realiza, es soportado por el
presupuesto público, o sea por los contribuyentes formales.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpLast" style="mso-list: l2 level1 lfo2; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->g.<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]--><b><i>El mercado interno</i></b>. Cuando todo lo
anterior ya no alcanza para financiar el entramado populista, se recurre al <b><i>impuesto
inflacionario</i></b> generado por la emisión de moneda nacional sin control ni
respaldo, desatando y reproduciendo un aumento de todos los precios de la
economía, incluido el de la divisa -contracara de la disolución del peso-.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Cierto es que la descapitalización del sector agropecuario y
la virtual desaparición de otros sectores exportadores tuvo como contrapartida
el surgimiento de sectores modernos, como la <b><i>exportación de servicios</i></b>
-fundamentalmente informáticos y otros servicios profesionales de menor
dimensión- y el <b><i>turismo</i></b>. Ambos sectores sin embargo fueron
limitados por el cerramiento financiero-monetario del país. Éste produce la
“retención” objetiva que implica la apropiación de la diferencia entre la
divisa generada en el exterior y su liquidación en Argentina vía BCRA -como los
exportadores agropecuarios-, cuya consecuencia es la reducción del ingreso
equivalente a la diferencia entre el valor oficial y los diferentes valores de
mercado semilibre (“Blue”, MAE, “turista”, “tarjeta”, etc.) que ha oscilado
entre 1 a 1,8 y 1 a 2. Para una comprensión más rápida: si se generan 100 USD
por un trabajo profesional en el exterior, llegan al interesado entre 50 y 55
dólares antes de impuestos, que se transforman en apenas 20 si el objetivo es
adquirir divisas en el mercado no oficial. El turismo fue castigado también por
el aislamiento, que requiere la proliferación de controles monetarios,
financieros y fiscales desalentadores del turismo receptivo que, con el retraso
cambiario producido, debería haber explotado dos o tres veces sobre sus niveles
anteriores.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Las implicancias de todo este entramado de intervención
arbitraria del sector público en la economía y en las finanzas particulares se
proyectan a toda la vida social, que ha generado mecanismos diversos para
evitar lo que muchos consideran apropiaciones ilegales de sus patrimonios.
Estos mecanismos abarcan desde mercados de divisas informales diversos entre
los que se incluyen operadores “minoristas” como cambios por “delivery”, con
tipos de cambios especiales efectuados por micro emprendedores urbanos al
margen del sistema oficial o la aparición de remesadoras “fintech” de fondos
hacia y desde el exterior con las que las personas buscan evitar esas
apropiaciones. Estos ejemplos “minoristas” comenzaron a coexistir con los ya
tradicionales mecanismos “mayoristas”, como la utilización de acciones de
cotización nacional e internacional para mantener el valor de un ahorro, así
como operaciones con los títulos públicos que cotizan en el mercado
internacional y nacional, arbitrando con los mismos por mecanismos sofisticados
instrumentados por el sistema bancario.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Todo este entramado es tan complejo y abarca a tantos
actores -corporativos, empresarios, privados, políticos, gremiales y hasta
judiciales- que hace muy difícil focalizar los motores del modelo en “el
kirchnerismo”, como si una derrota electoral o política de esta fuerza fuera
suficiente para desmantelar la infinidad de mecanismos de los cuales ha
terminado por depender mucha gente, sean o no integrantes de la política, el
gremialismo o la economía.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Tómese nota que en estos análisis no han sido incluidos los
sectores que podríamos vincular más estrechamente al submundo kirchnerista y
agravan el cuadro: la clientelización extrema del conurbano de CABA y ciudades
grandes y medianas del interior posibilitada por la apropiación de ingresos por
las vías descriptas, la instalación del narcotráfico en importantes
conglomerados urbanos con la complicidad de aparatos
político-policiales-judiciales y con capacidad de poner en jaque a los propios
poderes públicos aún no cooptados, ni las redes delictivas de diversa clase
también apoyadas en el entramado de corrupción político-policial-judicial
mencionado. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Tampoco han sido incluidas las redes clientelares privadas,
socias del Estado, que reciben millones de “planes sociales” para su libre
administración, canjeando esos planes por servicios personales que en algunos
casos implican participar de sus actos públicos de presión y en otros simple
servidumbre o explotación personal cercana a los vínculos de esclavitud. A
estos sectores hasta se le ha otorgado la gestión de un sector del propio
Estado, el que determina los fondos asignados y los grupos a los que les
asigna.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b>¿Cuáles son los caminos alternativos, entonces, para la
Argentina?<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal">En términos políticos, esa “base socioeconómica” de la
Argentina tiene lógicas expresiones políticas. Cabe sin embargo la aclaración
que esa expresión no necesariamente es nítida: la política, como campo
específico del quehacer social, transmite esos intereses, pero también tiene dinámica
y “reglas” propias, con motivaciones que no son sólo los intereses
económico-sociales sino que se centra en la compleja y ancestral lucha por la
ocupación del “poder”, en la que intervienen personas, partidos y grupos que no
necesariamente son animados por el mismo “ethos”. </p><p class="MsoNormal">En el estadio dirigencial argentino hay quienes desean
acceder al poder para cambiar la sociedad, quienes pretenden apenas administrar
los conflictos que la evolución de la realidad vaya presentando y aquellos para
quienes el poder constituye una fuente de riqueza personal, para quienes los
eventuales “relatos” que exhiben son apenas máscaras intercambiables a cuyos
contenidos no se sienten obligados.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">La vida política incluye tradiciones, afectos, odios,
recelos, competencias personales, valores y rivalidades viejas y nuevas que se
superponen a los intereses económicos de los sectores que representan y ello
agrega un componente de incertidumbre sobre la actitud que en definitiva asuma
uno u otro dirigente o sector al momento de definir medidas de gobierno. La
relación entre el poder y la economía es, entonces, de una permanente
incidencia recíproca en la que cada sector tiende, en última instancia, a su
interés específico: en el caso de la política, acceder y conservar el poder y
en el caso de la economía, la mejora de la rentabilidad o la ganancia.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Con esta salvedad y en mi opinión, son cuatro alternativas
que obviamente interactúan entre ellas formando “híbridos” en continua
evolución y cambio pero que, en forma “pura” podríamos agrupar de la siguiente
forma:<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="mso-list: l1 level1 lfo3; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->a.<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]--><b>El populismo peronista-kirchnerista</b>.
Incluye todo el entramado de poder mencionado, al que ha agregado el componente
de la <b><i>corrupción generalizada</i></b>, no limitada a los estratos altos
de su nomenclatura, sino que ha diseminado su justificación a los niveles
intermedios y bajos de la administración en todas las competencias -nacional,
provinciales y municipales- y también a su <b><i>justificación</i></b> en
niveles privados. Muestra una nota característica: la <b><i>indiferencia ante
la vigencia del estado de derecho</i></b>, al que consideran sólo como una
circunstancia instrumental obviable. Tiene también una consideración <b>“normalizadora”
de procedimientos corruptos en la vida cotidiana</b>, con un relato
justificador y exculpador de delitos y delincuentes, jerarquizando las
conductas ilícitas y numerosos comportamientos inmorales ya desde las Tablas de
la Ley: no robar, no mentir, no matar. ¿Nombres? A título de mero ejemplo: C. y
M. Kirchner, A. Fernández, De Mendiguren, Manzano, Vila, Esquenazi, Massa, el
aparato político-policial-judicial del conurbano, así como ciertos Bancos,
empresarios y numerosos exponentes del mundo artístico e intelectual.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l1 level1 lfo3; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->b.<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]--><b>El nacional-populismo tradicional</b>.
Incluye el entramado de poder mencionado, sin el agregado de la corrupción
generalizada. Se expresa centralmente por la vigencia “ideológica” (real o
impostada) del paradigma “nacional y popular” en sectores variopintos de peronistas
y de otras fuerzas políticas, algunas enfrentadas políticamente al kirchnerismo
pero adherentes a la visión telúrica del país cerrado y autárquico, vestido con
el ropaje ideológico de la defensa de “lo nacional” y “lo popular”. Una
diferencia importante con el anterior es que <b><i>reivindican y respetan el
estado de derecho y cuestionan la corrupción</i></b>. Sus nombres son
importantes y los encontramos en el PRO, en el radicalismo, en la Coalición
Cívica y también en el socialismo. Este sector puede recibir el flujo de
empresarios alineados circunstancialmente durante la administración de A.
Fernández-CFK con el sector peronista-kirchnerista en busca de medidas de
protección, financieras, arancelarias o recursos públicos sólo otorgables por
quien detente el poder circunstancial. Y de peronistas deseosos de librarse del
kirchnerismo pero que comparten a grandes rasgos sus banderas “ideológicas”.
Diversos dirigentes peronistas alineados con el kirchnerismo durante su gestión
de gobierno pueden agruparse potencialmente también en este grupo, al advertir
que el kirchnerismo-gobierno no les garantiza ya éxitos electorales que se
traduzcan en espacios de poder.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l1 level1 lfo3; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]-->c.<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;">
</span><!--[endif]--><b>La “modernización democrática”</b>. Incluye a
los actores perjudicados por el modelo nacional y popular: son productores de
campo, empresarios con vocación cosmopolita, emprendedores de diverso tipo, intelectuales
de diversa ubicación en el “arco ideológico” en contacto con las ideas del
mundo occidental desarrollado, políticos con mayor comprensión de la marcha del
mundo y adherentes a una economía abierta y a una transición consciente para
contener el fuerte efecto-cambio y la reconversión de los afectados por la
modernización. <b><i>Reivindican y respetan el estado de derecho como marco
legal imprescindible para el resurgimiento argentino.</i></b> Sus nombres
también pertenecen a la UCR, el PRO, la CC y peronistas que “dieron el salto”,
como el ejemplo de Pichetto así como igualmente liberales de vocación
republicana. Hay aquí también, además de numerosos dirigentes de los partidos
tradicionales, dirigentes agropecuarios, empresarios de vanguardia (Mercado
Libre, Globant, etc.) y algunas figuras del mundo artístico -Campanella, Darín,
Maximiliano Guerra, etc.- e intelectual.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpLast" style="mso-list: l1 level1 lfo3; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><b><i>d.<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-weight: normal; line-height: normal;">
</span></i></b><!--[endif]--><b>El liberalismo populista extremo,
autodenominados “libertarios”. </b>Su relato se acerca más al anarquismo de
derecha que al liberalismo al que dice interpretar. Incluye a actores
exclusivamente políticos y personales, sin una expresión clara entre el empresariado
ni el mundo gremial, pero movilizadora del hastío de las generaciones jóvenes
que sufren la impotencia en la construcción de sus vidas personales, pero son
víctimas del deterioro educativo de los últimos lustros, que les impide
entender la complejidad de lo social y sus matices. Su expresión política más
clara es Javier Milei, con un relato cercano al anarquismo liberal. Los
caracteriza una <b><i>relativa indiferencia ante la vigencia o no del estado de
derecho, así como un ataque “in totum” a la dirigencia política sin diferenciar
pertenencias ni matices. </i></b>Desde el punto de vista económico, simpatizan
con la reducción del Estado a su mínima dimensión, exclusivamente a sus
funciones básicas de defensa, seguridad y justicia.<b><i><o:p></o:p></i></b></p>
<p class="MsoNormal">Definidos así los agregados políticos de los “rumbos
posibles” es importante destacar que existen nombres que pueden oscilar entre
algunos de los agrupamientos mencionados “a brocha gorda”: unos, entre los
grupos <b>nacional-populista tradicional</b> y el <b>modernizador democrático</b>,
otros, entre los grupos <b>kirchnerista</b> y <b>nacional-populistas</b>,
“liberales” varios, entre las opciones de <b>modernización democrática</b> y <b>libertarios</b>,
y radicales, socialistas y peronistas varios, entre los grupos <b>nacional-populista
tradicional</b> y <b>modernizador democrático</b>. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">El sector “<b>populista con hegemonía kirchnerista</b>”, es
acompañado en el Frente de Todos por peronistas no kirchneristas que desde el
Partido Justicialista, sin embargo, no cuestionan su deformación cleptómana y
apoyan, con o sin convencimiento, la impunidad de los delitos contra el
patrimonio público de los funcionarios del kirchnerismo, que reproducen en cada
escalón del Estado que les toca compartir así como sus ataques a las instituciones
del estado democrático de derecho, del que sólo rescatan la institución
presidencial. Han sido y son beneficiarios de la cadena de corrupción que han
reproducido mayoritariamente en los escalones de gobierno que administran.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">El sector “<b>nacional-populista tradicional</b>”, definido
por su impronta cultural-ideológica, comparte políticamente el espacio en un
caso con el espacio peronista con el kirchnerismo y en el segundo el espacio de
Juntos por el Cambio con el sector “modernizador-democrático”. De esta forma,
en Juntos por el Cambio, se libra una batalla sorda por la hegemonía discursiva
y política entre el sector nacional-populista tradicional con el sector modernizador
democrático, que no es nítida, sino que es matizada por conveniencias electorales
y de posicionamiento. Esta batalla también comenzó a darse en el seno de la
propia coalición kirchnerista ante la evidencia del abismo que se abría a sus
pies por las consecuencias de la aplicación dogmática del país cerrado, la
“autarquía”, el pobrismo y la negación de la pluralidad, con el agravante de la
mega-corrupción.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b>¿Quiénes tienen más chances?<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal">Con el dinamismo de la política y la economía argentinas es
imposible prever con algún grado de racionalidad el camino que terminará
adoptándose. Tampoco es de descartar que lo que termine formándose sea una
coalición de gobierno que nuclee a dos o más de esos grupos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Un triunfo político del sector “nacional-populista
tradicional”, por ejemplo, posiblemente busque un acercamiento con el sector “modernizador
democrático” -con el que ha formado un frente desde hace varios años,
“Cambiemos” o “Juntos por el Cambio”- para determinadas políticas de estado,
pero también con algunos migrantes del sector “populista kirchnerista” para
ampliar su respaldo político. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Si el triunfador fuera el sector “modernizador democrático”,
seguramente buscaría alianzas -puntuales o estratégicas- con exponentes del
sector “nacional-populista tradicional” con el que comparte la propuesta
política de Juntos por el Cambio, pero también en el electorado del sector “libertario”
que puedan coincidir con algunas medidas económicas y de reforma del Estado.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Es más improbable un triunfo del “populismo kirchnerista”,
por el descrédito que arrastra y el rotundo fracaso de sus predicciones
económicas en el turno de gobierno iniciado en 2019, aunque nada es descartable
del todo, especialmente si la opción opositora de Juntos por el Cambio llega a
una crisis que culmine con su disolución o fractura. En caso de resultar
ganadora esta alternativa, no sólo proseguiría el derrumbe del país como
“espacio político” sino que muy posiblemente se acentuarían las características
autoritarias-represivas y el alineamiento internacional con el mundo populista
(Maduro, Putin, Ortega, Evo Morales, etc.)<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b>¿Cuáles son las posibilidades y límites de cada
alternativa?<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal">Los límites de las alternativas pueden definirse sólo a
grandes rasgos, porque dependerán de la evolución de variables que no son todas
nacionales, sino que algunas tienen origen internacional, aunque repercutan en
el país. Un ejemplo de esta relación la dan los precios internacionales de
productos agropecuarios. Precios muy altos benefician a la Argentina con
“efecto riqueza”, atenuando la presión por el cambio de paradigma ya que pueden
seguir financiándose gastos improductivos -al margen que sean o no socialmente
“justos”- sin cambios estructurales que relancen la economía, pero le permitan
languidecer sin sobresaltos. Precios muy bajos obligan a acelerar el proceso de
cambio, o a profundizar la pobreza.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b><i>Un triunfo electoral del sector “populista
kirchnerista” </i></b>por ejemplo, en la actual situación socioeconómica tiene
límites muy estrechos y quizás pueda afirmarse sin error que llegó a su límite.
