martes, 18 de diciembre de 2012

“Vamos con los Reyes Magos, todavía…”



                Tal habría sido la exhortación con que la presidenta de la Nación terminó su descalificación a Papá Noel, según ella una “creación ajena a nuestra cultura”. Así lo afirma Susana Viau en su nota periodística, al mencionar la crónica de la inauguración del pesebre navideño enviado por el Vaticano, realizada por Cristina Fernández días atrás.

                El tema de la “identidad” cultural es, a esta altura del mundo, una cuestión de muy difícil abordaje. No lo es menos el de la identidad “nacional”. Como diría Bauman, “cada vez que escucho hablar de “identidad”, me ´pongo en guardia”. Es que en nombre de la identidad se han realizado las discriminaciones más atroces, que han llegado hasta genocidios que aún pesan en la conciencia de la humanidad.

                Es conocida la anécdota de Einstein al llenar su formulario de inmigración, en ocasión de ingresar a los Estados Unidos y encontrarse frente al casillero que le demandaba definir su identidad racial. Luego de un instante de reflexión, escribió de su puño y letra “humana”. Más o menos así es la cultura, y la identidad nacional, con mucha más razón en países multiculturales, de orígenes diversos, como el nuestro –o los propios Estados Unidos-.

                El propio Bauman cuenta en su libro sobre identidad su historia personal. Distinguido profesor universitario en su Polonia natal, fue privado de su nacionalidad por el régimen comunista por su condición de judío –a pesar de ser, en su juventud, simpatizante del partido comunista-. 

Emigrado a Inglaterra, donde recibió la ciudadanía británica, era conocido por sus alumnos como “el profesor polaco” y él mismo sentía su duda, al ser requerido por su identidad, de mencionar la ciudadanía británica –que tenía por ley- en lugar de la polaca –de nacimiento, y la que sentía internalizada en su formación, lengua, costumbres y cultura, pero de la que estaba privado por la decisión de quienes estaban legalmente autorizados para administrarla-.

                La conformación de la Unión Europea le ayudó a encontrar un colectivo mayor que definiera una pertenencia. Al recibir su doctorado “Honoris Causa” en la Universidad de Praga, pudo encontrar al fin  una “identidad” que lo abarcara, y escuchar la Novena Sinfonía –himno de Europa- en homenaje a su pertenencia “nacional”. Allí descubrió que, ampliando los marcos de contención, al final todos tenemos la identidad invocada por Einstein.

                La llegada del tercer milenio encuentra a la humanidad en pleno proceso de redefinición de sus conceptos identitarios. El cosmopolitismo parece avanzar como el marco de pertenencia más solidario, avanzado y humanista, superando a los viejos “nacionalismos” e “internacionalismos”, ambos atravesados por exclusiones e intolerancias.

Cada persona es una identidad diferente, constituida por sus herencias y pertenencias originarias pero también por las adquisiones e influencias recibidas a lo largo de su vida, y mucho más lo son las identidades colectivas –concediendo provisoriamente que éstas fueran aún posibles-. Siempre ha sido así, pero en este mundo hiper-super-conectado, es ya la norma.

¿Qué identidad cultural acreditan los Reyes Magos? Sin dudas, la católica, recibida de españoles e italianos. No parece una tradición –pongamos por caso- muy ligada a las costumbres de los pueblos originarios, tan presentes en el “relato”. Los festejamos, porque configuran una de las ocasiones de renovación anual de afectos y vínculos familiares, tanto como Navidad con la tradición del “pesebre” y la llegada de Papá Noel, que se incorporó más tarde pero es celebrado con alegría por los niños, que lo intuyen como lo misterioso, alegre y festivo. Nadie –ni para Reyes, ni para Navidad- relaciona esos símbolos con banderas de combate, político o cultural.

Cada aspecto de la realidad conforma un “orden” que tiene sus propias creencias, afirmaciones y reglas. La religión, la cultura, el derecho, la economía, la política, la ética, son campos de la conducta humana con sus propios mecanismos intelectuales y epistemológicos.

Por supuesto que están imbricados, interactúan, se impregnan recíprocamente, en cuanto todos son expresiones de la conducta humana. Cada uno de ellos, sin embargo, ha elaborado en los miles de años de civilización un plexo de reglas que lo rigen, sin cuya existencia y  funcionamiento la propia vida civilizada sería incomprensible.

Compte Sponville, filósofo francés contemporáneo, aconseja adoptar el lema pascaliano de no confundirlos. La consecuencia de hacerlo –dice, recordando a Pascal- es caer en la “tiranía”.

 Pero, bueno. La tolerancia cosmopolita, la que muestra lo propio aceptando lo diverso, lo novedoso y lo que permite abrir diálogos con otros,  no es uno de los fuertes de la visión kirchnerista. Hasta las fiestas de fin de año ha llegado la obsesión por encontrar causas reivindicativas “nacionales y populares”, aunque rocen lo grotesco.

Los Reyes Magos  se sentirían seguramente en terreno más conocido con Papá Noel que con la Pacha Mama –bien “propia”, y tan “nacional y popular” como el Gauchito Gil y la Difunta Correa- a la que los condenaría una identidad caprichosa, convertida en bandera épica en lugar de punto de encuentro de afectos, culturas, historias y lenguajes, como fuera el sueño cosmopolita de los próceres y de los constructores del país que tenemos.

Una vez más, los argentinos viven, festejan y sueñan a pesar de su gobierno. Con los Reyes, con Papá Noel, con el Dios de la Tora y con Alá, con la Pacha Mama, con la Difunta Correa, con el Gauchito Gil, y con tantos otros en los que creen, con los que se emocionan y sin cuyos afectos se sentirían vacíos.

A todos ellos, felices fiestas y un año nuevo en paz y prosperidad.

Ricardo Lafferriere

1 comentario:

Huber dijo...

El desconocimiento hace hablar pavadas al ignorante.Papa Noel es un personaje intimamente ligado a la Iglesia y a sus tradiciones ,ya que es ni mas ni menos que San Nicolas de Bari o San Nicolás de Mira,pues fué obispo de este lugar.Al ser invadida Turquía por los mahometanos,un grupo de católicos rescató de Mira, las reliquias del santo y las llevaron a Bari(Italia). Es Patrono de Rusia,Grecia y Turquía.Murió el 6 de diciembre de 345.Su biografía la escribió San Metodio,Arzobispo de Constantinopla.
Nació en Licia,Turquía y se caracterizó porque todo lo que conseguía,lo repartía entre los pobres.Lo que natura non dá….Salamanca non presta…
Rafael Nazar aguinaga