Al no existir más capacidad de crecimiento por falta de inversión, ni
financiamiento por el nivel de endeudamiento interno y externo alcanzado por el
país, ni de incremento impuestos por la alucinante presión impositiva en los
tres niveles -nacional, provincial y municipal- sobre la producción, las
posibilidades de supervivencia del sistema sólo tienen alternativas represivas.
<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">¿Qué significa “límite”? En los procesos sociales complejos,
como el argentino, el límite es impreciso: los cubanos llevan 60 años con el
sistema y aunque aparezcan tensiones puntuales, el Partido Comunista de Cuba sigue
detentando el poder totalitario sobre una sociedad empobrecida, resignada y
reprimida. Similar suerte se va dibujando en Nicaragua y en Venezuela. El
sistema se ajusta expulsando a las personas que aspiran a mejorar su vida,
clienteliza a los que se resignan -o no tienen alternativa- a depender del poder en forma directa o
indirecta y reprime sin legalidad alguna, velada o abiertamente, a quienes se
oponen. El marco es compatible con la violación de los derechos humanos y la
desaparición de derechos y garantías ciudadanas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b><i>Un eventual triunfo del sector “nacional-populista
tradicional”</i></b> tropezaría de inmediato con las limitaciones económicas
que implica el modelo cerrado, autárquico, patrimonializador del Estado y
repartidor de rentas inherente a sus intereses. La “ventaja” inicial de
despegarse de la corrupción extrema se agotaría pronto, ante la toma de conciencia
de los sectores a los que se absorben desmesuradamente ingresos y que son su
base electoral principal, las clases medias -consumidores, productores
agropecuarios, ingresos fijos, jubilados y pensionistas, etc.- que haría pronosticar
una muy cercana crisis de gestión de desemboque imprevisible, presentando
nuevamente las opciones del dilema que arrastra el país desde hace décadas:<b><i>
abrir la economía a las corrientes mundiales de inversiones, financiamiento,
tecnología y comercio -opción que requeriría alianzas fuertes con los
“modernizadores democráticos”- o seguir cayendo hasta una explosión
hiperinflacionaria y crisis social generalizada, si su alianza “de
supervivencia” elegida fuera con el populismo kirchnerista</i></b>. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">La novedosa experiencia “massista” pretende recorrer
parcialmente este camino y anticipa los límites que el mismo conlleva, los
mismos con los que se enfrentaría un eventual gobierno opositor si ésta fuera
su impronta.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">En efecto: con el populismo kirchnerista comparte varios
sostenes económicos (empresarios vinculados al Estado) y gremiales (sindicatos
protegidos) lo que sería un obstáculo para su acercamiento al sector “modernizador
democrático”. Su mayor fuerza es ideológica: la predominancia del pensamiento dogmático
“nacional y popular” entre importantes protagonistas políticos, gremiales,
comunicacionales, artísticos e incluso académicos, ideología que resiste
obsesivamente los desmentidos más claros de la realidad, en algunos casos por
ingenuidad nostálgica y en otros por conveniencia utilitaria.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b><i>Un triunfo del sector “modernizador democrático”</i></b>
tendría otras complicaciones, más centradas en los damnificados inmediatos de
la indispensable reforma del sector público, el impositivo y el régimen laboral,
aunque es previsible una mejor repercusión internacional y más facilidad de
refinanciamiento de la deuda pública (sin los cuales la dureza de la transición
sería grande). Al ser el único compatible con la inserción internacional
virtuosa y con el modelo de gestión democrática globalmente aceptado en el
mundo occidental, podría iniciar un proceso largo de renacimiento, recuperación
y modernización de Argentina como el insinuado en el período 2015-2019.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">En gran medida su éxito dependería de su virtuosismo en la
gestión de la transición, la transformación de los “planes sociales” en trabajo
productivo, la adecuada gestión de la deuda al contar con mayor receptividad en
la dirigencia del mundo occidental y la profundidad de las reformas
estructurales (laboral, financiera, monetaria, sector público, coparticipación
federal) para hacer racionales y sostenibles los ingresos y los gastos del
Estado en sus tres niveles. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Si el riesgo del sector “nacional-populista tradicional” es
la continuación y profundización del desborde inflacionario y su subsiguiente
caos económico-social, en el caso del sector “modernizador-democrático” el
riesgo a enfrentar es la resistencia activa en el corto plazo por parte del
kirchnerismo, en gran parte debido a la persecución judicial por la megacorrupción
de su gobierno, pero también de los afectados por la modernización y el cambio
si la administración de la transición careciera del necesario virtuosismo
político al llevar adelante las reformas estructurales. Este punto lleva a una
demanda puntual de la que dependerá el éxito de su gestión: el diseño de una
transición para el cambio de paradigma que prevea y dé respuesta a los sectores
honestos que resulten por ella afectados, abriéndoles caminos alternativos de
inserción en el nuevo paradigma.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b><i>Un triunfo del sector “libertario”</i></b>, por
último, lo ubicaría de inmediato frente al dilema de aplicar sin red de
seguridad sus medidas de racionalidad sólo económica olvidando el equilibrio
social o de buscar apoyo del sector “modernizador democrático” en el plano
parlamentario y económico, de difícil obtención por las profundas falencias
institucionales que son la contracara del núcleo ideológico que une a Juntos
por el Cambio por encima de sus diferentes miradas económicas. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Como las incógnitas que deja su relato son muy amplias, es
muy difícil predecir hacia dónde decantará al momento de tener que enfrentar la
resistencia de los afectados con su programa extremo. Sus relaciones
internacionales, por otra parte, son otra incógnita, así como la confianza o
desconfianza que pueda despertar en el mundo occidental por sus vínculos con
los grupos populistas de extrema derecha (Orván, Vox, Le Pen), aunque la
laxitud de su discurso podría abrirle la puerta a una posible relación con el
propio populismo kirchnerista, canjeado ese apoyo por una amnistía o indulto a
sus delitos de corrupción.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b>Arriesgando pronósticos, ¿cuál alternativa tiene mayores
chances de éxito?<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal">La primera pregunta por formular es sobre la definición de
“éxito”.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Si se refiere al proceso electoral de este año, parecería
descartado el triunfo del <b>“populismo kirchnerista”</b> por el enorme
desgaste e incapacidad de gestión, no sólo inherente al modelo “nacional y
popular” sino a la absoluta falta de profesionalidad y conocimientos sobre la
gestión pública y el conocimiento de la megacorrupción con la que se han
beneficiado sus principales dirigentes, incluyendo especialmente a su lideresa
máxima y excluyente, la expresidenta Fernández de Kirchner pero no reducido a
ella sino a numerosos integrantes de la “nomenclatura” peronista y empresarial
de las gestiones kirchneristas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Si descartamos este sector, no obstante que puede ser el que
conserve en términos individuales la mayor cantidad de “electores propios”
(alrededor del 20 %) y centramos la mirada en los otros tres, podemos destacar:<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b>Sector “nacional populista tradicional”</b>. No tiene “a priori”
una organización institucional unificada que le permita enfrentar una gestión
de gobierno exitosa. Sus principales dirigentes forman parte principalmente del
conglomerado opositor Juntos por el Cambio, del cual le significaría un gran
costo político separarse, aunque también los encontramos en el peronismo y
hasta en ciertos espacios del kirchnerismo. Su ruta de éxito electoral debería
transitar un camino que tiene tres pasos: 1) convertirse en el mayoritario de “Juntos
por el Cambio”, que integra junto con la mayoría de los dirigentes del sector “modernizador
democrático”, 2) luego colocarse en alguno de los dos primeros lugares en el
largo proceso electoral de agosto-octubre y por último 3) ganar las elecciones
generales. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Su base política no sería contundente, ya que debería luego
-para gobernar- formalizar alianzas con sus compañeros del sector “modernizador
democrático” y quizás con algunos antiguos exponentes del sector “kirchneristas
populistas” que tengan intenciones de reinsertarse en el proceso político. El
entramado empresario, gremial y hasta político de la histórica coalición
“nacional y popular”, vencido el kirchnerismo, posiblemente migraría en gran
parte hacia este sector, aunque recordemos que <b><i>no son sectores que
aporten riqueza, sino que demandan gasto público.</i></b> <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Su eventual gestión de gobierno estaría caracterizada por <b><i>administrar
la decadencia</i></b> con más prolijidad que el kirchnerismo y seguramente con
menos niveles de corrupción, pero en lo económico-social, su techo estaría dado
por su naturaleza: <b><i>reducción a lo existente, renuncia a impulsar reformas</i></b>,
<b><i>resignación a la decadencia</i></b>. Su gestión previsible, al margen de
alguna reivindicación simbólica sin mayor importancia, se reduciría a arbitrar
presiones sectoriales a costa del interés general. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Puesto a gestionar, tarde o temprano deberá enfrentar el
límite: el profundo desequilibrio existente y creciente le impondrá un ajuste
al estilo “nacional y popular”, o sea empujando hacia adelante una deuda
corregida y aumentada, una economía más raquítica, una institucionalidad
forzosamente más débil, una sociedad más alejada de la frontera de crecimiento
global, recurriendo a una fortísima reducción del ingreso de sus votantes vía
nueva devaluación y default y desembocando en un caos económico-social -tipo
1989- solo disciplinable con represión. Y como su esencia democrática le impediría
reprimir -afortunadamente-, puede ocurrir que deba irse del gobierno, originando una nueva crisis
política. El relato “nacional y popular tradicional” imputaría el fracaso al
FMI, los acreedores externos y los grandes intereses... para recomenzar el
ciclo, como ha ocurrido en los últimos 70 años.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Sin embargo, es necesario agregar un matiz importante. El
modelo “nacional - populista tradicional” ha podido sortear durante muchas
décadas las situaciones más complicadas y aún críticas, sin perder su hegemonía
social, asentada en el nacionalismo banal y objetivos sedicentemente
justicieros, con presencia permanente en las fuerzas políticas tradicionales
con diferentes matices. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Un alivio económico coyuntural, ajeno a la dinámica del
propio sistema, por ejemplo, -vía reducción de tasas de interés
internacionales, aumento de precios de exportaciones argentinas o la puesta en
valor de recursos minerales sea tradicionales (petróleo/gas) o nuevos (litio)-
puede otorgar margen para realizar cambios superficiales que le permitan
renovar su relato, sin realizar cambios estructurales, aún al precio de
continuar con la decadencia secular del país, su economía y su sociedad, así
como el crecimiento del hiato entre la marcha de la región y del mundo “vis a
vis” con la realidad argentina. De ahí que, liberado del peso de la corrupción
y el ideologismo extremo del kirchnerismo y sus aliados más cercanos, no puede
descartarse la continuación de gobiernos con su signo de identidad, con una u
otra definición política o aliados políticos circunstanciales. <i><b>Para
determinados escalones dirigenciales de la política, la posibilidad de
“arbitrar” los conflictos de la decadencia puede ser considerada como su
natural “zona de confort”, renunciando -o sin que los convoque- un programa de
cambio cuya contracara política pueda significar problemas de gobernabilidad,
mucho más si no se posee la convicción para asumirlo.</b></i><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b>Sector “modernizador democrático”</b>. Su posibilidad,
igual que el sector “nacional populista tradicional”, está ligada al triunfo en
la disputa interna por el liderazgo de Juntos por el Cambio y debería transitar
luego similar hoja de ruta. La diferencia principal es la característica de su
predisposición a alianzas, que supongo más dirigida al sector “libertario” en
lo económico y prácticamente sin posibilidad de hacerlo con el sector “kirchnerista
populista”. De cara al gobierno, su desafío es cultural: diseñar y luchar por
un relato que derrote intelectualmente al paradigma “nacional y popular”, su
gran rival en el proceso político-cultural de las clases medias, con el que sin
embargo tiene fuertes coincidencias en sus convicciones
democráticas-republicanas, pero que también derrote al “libertario” populismo
de derecha con el que puede coincidir eventualmente en alguna medida económica,
pero con cuya visión del mundo y de la convivencia democrática la
incompatibilidad es total. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">El sector “modernizador democrático”, sin embargo, es el
único sector de los cuatro cuyo liderazgo puede canalizar con convicción las
“semillas del cambio” hacia un país modernizado (agro, servicios de punta,
industria exportadora, “explosión” de microempresas, reformas fiscal, laboral y
monetaria, profunda reforma educativa, reforma del sistema de salud, modernización
del Estado) así como una integración del país a las corrientes más potentes y
modernas de comercio, inversiones, tecnologías y financiamiento del mundo
occidental.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b>Sector “libertario”</b>. No aparece con desafíos de
liderazgo interno en su fuerza, que es totalmente unipersonal. No obstante, por
las características del sistema político argentino, es previsible que su
liderazgo presidencial, aun perdiendo, se refleje en una importante
representación parlamentaria elegida en la primera vuelta electoral, que resulta
imprescindible para formar mayoría. Ello ocurrirá pase lo que pase en
definitiva con su candidatura principal, la presidencial, ya que los
legisladores se eligen en la primera vuelta electoral y el presidente en la
segunda, si ninguno alcanzara el porcentaje exigido para su triunfo sin
“ballotage” (40 % con 10 % de diferencia sobre el segundo, o 45 %). Esta opción
está sólo unida por su liderazgo (J. Milei) pero su eventual derrota
presidencial debilitaría ese liderazgo y los legisladores elegidos pueden
asumir roles imprevisibles, sea negociando individualmente, o apostando a
convertirse en el germen de un reagrupamiento ante un eventual fracaso del
gobierno, cualquiera sea. Dependerá de la actitud que en definitiva tome Milei.
<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">La eventual presidencia de Milei generaría, corregidos y
aumentados, los conflictos sociales previsibles ante una proliferación de
“reformas” que no sólo atacarían sin ninguna amortiguación a los beneficiados
por el modelo “nacional y popular” tradicional y el kirchnerista, sino que tampoco podrían contar
con una alianza hacia el pensamiento “modernizador democrático”, justamente por
sus falencias en el tema institucional y su ataque a las instituciones democráticas
básicas del país.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Sus posibilidades de éxito electoral, sin embargo, se ampliarían en el
caso de una derrota de los “modernizadores democráticos” en la disputa interna por
el liderazgo de Juntos por el Cambio, debido a que numerosos votantes de esa
fuerza, especialmente de los estratos etarios más jóvenes -ya que no sus dirigencias-
podrían restarle su apoyo y volcarse hacia la opción libertaria.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Si en el proceso interno de puja por el liderazgo de Juntos
por el Cambio resultara vencedor el sector “modernizador democrático”, es
posible que puntuales medidas de gobierno -relacionadas con la reforma del
Estado, el equilibrio macroeconómico y la inserción internacional- fueran
apoyadas por este sector, siempre denunciando su “insuficiencia” la necesidad
de su “profundización”. Caso contrario -triunfo del sector “nacional populista
tradicional” en la disputa interna por el liderazgo de Juntos por el Cambio-,
es previsible que el sector “libertario” formara parte de una oposición con
proyecto de crecimiento y convertirse en alternativa aprovechando su recepción
de votantes -ya que no de dirigentes- de Juntos por el Cambio frustrados por la
carencia de opción electoral, al momento de expresarse la crisis del gobierno
del sector “nacional populista tradicional”, lo que no demoraría mucho en
llegar por las características de su proyecto.<o:p></o:p></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">...<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Pero si con la palabra “éxito” queremos expresar el
relanzamiento modernizador de la Argentina, sólo un liderazgo inclusivo y
convocante con claridad de objetivos podría desatar una fuerza suficientemente
poderosa como para vencer la resistencia al cambio. Ello sólo podría darse, en
una mirada realizada a comienzos de 2023, con un triunfo de la opción “modernizadora
democrática” en la disputa interna por el liderazgo de Juntos por el Cambio y
en las elecciones generales y una gestión de gobierno a la vez potente y
virtuosa. Potente para liderar el cambio y virtuosa para hacerlo manteniendo el
equilibrio social abriendo espacios de contención con los que lo sufrirán en la
coyuntura y suficientemente convocantes a la inversión productiva. Para que esa
alternativa resulte exitosa parece imprescindible mantener la unidad de Juntos
por el Cambio y reforzar esa unidad con la incorporación de sectores
peronistas y liberales honestos, cuando se los encuentre, aislando al “nacionalismo
populista” más cerril y al kirchnerismo residual, que liderarán la resistencia.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b>Alternativas posibles que cambiarían el análisis
precedente</b><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Aunque implicaría una ruptura inesperada, no puede
descartarse un realineamiento de los grupos mencionados como opositores.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">En efecto, no puede descartarse que la “coalición del gasto”
(o “de la decadencia”) mencionada al comienzo de este documento,
tradicionalmente aliada del pensamiento “nacional populista”, incida sobre
algunas dirigencias políticas de Juntos por el Cambio induciendo una ruptura de
ese frente. Como dijimos, en Juntos por el Cambio existen dos inclinaciones
ideológicas diferentes. Coexisten allí quienes se encuentran más cercanos al
“modelo nacional y popular tradicional” pero se oponen al kirchnerismo por su
corrupción extrema y su agresión institucional, con quienes también se oponen
al kirchnerismo, pero tienen conciencia del agotamiento del “modelo nacional y
popular tradicional” y propugnan una modernización de la economía con un
criterio inclusivo, asumiendo los desafíos de la transición en el cambio de
modelo. Estas dos almas también coexisten en el radicalismo, en el PRO y aún en
la CC.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">La formación de Juntos por el Cambio, en rigor, no tuvo como
convocante originario un proyecto determinado en lo económico-social. Sí
coincidían en la recuperación democrática y en el freno a la corrupción. A
partir de allí, todo era opinable. En la actual situación del país, eso sólo no
alcanza, aunque la unidad siga siendo imprescindible para la derrota del ala
más dura del populismo “cleptómano”, la que expresa el kirchnerismo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">No es descartable que el sector “nacional y popular
tradicional” de Juntos por el Cambio pueda forzar una ruptura y busque
acercamientos o incluso confluencia con emigrados del sector “populista
kirchnerista” que pretendan tomar un camino diferente al kirchnerismo por
considerarlo un camino irrecuperable.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Si esto ocurre, es posible que el otro sector de Juntos por
el Cambio sea receptivo a un acercamiento con el electorado del grupo “libertario”
con una especie de “derechización” de su relato. El electorado “libertario” de
esta forma podría insertarse en una estructura nacional que cubra sus falencias
territoriales y orgánicas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">En ambos grupos “reagrupados” podría haber dirigentes de las
dos fuerzas principales de JxC -radicales y PRO-. Existen “modernizadores
democráticos” como “nacional populistas tradicionales” tanto en el PRO, el
radicalismo y la propia Coalición Cívica. Y ambos cuentan con respaldo
intelectual y de comunicadores. Sebrelli y Kovadloff, por ejemplo, y algunos
editorialistas importantes de diarios nacionales coincidirían en su respaldo a
los “modernizadores democráticos”, tanto como algunos intelectuales y artistas
y lo mismo ocurriría con el pensamiento “nacional populista tradicional”,
adueñado sólidamente del sistema comunicacional público y gran parte de los
comunicadores no públicos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Un reagrupamiento de estas características se dispararía en
caso de que el sector derrotado en la puja interna por el liderazgo de Juntos
por el Cambio decida romper la coalición. Posiblemente sea la alternativa a la
que estén apostando importantes dirigentes tanto del Frente de Todos como del propio
Juntos por el Cambio y, desde otra perspectiva utilitaria, Javier Milei.<o:p></o:p></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b>¿Podría darse
un camino intermedio, una especie de equilibrio entre los rumbos que aparecen
como opciones enfrentadas?<i><o:p></o:p></i></b></p>
<p class="MsoNormal">Sería posible. Sin embargo, el punto de partida reduce al
mínimo esta posibilidad. Como está dicho: con el nivel de endeudamiento, de
desprestigio y aislamiento internacional, del nivel de la presión fiscal, del
ritmo de la inflación, del desequilibrio público, del nivel de pobreza y
deterioro de la moneda nacional -que concentra y expresa todos los
desequilibrios mencionados- parece que ese rumbo “intermedio” tendría una
chance muy pequeña.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Para volver a crecer es necesario convocar decisiones de
inversión. Ello es imposible con el desequilibrio macroeconómico. También con
el temor que genera una justicia que no otorga garantías de independencia. Y
con leyes laborales -y peor aún, convenios colectivos- que se remontan a 1975,
cuando la economía y las técnicas de producción eran otras. La presión
impositiva -variable analizada en profundidad por quienes deciden inversiones-
posee un nivel tan elevado que saca a la Argentina de la carrera, agravadas por
una discrecionalidad por parte del gobierno en el área fiscal -y no sólo
fiscal- que se ha convertido en normal y que implica un peligro constante sobre
cualquier actividad productiva. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">El cerramiento, por otra parte, dificulta el acceso al único
mercado en el que es posible obtener ganancias, el mercado global. El
desequilibrio macroeconómico agrega otra espada de Damocles, ya que su
periódico estallido unido a los extremos mencionados no da garantías de
estabilidad a cualquier cálculo de rentabilidad debido a la incertidumbre sobre
el tipo de cambio, haciendo imposible cualquier proyección microeconómica para
una inversión. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">La permanente crisis fiscal, por otra parte, no sólo golpea
con incertidumbre la seguridad impositiva sino que abre constantes mecanismos
especulativos para financiar el desequilibrio público, cada uno de los cuales
es una ventana por la que se extraen recursos de la economía a través del gasto
del Estado, las tasas de interés, los subsidios discrecionales a empresas y
personas, todos ellos con mayor tasa de ganancia que cualquier actividad
productiva, compitiendo en consecuencia con las eventuales inversiones que a
ella se puedan destinar.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">La continuación del aislamiento y la indiferencia ante la
inserción internacional provocará que no haya inversiones ni del exterior ni
internas. La Argentina proseguirá, como en las últimas décadas, generando recursos
rentísticos y especulativos a quienes cuenten con información sobre las
decisiones políticas, se integre a la “corporación” o lucre con las necesidades financieras del Estado. Serán recursos que se
transformarán en divisas y emigrarán, pero jamás se reinvertirán en la economía
nacional.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Por supuesto que si se elimina la corrupción sería un aporte
importante a la recuperación, pero es más bien una condición necesaria, no
suficiente. Debería ser acompañada de un programa fiscal que muestre seriedad
en las cuentas públicas -que sólo puede venir de la reducción del gasto, ya que
la presión impositiva existente no admite incrementos-. Esa reducción del gasto
requiere una relación transparente, legal y automática en la distribución de
los impuestos (coparticipación), la eliminación de los subsidios económicos (tarifas),
la reducción paulatina de los subsidios sociales (planes), la reformulación general y cirugía mayor en las empresas públicas y una puesta a punto
del sistema jubilatorio sobre bases de sostenibilidad, justicia y coherencia
actuarial .por último, la reformulación negociada de la deuda pública a fin de proyectar su sostenibilidad sin sobresaltos, tanto en su segmento externo como interno -del Estado y del Banco Central-, reformulación que sólo será posible si se la enmarca en un programa coherente y sustentable que lo haga creíble. Si ello no se logra, la alternativa es otro default, un ajuste del cerramiento aún mayor y la continuación de la decadencia hacia el pobrismo extremo.</p>
<p class="MsoNormal">Si no se hacen estas cosas, el camino de recuperación
termina en un callejón sin salida.<o:p></o:p></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">...<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">El futuro está abierto y es opaco. Lo que aparece cada vez
más claro es que pocas veces en la Argentina moderna sus opciones han sido tan
patentemente disímiles y conllevan futuros tan diferentes: la “cosmopolitización”
o la definitiva “latino americanización” del país. Sarmiento diría “Civilización
y barbarie”. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Alguien interesado en una Argentina moderna, pujante, con
vocación de futuro, prestigio internacional, valores democráticos, integrada y
respetuosa de los derechos de las personas para perseguir sus propios sueños
debería encontrar su lugar en una opción alejada claramente del populismo, sea
cual fuere su bandera partidaria.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Decía al comienzo que la crisis actual y próxima, de
continuar su rumbo, puede terminar con la disolución del país como marco
sociopolítico. El desarrollo de este concepto requiere mucho más que un
análisis coyuntural. Pero... se disolvió la Unión Soviética, Yugoslavia,
Checoeslovaquia, el imperio francés, el imperio inglés, el imperio otomano... y
antes todos lo que la historia nos enseña. Los países son nada menos, pero nada
más, que categorías históricas. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Es improbable que un marco nacional como el argentino siga
soportando eternamente la tensión entre “los que pagan” (invierten y producen)
y “los que cobran” (sin otra justificación que su vinculación al poder o su
capacidad de presión), sin normas y sin justicia. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Si la Argentina continúa su deterioro, puede llegar a su
disolución: tiene regiones que podrían configurar, cada una de ellas un país
(La Patagonia, Cuyo, el Litoral, la región Centro, la propia CABA.) No existen
fuerzas centrípetas que neutralicen el hastío centrífugo de las regiones
productoras. Tiene importantes “relatos” en su escenario político-intelectual que
no sólo desmerecen, sino que no consideran a sus adversarios ni siquiera como
“compatriotas” con cuyas ideas no coinciden, sino como reales enemigos, es
decir no tiene un afecto nacional compartido que sirva de soldadura a la unidad
nacional contrarrestando la tensión centrífuga.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">O también puede llegar a su definitiva latino
americanización "neo-indigenista", manteniendo su unidad como país, pero con una sociedad
empobrecida y embrutecida definitivamente, con sus clases ilustradas y
productivas emigrando y una nomenclatura populista cleptómana adueñada del
Estado en forma arbitraria, mañosa o violenta junto a socios narcos adueñados
de hecho de grandes zonas del país. Socios en el mundo y en el continente no le
faltarían. Sería el sueño del “pobrismo” jesuita, de los narcos, de los
punteros del conurbano, del retro progresismo, y, en general, del populismo. Una
gigantesca toldería de vida miserable gobernada por una narco nomenclatura
mafiosa enriquecida. Así pasó en Cuba, así pasa en Venezuela y Nicaragua.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Y puede pasar en Argentina. Ya pasa en Formosa, Santiago del Estero y otras provincias feudalizadas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Como puede pasar también que -por el contrario- la Argentina
retome su tradición de país constitucional, integrado al mundo, respetuoso de
la ley y los compromisos, reconstruya su moneda, erradique el populismo, vuelva
a los esfuerzos modernizadores y educativos, jerarquice su educación y su
justicia, y construya una democracia compleja, consciente, inclusiva,
actualizada.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">También puede pasar.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Los dados parecen estar en el aire.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Ricardo Lafferriere – Febrero de 2023<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"> <o:p></o:p></p>Ricardo Lafferrierehttp://www.blogger.com/profile/15445431174942152340noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3850928626126204564.post-18762609869433301892022-12-17T06:15:00.001-08:002022-12-17T06:19:22.595-08:00Las distintas dimensiones de la integración al mundo<p style="text-align: center;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgA9JHtpSRTckKvstShAL5iRsV8PPC_fN5ka-vFmoPCL_8CCkoH-xJEB7G1n8UFNKlrltjZCoSL7Qr3m3yAAnsgZv9jEnyP6T0cxn0aTPFFnXJTZjyg-2LYPBCuEPVGR79Vl04EXB4c66HNzvvFcL_0Y0eNx3xBhs1XtwmG4GuIfuEtGsAJ4adoZa-Ayg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="181" data-original-width="278" height="282" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgA9JHtpSRTckKvstShAL5iRsV8PPC_fN5ka-vFmoPCL_8CCkoH-xJEB7G1n8UFNKlrltjZCoSL7Qr3m3yAAnsgZv9jEnyP6T0cxn0aTPFFnXJTZjyg-2LYPBCuEPVGR79Vl04EXB4c66HNzvvFcL_0Y0eNx3xBhs1XtwmG4GuIfuEtGsAJ4adoZa-Ayg=w434-h282" width="434" /></a></div><br /><br /><p></p><p>El proceso de globalización acelerado protagonizado a partir
de la octava década del siglo XX se ha desdoblado. Sigue potente en lo
económico, alimentado por la instalación altamente irreversible de las cadenas
de producción y la internacionalización financiera, pero ha tomado en lo
político la característica de un enfrentamiento -a veces abierto, a veces
larvado- entre dos formas, con sus matices, de entender la organización social:
la democrática liberal y la populista autoritaria.</p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Ello agrega complejidad a la política exterior de los
Estados. Éstos deben encontrar la convivencia virtuosa para sus intereses entre
la necesidad de participar del mundo económico global -donde se produce la
“realización de la ganancia” de cualquier actividad económica- en forma pautada
para potenciar al máximo los beneficios y neutralizar los peligros, pero a la
vez la necesidad de precisar los niveles de acuerdos, solidaridades y
alineamientos que sean posibles en el plano político.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">En lo primero, manda la economía y sus reglas. Muy pocos -si
alguno- se alza contra ellas. Desde China a USA, desde India a la Unión Europea, desde
Brasil hasta los países árabes, todos participan en el juego según las reglas
también por todos aceptadas, aún por aquellos que aspiran a cambios parciales
de algunos de sus aspectos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Esas reglas no son muy complicadas: mercados abiertos,
honrar las deudas, respetar la propiedad y, en general, actuar en un espacio
global en el que lo normal es cumplir lo pactado. El realismo más rancio reina
en un campo en el que las interferencias de lo público sobre los mercados son
mínimos, y en todo caso se centran en evitar los posibles males que la libertad
absoluta de los mercados puede provocar en los países o las personas. Los
sucesivos documentos del G20, con participación de todos, muestra esta realidad
-por encima de la vigencia del propio G20-.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Distinto es el campo político. El contencioso aquí debe
articular el realismo con los principios y valores que cada sociedad ha elegido
para sí, lo que además no es un tema sencillo para aquellas que no han
terminado de definir con claridad a los que adhiere.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Sobre estas condiciones debe elaborarse una política
exterior creíble y posible, sensata, respetable y armónica con los principios
culturales, políticos y sociales del país, que aconsejarán la cercanía o
lejanía -en términos políticos- con los diferentes protagonistas globales y
regionales.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">La adecuada integración del país al mundo requiere concentrar
los campos de reflexión y acción en dimensiones diferentes, cada una con sus
propias reglas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">La primera dimensión es, claramente, la <b><i>regional</i></b>.
Ser amigo de los vecinos, planificar y ejecutar una sólida unión con aquellos
que conforman el primer círculo de interés para el crecimiento económico,
profundizar la seguridad común, desarrollar una potente infraestructura de
vínculos que permitan a la región ampliar sus mercados nacionales y avanzar
hacia la construcción de un espacio de confianza y acción conjunta de defensa y
promoción de nuestros países. Zona de paz, libre circulación de personas y
productos, desarrollo de grandes obras de infraestructura y hasta defensa
común.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">La segunda dimensión es la <b><i>económica</i></b>. No
existen en el mundo economías exitosas desde el aislamiento. La vinculación a
las corrientes de comercio, inversiones, financiamiento, tecnologías y flujos
turísticos, entre otras cosas, demanda una acción inteligente de promoción
pública-privada para facilitar la inserción del país en el mundo económico
global. Éste tiene sus reglas, expresadas en organismos multilaterales de
comercio, de finanzas, de trabajo, de comunicaciones, reglas cuya negación no
es impune y cuyo respeto genera confianza y respetabilidad internacional.
Cuidar y profundizar los vínculos con quienes nos compran, quienes nos venden y
quienes nos financian. Un ejemplo claro lo da -en un extremo- el propio sistema
financiero. Japón debe dos veces y medio su PBI -que es treinta veces mayor que
el argentino- pero su tasa de riesgo apenas supera los 34 puntos. La Argentina,
sin embargo, con una deuda treinta veces menor, tiene un riesgo país 75 veces
la de Japón. En lugar de prestarnos al 0,34 % anual, nos prestan al 20 % anual.
No hay en esto ningún secreto: Mientras el Japón jamás ha “defolteado” su
deuda, la Argentina lo ha hecho más de diez veces. Nadie duda en prestarle a
Japón lo que necesite. Prestarle a la Argentina, por el contrario, se ha
convertido en una actividad reservada a aventureros y especuladores, que salvo
el FMI -que maneja dinero público-, cobran por ello lo que cobran.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">La última integración es tal vez la más delicada: el
alineamiento <b><i>político</i></b>. No se trata de hacer pactos militares con
nadie, pero sí de tener bien en claro a quienes nos acercamos en la forma de
valorar la vida, los derechos humanos, la convivencia, el sistema político, el
respeto a la soberanía y la integridad territorial de los países y la solución
pacífica de las controversias. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">En nuestro caso, esos principios están definidos muy claramente
en el Preámbulo de nuestra Constitución. No descubrimos la pólvora si afirmamos
que su fundamento básico es la libertad, la convicción que la soberanía reside
en el pueblo -en cada ciudadano- y que el Estado se concibe como una necesidad
para la convivencia sana, sin detentar ninguna potestad que los ciudadanos no
le hayan delegado por el pacto constituyente. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Nuestro lugar de pertenencia es el mundo occidental, aún
calificando esa pertenencia a la parte del mundo occidental, la del sur, que
tiene aún mucho camino que recorrer para sentirse satisfecha con sus logros.
Claramente, la Argentina no se define a sí misma como un país populista,
autoritario, tolerante con las discriminaciones, subordinada al poder que no
surja de la voluntad libre de los ciudadanos a través del sufragio. No se formó
por herencia de reyes, zares o emperadores, sino por la decisión de “Nos, <b>los
representantes del pueblo</b> de la nación”... y su causa fundacional la expresó
San Martín en Lima con su clara vocación cosmopolita, al definir a nuestra revolución
emancipadora como “la causa del género humano”.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Esta tercera “dimensión de la integración”, la que nos dice
con quiénes nos sentimos más afines, nos servirá de guía de acción en los temas
políticos globales e incluso de defensa estratégica. Su claridad nos permitirá
recuperar respeto y confiabilidad internacional y nos orientará para marchar en
el mundo globalizado con tranquilidad de conciencia, con la obvia prudencia que
nos aconseje nuestra fuerza relativa y nuestra situación interna. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Estas tres dimensiones deben confluir en una ecuación flexible
que aconsejará en cada momento, ante cada decisión y cada situación, el grado
posible y conveniente de compromiso. Sin embargo, conforman una guía
estratégica que debería recordarse con arte y madurez de estadistas por quienes
conducen el país y definen su política exterior.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Ninguna de estas tres “dimensiones de integración” ha sido honrada
en los últimos años. Recelados por los vecinos con quienes debiéramos tener una
gran actitud de apertura y respeto, parias internacionales por la costumbre que
ya caracteriza a nuestro país de violar las normas comerciales y financieras
mientras cierra su economía y actúa al margen de la ley con ciudadanos y empresas, y un acercamiento
internacional al bloque del cual no podemos estar más alejados en principios y
valores, los argentinos hemos dejado de ser mirados con respeto para
convertirnos poco menos que en una curiosidad étnica, desde el presidente hasta
empresarios, obreros y políticos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Estamos a tiempo. El sol sale todos los días. Sin embargo,
de no reaccionar pronto, los peligros que se ciernen sobre la Argentina pueden
ser muchísimo más graves y llegar a rozar la propia existencia nacional. Lo que
hubiera parecido imposible hace apenas pocos años, hoy es una posibilidad cada
vez más cercana: la implosión del país, convertido en un “estado fallido”.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">No nos merecemos eso.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">RICARDO LAFFERRIERE<o:p></o:p></p>Ricardo Lafferrierehttp://www.blogger.com/profile/15445431174942152340noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3850928626126204564.post-39977175652082402552022-12-02T15:19:00.001-08:002022-12-02T15:19:21.733-08:00Gobierno K: ¿errores o aciertos?<p> <b style="text-align: center;">Gobierno K:
¿errores o aciertos?</b></p>
<p class="MsoNormal">Hace tiempo comenzó a tomar fuerza la idea que el problema
dramático que sufre la economía argentina se debe a “errores” de la gestión de
gobierno, que “no ha acertado” con las medidas que requiere el país para normalizar
o arreglar sus problemas. De acuerdo a esta idea, un buen economista podría
arreglar lo que está mal y corregir los errores.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Sin embargo, las evidencias muestran que el problema
argentino está alejado de la intención de normalización en esos términos por
parte del gobierno y también de la intención del bloque social que me he
permitido llamar la “<b><i>coalición de la decadencia</i></b>”, del que el
kirchnerismo es su expresión extrema. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Cualquier cambio que permita a los argentinos decidir libremente
su accionar contradice en forma directa la intención -que no es un efecto no
deseado sino una consecuencia coherentemente perseguida por el kirchnerismo- de
hacer desaparecer a los sectores medios y generar un empobrecimiento general
que permita la clientelización de toda o la mayor parte de la sociedad. Esa dirección
es la seguida en Venezuela, señeros maestros de las miradas K, pero es también
la realidad del proceso cubano, pioneros en este modelo de organización y
funcionamiento social.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Las políticas alcanzan a todos: autónomos, profesionales,
productores, empresas chicas, medianas y hasta grandes. Subsistirán quienes
acepten depender de decisiones de precios, importación, exportación y
financiamiento decididos por el gobierno. Ninguno más.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Ni siquiera hago un juicio de valor sobre la conducta
oficial. Tienen derecho a querer eso para el país, tanto como muchos otros de oponernos.
Sin embargo, debemos tener en claro la diferencia, porque ignorarla ha llevado
a demasiados actores no kirchneristas a pensar que estamos frente a sólo errores
de política económica, de la que “no comprenden” las contradicciones
intrínsecas que presentan y se arreglaría con un economista “que sepa”.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Con este otro enfoque se comprenderá que las medidas de
política económica iniciada en diciembre de 2019 <b><i>no son errores sino profundos
aciertos</i></b>: la consecuencia está siendo la que buscan y que fue preanunciada
por muchos, entre otros por quien esto escribe en un análisis publicado en
marzo de 2020 (“Argentina: país que se disuelve”, enero de 2021 - https://ricardo-lafferriere.blogspot.com/2021/01/argentina-un-pais-que-se-disuelve.html).<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">La política económica ha sido una herramienta coherente con
el desmantelamiento institucional, el ataque a la independencia judicial, la
implantación de la mendacidad en el discurso público, la creación de una
historia nacional ficticia, la ruptura con las líneas maestras de la
organización constitucional y el reemplazo de los valores sobre los que el país
edificó su convivencia durante dos siglos, no por otros valores superiores en
ética o solidaridad sino arcaicos y premodernos. Sin educación, sin pensamiento
crítico y con pensamiento único.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">No sólo han profundizado la clientelización los pobres de
extrema pobreza, sino que lo han logrado con gran parte del empresariado,
sectores de partidos políticos opositores y el aplauso simplón de “intelectuales”
y “artistas”. El bloque de poder se completa con los estrechos vínculos con el
narcotráfico ya adueñado de gran parte del país y el alineamiento internacional
con lo peor del planeta, lo menos democrático, lo menos abierto, lo menos
moderno, lo más autoritario. Y el indisimulado apoyo del “pobrismo” de
importantes sectores de la Iglesia, funcional en cuanto enaltece la pobreza y
demoniza la prosperidad. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">No hay, entonces, ningún error. Todo el plan es
maquiavélicamente coherente, incluye todos los frentes y su objetivo es indisimulable:
la desaparición del país que conocimos reemplazándolo por una gran toldería con
millones de seres sin derechos dependiendo de la voluntad de un grupo mafioso
sin escrúpulos. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">La política, en cuanto expresión de la voluntad ciudadana, no
debe confundir en su análisis la naturaleza del régimen. Va en ello no ya la prosperidad
sino la propia existencia del país -a ese extremo hemos llegado-. No lo ven
quienes no quieren verlo. Sí lo ve la gran mayoría de la población democrática.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Ricardo Lafferriere<o:p></o:p></p>Ricardo Lafferrierehttp://www.blogger.com/profile/15445431174942152340noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3850928626126204564.post-25477594990698980672022-11-02T08:09:00.002-07:002022-11-02T08:09:34.717-07:00Populismo, progresismo, liberales, libertarios<p>¿Cuándo el término “progresista” comenzó a ser usado en
forma despectiva? ¿Y cuándo el de “liberales” comenzó a identificarse con una extrema
minoría?</p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Las calificaciones mencionadas, así como las de “izquierda”
y “derecha” ocultan más que lo que definen. Son categorías estratégicas o
tácticas más que ideológicas, destinadas a aprovechar la coyuntural simpatía -o
antipatía- de moda en algún momento del devenir político, pero
sin ningún común denominador que permita una definición de éstas de alcance
general.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">De ahí, justamente, el peligro de su uso en el debate político
democrático.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Populistas son Trump y Cristina Kirchner, Orbán y el
comandante Ortega, Maduro y Bolsonaro. Si una línea -sutil, ya que no sólida-
unifica a todos es su cuestionamiento -o débil adhesión- al estado democrático
de derecho. En el contenido de sus políticas caben relatos revolucionarios y
conservadores, represores y autócratas, estatistas y liberales a ultranza. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Tal vez pocos ejemplos son más claros que la trayectoria del
peronismo en la Argentina: estatista con Perón, liberales con Menem,
ultraestatistas con los Kirchner, pero todos montados en el común denominador
de reducir al mínimo posible los límites del estado de derecho y ampliar al
máximo la discrecionalidad del poder y la vulnerabilidad ciudadana.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">“Progresistas” es otra cosa. Nació el término en España en la segunda mitad del siglo XIX, en la lucha contra la monarquía absoluta, vehiculizada por el
Partido Progresista de Espartero y luego el general Prim, protagonistas de la
revolución de 1868 que puso fin a la monarquía absoluta de Isabel II. Fue -si
no yerro en mi información- la primera utilización del término en español,
derivados de los “reformistas” que tomaron distancia de los “revolucionarios”
de la mitad del siglo XIX en Francia e Inglaterra.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">En el pensamiento político fue un componente fundamental del
centro político que protagonizaría en el siglo XX la gran fuerza constructora
del mundo de posguerra. Ese “centro” se conformó como resultado de la confluencia
dialéctica entre los socialdemócratas -socialistas que valoraban ciertamente la
democracia- con los liberales que valoraban políticas inclusivas rechazando las
democracias limitadas sólo a sectores sociales poderosos. Los primeros, se
alejaron de los revolucionarios. Los segundos, de los conservadores ultramontanos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Esa “izquierda del centro”, en Europa se llamó “socialdemocracia” (y en la Argentina “democracia social”) y la flanquearon por la izquierda, sus
antiguos socios revolucionarios derivados hacia el comunismo estalinista. La “derecha
del centro” fue flanqueada por sus antiguos socios conservadores, derivados
hacia los fascismos de entreguerras y los fundamentalismos “de mercado”. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Ese “centro” compuesto de “centroizquierdas” y “centroderechas”
construyó las economías avanzadas, los estados de bienestar, las democracias
inclusivas, los derechos sociales, las grandes instituciones modernas de la
salud y la educación pública, el reconocimiento legal de los sindicatos obreros
y las instituciones de previsión. Imbricaron virtuosamente sus principios al
punto que en ocasiones era difícil distinguirlos en las coyunturas sin bucear
en sus orígenes históricos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Sus nuevos rivales fueron en la primera mitad siglo XX los
autoritarismos, que no atacaban ya las reformas sociales sino la vigencia
democrática. El fascismo -por derecha- y el comunismo stalinista -por
izquierda- negaron la supremacía del orden legal democrático por sobre el puro poder.
Al contrario, el poder pasó a ser considerado como superior a cualquier límite
democrático y el orden legal comenzó a ser considerado y usado como un instrumento
de las ideologías totalizadoras abandonando su neutralidad. Era una herramienta
para construir la “sociedad sin clases” o para defender la “soberanía del Estado”.
El ciudadano, base de toda la construcción democrática social, desaparecía como
protagonista de la sociedad política.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">La democracia triunfó y, con sus más y sus menos, construyó
el mundo occidental de post-segunda guerra mundial. Tuvo sus matices
expresados por el colorido de sus partidos en juego virtuoso: los “populares” y
“demócratas cristianos”, más centrados en el desarrollo económico, los “socialdemócratas”,
más centrados en los derechos sociales, los “liberales”, recelosos de las
grandes empresas y de los Estados fuertes y aferrados a los derechos de las
personas, confluyeron en un mundo crecientemente desarrollado, cada vez más
libre, más igualitario, más inclusivo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Estos valores fueron aceptados por todas las fuerzas en
juego a pesar del mayor o menor peso específico que cada una concibiera como predominante
en cada momento del proceso económico y social. La “izquierda” y la “derecha” se
volcaron, por su parte, a los extremos de la intolerancia recíproca, acercándose
a las posiciones ultras en los extremos del arco político. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Los últimos cambios de paradigma mundial trajeron nuevos
fenómenos. Surgieron los reclamos de época, como las políticas de género, la
defensa del ambiente, la ampliación de los derechos de las personas y las
nuevas concepciones de derechos humanos. El impresionante crecimiento de la
economía mundial desplazó el eje del debate social y político global hacia las
nuevas demandas, sustancialmente más complejas, y comenzaron a aparecer las
opciones populistas con simplificaciones de rápida llegada al gran público,
pero inútiles para solucionar problemas. “Retro-progresistas” por un lado (añorando
la épica revolucionaria), “libertarios” por otro (extrañando al mundo ultraconservador)
y “populistas puros” (usando en forma utilitaria parches de uno u otro origen útiles
para sus reales metas: la conservación del poder a cualquier precio) configuraron
los nuevos extremos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Si de algo deben considerarse herederas estas opciones es del
pensamiento antidemocrático de los antiguos fascismos, estalinismos y conservadores
ultramontanos. Están tan alejadas del progresismo como de la democracia, la
economía moderna y la inclusión social. Confundirlos es errar peligrosamente en
el diagnóstico y a partir de allí, abrir el peligro de una división en la
solidez del “centro” para sostener la estructura económica, social y política
de una sociedad moderna y para luchar políticamente contra el populismo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Progresistas contemporáneos son -y han sido- Obama y
Fernando Enrique Cardoso, Felipe González, Bachelet y Raúl Alfonsín. Liberales de
estos tiempos son -y han sido- Kohl, Merkel, Sarkozy, Sanguinetti, Macron y el
propio Macri. Ninguno de ellos tendría punto alguno de contacto con el
populismo autoritario y cleptocrático del kirchnerismo ni con los ultraconservadores
antidemocráticos o las dictaduras de Cuba, Nicaragua, Corea del Norte o la
propia China. Y tampoco caería en error de atacar al progresismo como tal porque
alguien que se autocalifique de esa forma cometa los latrocinios
injustificables que se han sufrido en la Argentina en los años K contra el
estado de derecho, el estado de bienestar, el crecimiento económico, la
libertad de los ciudadanos y su pretensión de regimentar la totalidad de la
vida de las personas. Tampoco cuestionarían al liberalismo por su prédica
constante por una economía sana, el respeto al derecho de propiedad, un Estado limitado
y eficiente y su reclamo de los espacios de libertad para los ciudadanos en la
construcción de su vida ni la defensa de las empresas en una sociedad libre de
mercado.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Tengamos cuidado, entonces, con las calificaciones y las
descalificaciones que puedan abrir nuevas brechas montadas en afectos y épicas
de una realidad que ya no existe. La Argentina -y el mundo- necesitan construir
una férrea muralla contra el populismo que libere la potencialidad económica de
los ciudadanos y que también canalice sus mejores sentimientos solidarios,
expresados tanto en la vida cotidiana como en la política. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Una sociedad estable necesita una economía sólida y en
crecimiento, el respeto de los derechos, la vigencia de la ley, la justicia
independiente y un Estado neutral promotor de una sociedad libre y equitativa.
Esas son banderas de los verdaderos progresistas, y también de los liberales
contemporáneos, enemigos ambos del populismo y naturales protagonistas en la
creación de esa sociedad deseada. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Todas esas banderas se expresan con nitidez en la Constitución
Nacional, el gran “centro” que construyó el país moderno, el que el populismo -no el progresismo ni el liberalismo- está destrozando.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Ricardo Lafferriere<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>Ricardo Lafferrierehttp://www.blogger.com/profile/15445431174942152340noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3850928626126204564.post-14121809681676564722022-10-14T10:03:00.001-07:002022-10-14T10:03:54.353-07:00¿Tipos de cambio o lucha por el botín?<p style="text-align: center;"><br /></p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b></b></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhos8hiN3joEplk4VTznJrq6wyv6XHfokpR875RHlkHZorE4MuGN9V16bQgAlXnyhpjx1GV5cM1oLOLTBIIsz8K1CA_WJnjLuDoRgtWYqnLRlpgtii-yqSwuKZBc209MiKxCA1pBaby0iSW5KT4vTjJiu9E8hUrtf4rXcyNyc_eqDvCFEPSFIuyIOI80w" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="536" data-original-width="960" height="301" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhos8hiN3joEplk4VTznJrq6wyv6XHfokpR875RHlkHZorE4MuGN9V16bQgAlXnyhpjx1GV5cM1oLOLTBIIsz8K1CA_WJnjLuDoRgtWYqnLRlpgtii-yqSwuKZBc209MiKxCA1pBaby0iSW5KT4vTjJiu9E8hUrtf4rXcyNyc_eqDvCFEPSFIuyIOI80w=w538-h301" width="538" /></a></b></div><b><br /><br /></b><p></p><p class="MsoNormal">No existe país en el mundo en el que el valor de la moneda
nacional (por estos pagos llamado “tipo de cambio”) se manipule con tal
desparpajo para transferir ingresos.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">No se puede pretender, en pleno siglo XXI, que se aplique la
norma de la Constitución Nacional que establece que es el Congreso Nacional -representación
del pueblo- el que debe determinar el valor de la moneda, reserva de valor de
los habitantes del país. Hoy parece ser aceptado que ese valor debe ser
determinado por complejas elaboraciones econométricas a cargo de organismos
alejados de las turbulencias políticas, ya que de él depende, entre otras cosas,
el valor del patrimonio de los ciudadanos, custodiados por otra norma
constitucional, el artículo 14, 14 bis, y correlativos de la Constitución, que
disponen que cada uno puede disponer de su propiedad, la que es “inviolable”, extendiendo
propiedad no sólo los bienes físicos o
financieros, sino el propio salario y pasividades, los grandes dañados por las
políticas monetarias y cambiarias.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">La moneda se convirtió en el siglo XX en el símbolo de la
soberanía y la identidad de los países. Dejaron de emitirla los bancos -como en
el siglo XIX y comienzos del XX- y se concentró su emisión en los Estados, a
través de los Bancos Centrales.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">Pero ... esta facultad “expropiada” a los bancos en favor de
los Estados -representación de los ciudadanos y de la nación- comenzó a ser bastardeada
con las “políticas monetarias”. En lugar de determinarse la paridad de las
divisas teniendo como finalidad la defensa de la moneda nacional, se trasladó
esa facultad al juego de la política, cuya última motivación es, en el fondo,
la lucha por el ingreso. <o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">La utilización de las “políticas monetarias” para transferir
ingresos entre sectores de la población fue el resultado del auge de los “estados
fuertes”. El argumento del origen “democrático” de los gobiernos parecía justificar
cualquier medida, aún las crudamente violatorias de otras normas
constitucionales que establecen los derechos y garantías de los ciudadanos,
entre los cuales la vida, la libertad, el libre tránsito, la igualdad ante la
ley y la propiedad son los pilares que justifican todo el edificio
constitucional y legal.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">La manipulación del tipo de cambio a través de las políticas
monetarias y cambiarias sin control legal, político ni administrativo alguno,
dejó los derechos económicos de las personas en la discrecionalidad de quien
detente el poder ejecutivo. Debemos decir que también los parlamentos y la
justicia apoyaron esta delegación inconstitucional de facultades, con argumentos
presentados siempre como alternativa al “caos”.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">Sin embargo, en ningún país del mundo se ha llegado a la
orgía de manipulaciones como la que muestra el gobierno argentino en estos
momentos. Por supuesto que los argumentos se fundarán siempre en el “interés
general”. No es nuevo en la Coalición de la Decadencia, que fija -en forma
directa, cuando gobierna como ahora, o en forma indirecta cuando presiona a
gobiernos que se le resisten- las principales políticas cambiarias y
monetarias.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">Éstas, en consecuencia, se han transformado en herramientas
de lucha por la apropiación del ingreso, o dicho en forma más directa, en la
pelea por el botín. El botín es lo arrebatado a quienes generan riqueza, a
quienes nos prestan o a quienes no tienen suficiente poder como para participar
en forma exitosa en el jubileo, esta gran feria en que ha convertido la
administración del Estado en la Argentina.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">Quienes tienen menos poder, son los que “ponen” (o a los que
les sacan). Los productores agropecuarios, los jubilados y pensionados, los que
producen riqueza real invirtiendo o exportando productos industriales o
servicios de calidad, son los más débiles y más explotados. Quienes tienen más
poder, son los que “sacan”: los bancos, las organizaciones sindicales y
piqueteras, los “industriales argentinos” que “fabrican” para un mercado que
consideran de su exclusiva propiedad ofreciendo bienes de escaso valor y calidad
pero venden a precios de oro prohibiendo a los consumidores a comprar cualquier
otra cosa que ellos no ofrezcan.</p><p class="MsoNormal">Pero ésto no sería posible sin estructuras políticas funcionales a esas
apropiaciones, integrantes necesarias de la Coalición de la Decadencia como
vehículos de ocupación del Estado y difusoras de sus consignas de mediados del
siglo XX, totalmente inaplicables al mundo actual pero rodeadas de un aura justiciera
ingenuamente adoptadas por una gran
parte de la opinión pública y “publicada”, cada vez menos ilustrada, mal
informada y engañada con falsos silogismos sedicentemente “progresistas”.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">Lucha por el botín. Eso -y nada más que eso- es hoy la
política oficial en la Argentina. En el camino queda un país que alguna vez fue
señero pero hoy se encuentra en caída libre hacia la insignificancia, con
muchos de sus ciudadanos esperando lucidez y patriotismo en los liderazgos que
se resisten a la cooptación por la Coalición de la Decadencia, aún a riesgo de
descréditos, ataques descalificantes, insultos y operaciones mediáticas -cuando
no delictuales- por quienes defienden su “derecho” a decidir quién gana y quien
pierde y a determinar cuándo todo lo que se hace tiene como justificación algún
indefinido “interés nacional”, inexistente.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">Ricardo Lafferriere<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p><p>
</p><p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>Ricardo Lafferrierehttp://www.blogger.com/profile/15445431174942152340noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3850928626126204564.post-85155588459343404542022-09-27T14:36:00.000-07:002022-09-27T14:36:10.130-07:00PUTIN Y EL LIMITE DE LA AMENAZA NUCLEAR<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSWRnw9yXcKz0-M55ukRADE_RIRMKbyu6GCEAL58QQX2TrimbkfkzXl-iXF3fUBUq_ZkC2Oj7J9DTpnovp_WEWK0eqaNP_jy1RMElXUI3AlcZU0VwTZyCQ_7veaVTQlKiZdU4fRBo9lzEFjhsLHw12AYdTM2hAzaML50oRO_X0VAqTkpGk4Gzm9Iqscw/s1430/putin_amenaza_con_usar_armas_nucleares_para_proteger_a_rusia.jpg_1834093470.webp" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="1430" height="179" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSWRnw9yXcKz0-M55ukRADE_RIRMKbyu6GCEAL58QQX2TrimbkfkzXl-iXF3fUBUq_ZkC2Oj7J9DTpnovp_WEWK0eqaNP_jy1RMElXUI3AlcZU0VwTZyCQ_7veaVTQlKiZdU4fRBo9lzEFjhsLHw12AYdTM2hAzaML50oRO_X0VAqTkpGk4Gzm9Iqscw/s320/putin_amenaza_con_usar_armas_nucleares_para_proteger_a_rusia.jpg_1834093470.webp" width="320" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: x-small;"><i>En un discurso televisado el 22 de setiembre, Putin amenaza con usar armas nucleares</i></span></div><p>¿Cuál es el límite del chantaje nuclear? ¿Existe alguno? ¿O
ya debemos asumir que quien tiene una bomba nuclear y amenaza a usarla si no se
aceptan sus berrinches será dueño total de conductas, libertades, vidas y muertes
de todos los seres humanos sobre la tierra?</p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Pareciera que éste es el gran interrogante de esta guerra
vergonzosa, indignante, criminal.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Las ayudas a Ucrania llegan... desde lejos. Y el temor de
los países -y no digo los gobiernos, digo claramente los países, los
ciudadanos, los pueblos- que son sus vecinos y amigos, especialmente en Europa,
parecen aconsejar una prudente distancia del conflicto, ante la atemorizante
amenaza de los criminales de guerra. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Sin embargo, esta guerra deberá hacernos asumir, a todos,
que hemos entrado nuevamente en un período negro de la historia que llevará al
límite la propia existencia humana. Rusia -dicen los realistas, con razón- está
dispuesta a todo, aún a usar armas nucleares, si considera que existe un riesgo
para su seguridad. Este riesgo lo define como un ataque a su propio territorio.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">En una actitud plena de cinismo ha fraguado consultas populares
amañadas en un territorio que ocupó militarmente y que desea incorporar, a fin
de que pueda considerarse un ataque a su país la defensa que el legítimo
titular de esos territorios robados pueda hacer de ellos. En una actitud de
matón de barrio, ha notificado al mundo que usará armas nucleares para hacerse
de lo que unilateralmente considere que pueda ser peligroso para su seguridad. Lo
ha declarado Mendevev, expresidente ruso y el propio Putin. En esa categoría coloca a la OTAN.
Sin embargo, no existe ni un solo país al que la OTAN, alianza esencialmente
defensiva, haya incorporado por la fuerza, ni siquiera amenazado o insinuado
una amenaza en caso de no hacerlo, a ningún país. Y vista la actitud de Rusia,
menos mal que la OTAN existe.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Por el contrario, ha sido Rusia, exclusivamente, la que ha
decidido que su limítrofe Ucrania podría ser un riesgo para su existencia, a
pesar de su compromiso, en 1994 por el Protocolo de Budapest, de garantizar la
independencia y soberanía de Ucrania dentro de los límites que entonces tenía,
que incluía no sólo a los territorios que ahora desea, sino la propia Crimea, que
incorporó por la fuerza en 2014 robándosela a Ucrania, país cuyos límites y
soberanía estaba comprometida formalmente a defender.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Les toca hoy a los ucranianos sufrir un martirologio que
entrará en la historia. Pero es un anticipo de decisiones que tarde o temprano
deberemos asumir todos. Si a Putin le sale bien su chantaje, no se detendrá
aquí. Y el mundo deberá decidir si acepta en nombre del realismo que un
chantaje nuclear debe aceptarse sin límites y, en todo caso, si un mundo así
vale la pena ser vivido. Debe decidir, en síntesis, cuál es el límite del
realismo aceptado y cuál es el riesgo que está dispuesto a asumir para vivir en
un mundo digno de la condición humana.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Leí de un renombrado intelectual ucraniano que su país está
cumpliendo el papel de las nuevas Termópilas. El sacrificio de Leónidas y sus
300 espartanos permitió ganar el tiempo necesario para que las ciudades griegas
depusieran sus litigios y recelos y se unieran para enfrentar al invasor persa
conducido por Jerjes. Era, para ellos, también una opción de subordinación o
desaparición. Ha habido momentos en la historia que los pueblos han debido
enfrentar esa opción.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Sin Termópilas no hubieran existido Salamina ni Platea y tal
vez no hubiera existido el imperio romano ni occidente tal como lo conocemos.
Sin Termópilas quizás el mundo estaría gobernado hoy por los Ayatollahs asesinos
de mujeres y hablaríamos persa en todo el mundo. No hubiera existido la
democracia clásica ni sus herederas. Ni el arte, los valores, el derecho, la
justicia, ni mucho menos los derechos humanos ni la democracia. No existiría
nuestra propia historia.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"> Ese proceso se ha
iniciado ya, con una actitud más unida y firme de Europa, que sin embargo no
alcanza para detener la agresión inhumana del criminal de guerra. Y todo indica
que si se da una duda o debilidad de Europa y el mundo democrático en general
en el momento que pueden ayudar -nada más que enviando armas, aviones, tanques-
la suerte de estos héroes ucranianos estaría echada. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">El nuevo Jerjes se encuentra frente a la insólita novedad de
que sus atacados le rememoran otro sitio feroz e inhumano: el de los nazis a
Stalingrado, que él conoce bien como conocedor que es de la historia de Rusia. La
otra novedad, correlativa, es que ahora el émulo de Hitler es él y los héroes
que emulan la resistencia del pueblo ruso frente a la invasión nazi son los
ucranianos. Zelenski, el Leónidas del siglo XXI, se está inmolando al frente de
su pueblo, para que todos tengamos tiempo de organizarnos, armarnos para la
defensa y superar nimiedades.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">En nada nos consuela, sin embargo, esta convicción. La
masacre se está desarrollando ahora, los héroes están muriendo ahora, la bestia
está asesinando ahora. No ha respetado el derecho internacional, ni los
principios de las Naciones Unidas a los que se obligó con su firma, ni siquiera
los principios elementales de moralidad humana. Es ahora que el mundo
democrático no puede ni debe ceder, por encima de las filigranas filosóficas.
Enfrente no existe un razonamiento compartido, como no lo existía con Hitler y
como no lo existe en los países en los que el populismo utiliza la mendacidad
en las conversaciones y los acuerdos, aún en el plano de las políticas
internas. Así como Hitler fue mendaz en Múnich. Así como lo ha sido Rusia con
su compromiso de garantizar la independencia y seguridad de Ucrania en los protocolos
de Budapest de 1994. Así como lo son el comandante Ortega, Maduro, los Castro y
otros latinoamericanos que bien conocemos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Mentir y matar, esa es la consigna. Combatientes o no,
hombres y mujeres, viejos y niños. Mentir con hipocresía. Matar a distancia,
para no correr riesgos. Misiles, bombardeos aéreos, bombas racimo y hasta
bombas termobáricas, ese nuevo artefacto infernal que disuelve los cuerpos en
un radio de un kilómetro. Si nada de eso conmueve a los vecinos ni a los
congéneres, si triunfan el miedo, la hipocresía y el cinismo, sería -obviamente-
el fin de Ucrania, pero también el fin del mundo con libertad. Sin perjuicio de tener abiertas siempre las puertas de la diplomacia no pueden
dejarlo triunfar ni retroceder ante el chantaje.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Terrible momento, que pone a prueba valores, racionalidad y
sentimientos de la humanidad entera.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Ricardo Lafferriere<o:p></o:p></p>Ricardo Lafferrierehttp://www.blogger.com/profile/15445431174942152340noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3850928626126204564.post-80906752299541597242022-08-24T03:03:00.000-07:002022-08-24T03:03:04.147-07:00LA DEFENSA DE CFK<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhX8mHCGLLy3zRbzE1XoDQ21hYxkTCDQ3i4oO9jd9TnrAUp0P_tHRA5CIXU-Y8YKCymGZjCg-Cnixym9JJJK9maRqlB8G3f4hwNHAzRvNvcU0ehg4uuQ2pAtpSYaUKIue4Bf599puMHdIlz8ZcqvrsBgeuU6-D3R3OvDJ0Oezx4oeOwZ24w4tl02FQdQg/s474/ck.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="266" data-original-width="474" height="235" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhX8mHCGLLy3zRbzE1XoDQ21hYxkTCDQ3i4oO9jd9TnrAUp0P_tHRA5CIXU-Y8YKCymGZjCg-Cnixym9JJJK9maRqlB8G3f4hwNHAzRvNvcU0ehg4uuQ2pAtpSYaUKIue4Bf599puMHdIlz8ZcqvrsBgeuU6-D3R3OvDJ0Oezx4oeOwZ24w4tl02FQdQg/w418-h235/ck.jpg" width="418" /></a></div><br /><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><br /></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Muy poco se
puede agregar a lo ya dicho con respecto al juicio contra la ex presidenta CFK
y un grupo de funcionarios y allegados.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">La reflexión
que sigue está abierta, porque confieso no haber podido comprender la congruencia
de los dichos de la Vicepresidenta con los principios que sostiene el estado de
derecho. La resistencia de un personaje importante a someterse a la ley y la
justicia da por tierra con las construcciones teóricas sobre la naturaleza del
poder democrático, la pirámide jurídica y la vigencia de la ley como marco
supremo de convivencia en paz.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Es obvio que
no se trata de esperar la actitud de Sócrates bebiendo la cicuta aun estando
convencido de la injusticia de la sanción, que por cierto no es este caso. La auto
eximición es impune, aún en nuestro Código Penal. Nadie puede saber lo que
habita en lo profundo de pensamiento y sentimiento de otra persona. Cada
delincuente tiene sus motivos, que desde su valores justifican su accionar
delictivo. CKF puede estar íntimamente convencida que hizo el bien actuando
como actuó y eso es comprensible y hasta respetable.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">El problema
surge cuando esa convicción choca duramente con lo que la sociedad considera
compatible con un comportamiento valioso y, al contrario, opina que esa conducta
-autojustificada, como lo son todas las conductas en la convicción de cada
delincuente- es perjudicial para la convivencia y debe ser evitada y
sancionada.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Las leyes
penales -que son islotes de excepción en el principio de la libertad de las personas,
definiendo las conductas que no son toleradas por el conjunto- tienen esa
misión: hacer posible la convivencia en cualquier orden social.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Hay entonces
tres conceptos en juego. El primero es la clara determinación del conjunto
social que, a través de las leyes sancionadas por los representantes de los
ciudadanos y por el procedimiento que éstas establecen para garantizar los
derechos fundamentales de todos, delincuentes o no, define qué actitudes considera
disvaliosas y en consecuencia no las tolera y las sanciona.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Cada persona
puede considerar a cada ley como injusta y proponer cambiarla -tampoco es este
el caso-, pero mientras esté vigente es obligación respetarla si se desea
convivir con los demás. De nuevo: Sócrates bebió voluntariamente la cicuta que
lo mató, aún a conciencia que su sentencia a muerte era injusta, porque el
respeto a las leyes era más importante que su creencia o convicción.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">El segundo
es el principio de la democracia. Tampoco es un armado rígido y eterno. Las
distintas formas que ha adoptado la democracia a través de historia y geografía
indica que es nada más que un mecanismo instrumental para definir cómo se ejerce
el poder, cuáles son sus límites, cómo se sancionan las normas, cómo se las
ejecuta y cómo se las aplica. El valioso diseño de los tres poderes logra este
equilibrio para que el sentir y deseo de la mayoría de los ciudadanos defina
qué es permitido y qué no lo es, y las formas de sancionar a quienes cometan
los hechos que la sociedad no tolera.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">El tercero
es el de la igualdad de los ciudadanos ante la ley, principio éste que se abrió
camino luego de luchas de diversa intensidad hasta nuestros días, en los que su
perfeccionamiento motoriza reclamos y afortunadamente ha logrado resultados
impensables hasta hace no muchos años: el sufragio libre igualitario, los
derechos civiles y luego políticos de la mujer, la prohibición de la
discriminación, la igualdad de trato a los diversos géneros, y otras
aspiraciones que marchan en el mismo sentido. En su forma más básica, prístina
y contundente, está grabado en el art. 16 de nuestra Constitución: en la Nación
Argentina “todos sus habitantes son iguales ante la ley”. Y en las estrofas que
entonamos desde niños: “Ved el trono a la noble igualdad”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Los
ciudadanos argentinos han sancionado y jurado su Constitución Nacional. Ella
determina como son elegidos sus representantes para dictar las leyes, cómo un
presidente para que las haga cumplir y cómo a jueces para que sancionen los
incumplimientos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Entre esas
leyes están las normas penales, las que ha sido probado en forma pública y
contundente haber sido violadas por los imputados.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Los
imputados, a su vez, han sido tratados con muchísima más enjundia y cuidadoso
cumplimiento de las formalidades legales que a cualquier ciudadano de a pie <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y le han sido garantizados sus derechos inalienables,
entre los cuales está la presunción de inocencia, el debido proceso, su derecho
de defensa y la vigencia de las reglas procesales sancionadas por los<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>legisladores para que el proceso penal
garantice no sólo las aspiraciones de la sociedad a que sus normas sean cumplidas
sino también los derechos constitucionales de los imputados.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">En
consecuencia, la actitud de la imputada CFK está fuera del orden constitucional,
fuera de la ley penal y fuera de la ley procesal. La actitud de los
magistrados, por el contrario, ha sido impecable, tolerando mucho más de lo que
se le hubiera tolerado a cualquier argentino con acusaciones y pruebas
parecidas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Pero aún presumiendo
una alteración cognitiva en la principal imputada, tanto o más grave es el comportamiento
de otros actores: legisladores, dirigentes, gremialistas e incluso ciudadanos
que la han votado y la siguen apoyando. No estamos en la primera mitad del
siglo XX, cuando masas irracionales seguían a sus líderes aún a las atrocidades
más repudiables. Estamos en el siglo del conocimiento, de la interacción
general por las redes sociales, en la reafirmación de la conciencia y la
responsabilidad individual y en la reivindicación de los derechos ciudadanos,
aún los tradicionalmente negados tras el velo de costumbres ancestrales.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En este proceso no se discuten ideologías
políticas sino comisión de delitos. Las ideologías se discuten en los procesos
electorales. En los juicios penales el debate versa sobre hechos delictivos,
sus autores y sus eventuales sanciones. No son los dirigentes, ni los
gremialistas, ni los ciudadanos de a pie los que participan ni deben participar
de estos debates. Es misión de los jueces.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Son campos
diversos, que no pueden superponerse so pena de retrotraer la convivencia a tiempos
pre-constituyentes, cuando los caudillos con poder decidían sobre vida, muerte
y patrimonio de las personas y cuando esos mismos caudillos confundían lo
público con lo privado y el presupuesto público con su propio patrimonio.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">No queremos
volver a eso. Al contrario, queremos avanzar hacia una sociedad más fuerte, con
leyes cumplidas por todos, sin privilegios de ninguna índole, en la que rija en
plenitud el pacto constituyente y las leyes que se dicten en su ámbito. Y
también suturar la profunda herida que sufre el país.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">El requisito
hacia la oposición es separar “la paja del trigo”, evitando considerar corrupto
a todo el oficialismo. Y el requisito hacia el oficialismo es dejar trabajar a
la justicia, terminando con las solidaridades mafiosas que degradan a todos.
Ambas actitudes dinamitan la convivencia. El país requiere reconstruir espacios
de diálogo, confrontación sana de ideas, esfuerzo intelectual y patriotismo
para encontrar los mejores mecanismos para liberar las gigantescas fuerzas reprimidas
de la Argentina. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">RICARDO
LAFFERRIERE<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></p>Ricardo Lafferrierehttp://www.blogger.com/profile/15445431174942152340noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3850928626126204564.post-28352311382620717902022-08-11T17:26:00.000-07:002022-08-11T17:26:05.534-07:00El dólar, curioso símbolo de la impotencia y de la sensatez de los argentinos<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFe5KdByAAiaaCFfFx-fkeTRzaUiLIJj3gBIJfeozO46RYFtVQz2xuDz1OqPQavc6ZwpOFi36USkT8MUcmZI1bdwwGXo_mw2nS4OEX1sjIfxezWWEozL3fxJ8rvpFm6AXKjKvaslY8IM9IOiyFwKgfYa3HDwjkm1rhPuFEhn0o8cQZGOLhhXhmhkuEXA/s474/dolar%20y%20pesos.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="312" data-original-width="474" height="315" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFe5KdByAAiaaCFfFx-fkeTRzaUiLIJj3gBIJfeozO46RYFtVQz2xuDz1OqPQavc6ZwpOFi36USkT8MUcmZI1bdwwGXo_mw2nS4OEX1sjIfxezWWEozL3fxJ8rvpFm6AXKjKvaslY8IM9IOiyFwKgfYa3HDwjkm1rhPuFEhn0o8cQZGOLhhXhmhkuEXA/w478-h315/dolar%20y%20pesos.jpg" width="478" /></a></div><br /><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><br /></p>
<p class="MsoNormal">Desde la perspectiva de las personas comunes, en una
economía crecientemente globalizada y con productos fabricados en cadenas
globales o que llegan a esos mercados, las tasas de cambio deberían tener un
alto grado de estabilidad en el corto plazo como condición para la estabilidad
política.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">El dinero, en su carácter de reserva de valor, no debería
tener oscilaciones que generen incertidumbres en los millones de actores
económicos que conforman el gran “mercado”, que son los ciudadanos. Una
alteración brusca o una incertidumbre mayor sobre su evolución implica privar a
la moneda de su condición de reserva confiable de valor, la que naturalmente
será buscada en el bien que sí lo haga. La alternativa que en la concepción de
las personas ofrece más esa cualidad es la divisa de mayor transabilidad y
percibida como de mayor fortaleza, la que en la Argentina es el dólar
americano.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">De esta afirmación, confirmada por la realidad, se desprende
una consecuencia que obliga a una profunda reflexión sobre los mecanismos
tradicionales con que la política económica valoraba el tipo de cambio. En
efecto, éste ya no es sólo “uno más de los precios de la economía”. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Tampoco es sólo una moneda de transacciones
internacionales, sea para comprar o vender bienes con producción final fuera
del país, sea para operaciones financieras que atraviesen las fronteras. Por el
contrario, ante una extrema volatilidad del valor de la moneda nacional,
despojada ya de su credibilidad y condición de reserva de valor, las personas
acuden al mecanismo que más cerca tienen para preservar sus ingresos. Compran
dólares. Personalmente he sido testigo de jubilados con la mínima, frente al
cajero de un banco al momento de cobrar su jubilación, pidiéndole comprar 10
dólares -que era su ahorro mensual- con los ínfimos pesos que calculaba
ahorrar.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">¿Es especulación? ¿Es de los grandes, los medianos, los
chicos? Tiendo a pensar que es una medida defensiva, y que la efectúan todos. Y
que es lógica y defendible, porque defienden su dinero, que es el fruto de su
esfuerzo. Otra cosa es convertir la inestabilidad en un arma política,
desgraciada práctica que también puede darse cuando quien tiene recursos
disponibles en momentos especialmente sensibles del mercado, realiza
operaciones desvinculadas de la marcha de la economía, con fines políticos o
especulativos. No es imposible. Hasta una moneda tan fuerte como la libra
esterlina pudo ser atacada, en un determinado momento, por la decisión de un
inversor particular, George Soros, provocando su imprevista devaluación.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Pero el gran público no conoce -ni tiene por qué conocer-
las complejas filigranas de los grandes mercados. Simplemente busca preservar
su pequeña o gran riqueza, sea su sueldo, su capital transaccional de trabajo, o
su ahorro con algún grado de liquidez. De ahí que uno de los principios
fundamentales que aplica el “saber ortodoxo” sobre este tema, la “libertad
cambiaria total”, es incompatible con el estado de desconfianza que, coyuntural
o estructuralmente, sea atribuida a una moneda nacional. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Defender la moneda es entonces una responsabilidad pública
central e irrenunciable, porque es defender a cada ciudadano. No sería buena
idea aferrarse dogmáticamente a la “flotación libre”, obsesión de los
economistas del FMI, como tampoco a la ficción de un valor de la divisa sólo al
alcance de quienes el poder decida, ya que una u otra actitud generan
distorsiones que termina pagando toda la economía y todos los argentinos. Tanto
la discrecionalidad del poder como la volatilidad extrema de la moneda la
convierte en inexistente de cara a su función de preservación de valor de la
riqueza de los particulares, y por lo tanto no puede dejarse a la deriva de
especuladores o de inescrupulosos combatientes por el poder.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Cierto es que cuando hay déficit y deudas contraídas con el
mercado global -ahí estamos, por decisión propia y beneficios estratégicos- las
reglas de juego no las fija el deudor a su gusto, sino que éste debe cumplir
las existentes. Lo cierto es que la última renegociación con el FMI encontró en
el organismo internacional una disposición al acuerdo imprevista según sus
antecedentes. Las laxas metas son muchísimo más flexibles que cualquiera
otorgada a ningún país con anterioridad, y la incapacidad de cumplirlas sería
una terrible noticia, no ya para el gobierno sino para la Argentina, con este
gobierno o con los que le sigan. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">La Constitución Nacional -mediados del siglo XIX- atribuyó
al Congreso la potestad de fijar el valor de la moneda, tan importante era como
demostración del respeto a la propiedad privada, garantizada en los artículos 17,
14 y otros de su articulado. La norma ha quedado “demodé”, aunque sus resabios
aún vigentes siguen manteniéndose simbólicamente en un poder que también se ha
ido convirtiendo en cada vez más simbólico, el parlamento. En los hechos, hoy
el valor de la moneda es el resultado de muchas variables que no pasan por
decisiones directas del poder público y ni siquiera es definida por actores del
país. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Hoy se juntan en la Argentina varias vertientes de
inestabilidad, pero dos principales. La vertiente <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">global</i></b>, que a su vez
tiene fuerzas “negativas” -la huida de capitales volátiles que ven más
seguridad en economías más estables para realizar ganancias de corto plazo-, y
positivas: el acceso a un mercado gigante para nuestros productos y la propia
acción de la política económica global, que ha tendido una mano de ayuda
sustancialmente mayor a la que negó en la crisis del 2001, cuando nos empujó al
abismo; <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y la vertiente <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">local</i></b>,
que muestra a los argentinos con la necesidad de preservar sus ingresos,
ahorros o capitales en un mecanismo de reserva de valor más consistente que su
moneda. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Sin embargo, también en este campo hay dos fuerzas opuestas:
quienes desean poner en caja las finanzas públicas como forma de defender la
moneda nacional ante el ataque y la desconfianza, curiosamente mayoritarios en
la oposición, y quienes al contrario desean mantener la inestabilidad y la
desconfianza, sea por razones políticas -como el conmocionante episodio de las
coimas que avanza judicialmente en forma inexorable hacia su máxima
responsable, acercándose ya también a actores institucionales del sector
financiero, y la aproximación de las elecciones- o por razones económicas:
maximizar las ganancias especulativas aprovechando el río revuelto. La otra
curiosidad es que éstos están más cerca del gobierno. Pero también están los
miles de compatriotas honestos, gente común que sólo buscan -como está dicho-
no ser “licuados” por la lucha entre titanes. Y aunque sea, sobrevivir.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">¿Qué puede hacer el país ante esta situación? <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Para no buscar inventar la pólvora, tal vez convenga echar
una mirada al mundo. No estamos atados -como Grecia- a una moneda internacional
que no se devalúe, ni tampoco integramos una economía sólida, como la europea.
No tenemos poder para imponer respeto tácita o expresamente respaldado por la
fuerza militar, como EEUU. Tenemos un fuerte orgullo nacional, pero ahorramos
en la divisa norteamericana, país del que sin embargo somos recelosos por
razones culturales. Nuestra experiencia dolarizadora de los 90 no tuvo un final
exitoso, al resultar incompatible con el desequilibrio creciente de las
finanzas públicas y mantener una extrema rigidez sin válvulas de escape ante la
valorización de la moneda americana en esos años, lo que agregó el componente
terminal del desequilibrio comercial. El entorno regional nos muestra ejemplos
diferentes, con sociedades que no funcionan -ni reaccionan- igual que la
nuestra. No somos Chile, ni Brasil, ni Uruguay, ni Paraguay, ni Bolivia, cuyas
economías, a pesar del abanico “ideológico” de sus gobiernos, han asumido la
importancia estratégica de la ortodoxia fiscal y defensa de su moneda.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">En lo profundo de la inestabilidad está la concepción del
Estado como botín de guerra e instrumento de lucha política, liberado de molestos
controles legales y al acceso de bandas de amigos, esos que tantas veces hemos
definido como la “Coalición de la Decadencia”.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">El camino que quizás más pueda iluminarnos es buscar una
salida hacia un funcionamiento económico bimonetario permitiendo la utilización
indistinta de la moneda propia y de la divisa en las transacciones internas,
con una equivalencia tranquila asegurada por el equilibrio fiscal y una
macroeconomía consistente. Tal vez habría que reflexionar sobre esa alternativa,
recordando que la cantidad de activos en dólares en manos de argentinos es hoy más
de cuatro veces el equivalente en moneda nacional, permaneciendo inmovilizado o
subutilizado. Esos recursos volcados a la dinámica económica productiva nos
permitirían dar un gran salto adelante. El desafío es generarle a sus titulares
la confianza absoluta que no serán robados.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">El peso en Argentina ha quedado reducido a una moneda
transaccional, convertido en un campo de batalla de especuladores de ganancia
fácil arbitrando entre tasas, bonos y divisa, en el que siempre pierde el
salario. Para ahorro, inversión y reserva de valor, los argentinos utilizan
abrumadoramente el dólar, en gran medida productivamente inmovilizado. Alcanza
con observar el movimiento del mercado inmobiliario, para confirmarlo. No existen
valores en otra moneda que el dólar. De cualquier manera, para éste u otro
camino, la solvencia fiscal y externa son requisitos ineludibles sobre los
cuales construir la confianza que permitirá tomar decisiones de ahorro,
inversión y endeudamiento a tasas razonables. Y es justamente la solvencia
fiscal la “parte dura” del camino. Para lograrla se requiere profesionalidad en
los actores, pero también decisión para poner en caja a quienes reciben los
recursos fáciles en todos los escalones sociales: banqueros, empresarios paniaguados,
organizaciones piqueteras, planeros y aún las clases medias.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">La sociedad necesita también creer en su sistema
institucional, que hoy no transmite convicción de solidez, especialmente en la
persistencia de la impunidad por gran parte del saqueo. Podría responderse que
éste no es un tema económico. Sin embargo, lo es. Quienes compran dólares
“minoristas” por incertidumbre sobre lo que puede pasar, moderarían su actitud
si se sintieran viviendo en un país en el que los delincuentes fueran tratados
como tales -en lugar de protegerse en fueros especiales o someterse a
privilegios procesales que terminan cubriendo su impunidad-. Invertirían con
mayor entusiasmo y confiarían en su emprendimiento, no sólo los argentinos sino
el mundo. Tampoco esto es sencillo. Numerosos políticos, empresarios, gremialistas,
comunicadores y hasta jueces que aún forman parte del Poder Judicial y están
protegidos por su estabilidad constitucional formaron -o forman aún…- parte de
ese entramado mafioso cuya extensión y profundidad no tiene parangón en las
sociedades modernas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">El camino no sería tan complicado en una sociedad política
con diálogo. La moneda es un campo que en sociedades maduras concita la
coincidencia de sus fuerzas políticas más importantes y no un territorio de
disputa constante. En nuestro país, aunque el diálogo existe, está contaminado
por los coletazos de la gigantesca corrupción, que condiciona la posibilidad de
acuerdos entre los sectores más lúcidos de la política, los que se encuentran
en una dinámica turbulenta cada uno en su propio espacio limitante de su
capacidad de aporte.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Sin embargo, hay aún reservas de patriotismo en todos lados.
Son mayoría, especialmente entre las nuevas generaciones, los periodistas,
políticos, gremialistas, empresarios y jueces que no tienen complicidad con el
pasado que nos avergüenza y quieren comenzar a vivir en un país sano. Por eso, aunque
todo parezca complicado, la peor actitud sería la de no conversar entre
nosotros, resignarnos o aislarnos. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">El requisito hacia la oposición es separar “la paja del
trigo”, evitando considerar corrupto a todo el oficialismo. Y el requisito
hacia el oficialismo es dejar trabajar a la justicia, terminando con las
solidaridades mafiosas que degradan a todos. Ambas actitudes dinamitan el
diálogo, imposible si la intolerancia tiene un real fundamento ético. Pero todo
lo demás debe encontrar espacios de diálogo, confrontación sana de ideas,
esfuerzo intelectual y patriotismo para encontrar los mejores mecanismos para
liberar las gigantescas fuerzas productivas de la Argentina.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">No estamos “condenados al éxito”, pero tenemos todas las
posibilidades de lograrlo si enfrentamos la realidad, nos proponemos una meta y
ponemos en ella pasión nacional.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Ricardo Lafferriere<o:p></o:p></p>Ricardo Lafferrierehttp://www.blogger.com/profile/15445431174942152340noreply@blogger.com0